Capítulo 22: Trofeo de consolación

127 15 3
                                    


Narra Valentino:

Se había dormido cruzada de brazos a mi lado. Era una chiquilla caprichosa y terca pero se veía bien mientras dormía aún con el ceño un poco arrugado.

Cuando me aseguré de que estaba completamente dormida pasé mi brazo por sus hombros y la pegué a mí.

Era guapa, en especial cuando no estaba gritándome. Merecía que lo hiciese pero se veía más bonita despreocupada.

Cuando menos me di cuenta yo también me había sumergido en un profundo sueño.

El avión aterrizó y me informaron que debía bajar pero ______ no hacía ningún movimiento y ahora me abrazaba, parecía tan cómoda y a gusto.

Suspiré y la alejé un poco. La acomodé en su asiento para que cuando despertara no le doliera nada. Antes de irme acerqué su rostro con mi mano y le dejé un beso en la mejilla, aunque si hubiese sido por mí no hubiera dudado ni un momento en comerme su boca a besos, pero había gente y estaba su padre. Quiero a ______ pero también me quiero a mi mismo, no me apetecía mucho que Lin me matase.

Ese fin de semana había hecho un avance, había conseguido su número de teléfono, aunque no había sido ella quien me lo había entregado sino Nuria, y había conseguido distanciar a Alonso de _____, o al menos eso creo, que yo sepa no se han hablado desde la pelea y espero que siga así. Ese viejo no me va a separar de ella, y si lo intenta no dudaré en hacer lo que tenga que hacer por malo que sea.

La dejé en el avión y bajé. Iba perdido por mi mente hasta que me di cuenta de las tonterías que estaba diciendo ¿Hacer lo que tenga que hacer por malo que sea? ¿Pero me estoy escuchando? Ni que fuera un sicario. No sé que me había hecho esta chica en el avión mientras dormía pero vamos... seguro que nada bueno. ¿Valentino es qué no te acuerdas que tienes novia? ¿Vas a dejarla por estar con _______? Pues si. Hay que reconocer por mucho que me cueste que no puedo dejar de pensar en ella, en el perfume embriagador que deja cuando estoy con ella, en cómo se sonroja cuando le provoco, en su actitud de niña mimada que me tiene loco..., en esos labios..., esos labios con los que sueño cada noche... pero..., al final, lo único que recibo son los de Linda. Linda..., ese odioso obstáculo que me interponía de poder llegar a _______.

Después de divagar por mi mente vi al coche que tenía que pasar a buscarme y luego cogí un vuelo a Tavullia, Italia.

—¡Amor! —chilló Linda al verme entrar en la casa. 

Oh Dios no por favor, tan pronto no — pensé.

Dejé las maletas en la orilla del sofá.

—Pensaba que irías a Inglaterra, a esas cosas de modelos —rasqué mi frente. 

Ella me abrazó mientras yo me imaginaba que era ______ quién lo hacía. Llevaba puesta una de mis chaquetas.

No podía continuar con esto, mi mente me estaba jugando una mala pasada.

—Pero no fui amor, y era una convocatoria —besó mi mejilla y puse mi mano en su espalda para poder caminar.

—¿Por qué? — empecé a caminar con ella agarrada de mi cintura.

—Porque tengo una sorpresa para ti—besó mis costillas por encima de mi ropa.

—¿Cuál? —la miré sorprendido. Sólo quería llegar a mi habitación y dormir, aunque el descanso con _______ me había encantado.

Linda no solía hacer ese tipo de cosas. Me sorprendía que hubiera renunciado a una propuesta de trabajo por mí.

No me dejó llegar a mi habitación y me empujó en el sofá del salón.

Más rápido que el viento - Fernando Alonso & Valentino Rossi X TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora