Elisa y Jorge se fueron antes de que terminara la pequeña fiesta, pero volvería a verlos, porque me habían invitado a Sant Fost de Campsentelles, Barcelona. Iban a montar una fiesta para celebrar su aniversario como pareja. La idea era de ir unos días antes a Barcelona para ayudar a Elisa en lo que fuera.
Mientras tanto me quedé mirando al horizonte con los pies metidos en la piscina.
Estaba atardeciendo y ya no quedaba nadie en la fiesta.
No podía evitar pensar en mi relación con Fernando, estaba triste y realmente le echaba de menos. Una parte de mi quería olvidarle pero no podía, era imposible. Verdaderamente le quería, pero nada iba ha hacerme olvidar lo que me dijo.
Por otro lado estaba Valentino... ¿A lo mejor solo sentía simple atracción por él? Además era un mujeriego con todas las letras, la mayoría de las personas que había conocido en la Moto GP decían lo mismo.
Estaba hecha un lío así que decidí subir a mi habitación a ver alguna película para relajarme. Encendí la luz y comencé a revolver entre los cajones buscando alguna interesante. Justo cuando encontré la película ideal se escuchó un "tac" y la luz se apagó. ¡Lo que me faltaba! Miré el foco y luego visualicé a alguien con un traje apoyado en el marco de la puerta al lado del interruptor. ¿Acaso era Fernando? Su pelo revuelto y su altura me lo indicaban aunque no podía verle la cara. Cerró la puerta dejando el lugar en completa oscuridad.
Escuché sus pasos hacia mí y me quedé inmóvil cuando su respiración rozó mi piel y de repente al fin la textura de sus labios fueron apoyándose cada vez más contra los míos.
Sus labios se movían apasionadamente sobre los míos que seguían sin hacer nada, sólo me dedicaba a sentir su piel encima de la mía. Sentía como sus labios manipulaban los míos y ése sabor dulce y refrescante.
Era el cielo.
No quería que se parara pero estaba demasiado concentrada para darle una respuesta, así que dejé que siguiera. Escuché como se quejaba, como si hubiese comido el postre más sabroso del mundo. Esa queja de placer que te nace sin que lo puedas planear o evitar. El beso era mucho mejor que cualquiera que nos habíamos dado en alguna otra ocasión, pero aún así no entendía porque sucedía eso tan repentinamente, sobre todo después de las discusiones que habíamos tenido.
Se alejó medio centímetro para recuperar un poco el aire y volvió a darme un beso pero esta vez más corto. Su respiración agitada se enredaba con la mía. Mi mirada estaba en sus labios un poco hinchados por la acción anterior. Aunque casi no veía nada podía distinguirlos gracias a la débil luz que entraba por el tragaluz.
Volvió a acercarse y de nuevo sus adictivos labios empezaron a besar los míos, pero de una forma más lenta y placentera, como para que sintiera la textura completa de aquella zona. Su lengua pasó por mis labios y sentí un profundo cosquilleo en todo mi cuerpo. Abrí mi boca un poco dándole un pase libre a su lengua para que hiciera todo lo que quisiera con ella.
Mi rodillas temblaban a más no poder. Así que pasé mis brazos por su cuello para pegarlo más a mí. Sus brazos rodeaban mi cintura completamente dejando un espacio inaccesible entre nosotros. Sus labios continuaban moviéndose con un poco más de desesperación que los míos. Los movía rápidos y los presionaba fuerte contra mi boca. Un poco desesperado.
Después de unos minutos con mi corazón latiendo sin descanso contra el suyo y sus labios moviéndose sobre los míos se separó un poco.
Respirábamos como si hubiésemos corrido la maratón más larga del mundo pero era mucho mejor que eso. Había una energética tensión entre nosotros, tanto que parecía que electricidad corría por mi espalda hasta mi nuca.
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Más rápido que el viento - Fernando Alonso & Valentino Rossi X TÚ
Romance¿Ella? Apenas acaba de cumplir 18 y es todo lo contrario al orden. Es curiosa y atrevida, pero vergonzosa y tímida al mismo tiempo; una niñata, en simples palabras. ¿Él? Un piloto profesional de la motoGP, campeón de 9 mundiales de motociclismo. Un...