Capítulo 16: Salvavidas indeseado

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Estaba a punto de irme con mi padre al hotel, él era el último en irse. Me había pedido que le ayudase a llevar unas cajas.

—¡Ah! — se detuvo de golpe. Lo miré preocupada — Me he olvidado mi libreta en el box —se dio media vuelta.

—¿Quieres que vaya a buscarla? — pregunté, intentando parecer útil.

—Sí, toma — me extendió su mano con la llave del box — dame esas cajas. Nos vemos en el hotel y me das las llaves ahí — asentí y le di la caja que antes él me había dado.

Volví a la calle de boxes y fui hasta el de Yamaha. Era de noche y se escuchaba cantar a los grillos. Había poca luz, sólo unos enormes focos cada dos boxes.

Metí la llave en la cerradura y abrí la puerta para pasar a buscar la libreta. Encendí la luz y empecé a buscar el dichoso objeto.

—¿He dicho algo malo? — preguntó esa voz familiar. Salté del susto.

—¡Dios! Que susto me has dado Valentino— suspiré — ¿Qué has dicho?

—¿Por qué no me has hablado hoy? —preguntó.

—No, por nada, hoy fue... normal — intenté sonar indiferente.

—¿Dije algo que te molestó? — preguntó de nuevo.

—No — me di media vuelta para volver a buscar la libreta.

—¿Piensas que no me he dado cuenta de que me has evitado durante todo el día? — dijo serio.

Lo miré intentando parecer confundida aunque sabía perfectamente de lo que estaba hablando.

—No entiendo — dije volviendo a mirarlo.

—¿No? — dijo serio. Incluso parecía enfadado.

—No — cogí la libreta—Hoy he estado todo el día fuera del box— dije —Por eso no te he hablado.

—¿Qué hacías ahí?

—Nada, es que estaba Seb por ahí — justifiqué con una mentira.

—¿Y entonces por qué estabas con Alonso? — cuestionó — Además Vettel ha estado casi todo el día en el box, que yo lo he visto.

—Yo le invité —hablé sin mirarlo.

—¿Por qué? — preguntó.

—¿Eres detective o qué? — me fastidió un poco. —No debería importarte.

—No entiendo porque no hemos hablado hoy, eso es todo. — dijo agotado.

—No eres tan importante para mí, me da igual ignorarte — dije amarga — seguro que tu amiguita te hace mejor compañía que yo.

Me miró un poco triste. Justo cuándo él iba a decir algo me puse firme y caminé para salir del lugar.

Me sentía tan mal, me sentía la peor persona del mundo. Él no entendía porque yo había dejado de hablarle pero no quería que la prensa hablara mal de mí. Tal vez estaba siendo egoísta pero con lo que la prensa decía también le afectaba a él y a su relación con su novia, pero no soportaba a la chica con la que había venido y con la que estaba tan unido.

Mi cargo de conciencia me empujaba a ir a pedirle disculpas y volver a hablarle, pero mi otra parte hizo que continuase con normalidad. 

Me duché y subí a la terraza del hotel ya que me habían dicho que había una piscina ahí arriba. Me senté en el borde de la piscina y le escribí a Elisa para que viniese con Jorge. En eso me llegó un mensaje de Ester.

Más rápido que el viento - Fernando Alonso & Valentino Rossi X TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora