Capítulo 21: Turbulencias

109 14 3
                                    


Él se fue dejándome más que confundida pero tenía algo claro, evidentemente pasaba algo entre nosotros; y ese algo no sólo me pasaba a mí sino que a él también. Por eso hacía lo que hacía, de lo contrario no tenía explicación alguna.

Tenía claro que él tenía novia y ese rollo, lo que me confundía era ¿Por qué me buscaba? ¿Por qué buscaba estar a solas conmigo?¿Qué pretendía diciéndole esas cosas a Fernando?

Me atormentaba la situación.

Cuando la hora de la carrera llegó, Valentino se estiró frente a la moto y la montó para ir a la parrilla. Me dedicó una rápida mirada aunque yo sólo vi el plástico de su casco que únicamente me reflejaba a mí.

Unos minutos antes me había entregado su pendiente, sin decirme nada, aunque yo sabía que debía guardarlo. La pequeña pieza plateada brillaba en mi mano.

—¿En qué piensas? —dijo Uccio acomodándose para ver la carrera a mi lado.

—En Vale... —estaba por responder a la ligera pero me di cuenta de lo que estaba diciendo — Valentía, hay que tener valentía para subirse a una moto.

—Ah, seguro — dijo y bajé mi vista al suelo.

La carrera empezó y las vueltas comenzaron a disminuir. Vuelta tras vuelta el asunto comenzaba a volverse más interesante. Valentino era tan rápido que permanecía entre la primeras posiciones. Uccio se movía en la silla, como si él estuviese en la pista.

—¡Quédate quieto! Me pones más nerviosa — puse la mano sobre su hombro para que frenara esos incesantes movimientos.

Mis nervios aumentaban a la misma velocidad que las motos.

Márquez y Dovizioso no le daban tregua a Valentino. El corazón se me detuvo cuando vi a Valentino cruzar la bandera a cuadros en primer lugar. Grité y automáticamente abracé a Uccio.

Estaba odiando a Valentino pero había hecho una gran carrera. Lo odiaba porque de cierta forma él tenía un poco de control sobre mí. Detestaba como manipulaba a Fernando para que se sintiese inseguro de sí mismo, como me hacía lo que quería, y para mi suerte no me había dado un beso; pues eso me iba a confundir más de lo que ya estaba.

—¡Yo sabía que podía! —dijo Uccio.

Luego de abrazar a Uccio por segunda vez fuimos hasta la zona del corralito, donde Valentino aún no había llegado.

—¡Es un genio! —apareció la chica que había estado con Valentino durante estos días y se puso al lado de Uccio. Por fin escuchaba su voz.

Era más bonita de cerca, y ya veía porque Valentino estaba todo el día con ella. Tengo que reconocer que me daban unos pocos celos.

Uccio sujetó la cabeza de la chica y le plantó un beso en la frente.

Cuando Valentino apareció con la moto en el corralito fui consciente de donde estaba. Le entregué el pendiente a Uccio. Sin darles explicaciones a nadie me alejé de la multitud y fui hasta el box, que estaba casi vacío.

Luego de la celebración, las fotos, las entrevistas y la rueda de prensa se podía decir que el Gran Premio de Argentina había terminado, al fin. Después de todo lo que había pasado estos días solo quería que acabase y por fin se había terminado. 

Lo único que había conseguido era confundirme todavía más con mis sentimientos y lo peor de todo, que por mi culpa Fernando estaba en el hospital. ¿Qué hago diciendo mi culpa? Por culpa de Valentino. Ese idiota solo me daba problemas. Encima ni siquiera había tenido tiempo para hablar con el pobre Fer.

Más rápido que el viento - Fernando Alonso & Valentino Rossi X TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora