LA REINA FIORELLA | XIV

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FIORELLA

Tenía entre mis manos la corona del rey, estaba frente al balcón para el anuncio de la muerte de mis padres y mi ascenso a la corona en la semana que seguía.

Oliver estaba en un cuarto descansando y siendo curado.

Tenía una sensación muy extraña en mi estómago, no estaba segura de lo que estaba pasando o de lo que pasara. Han pasado solo unas horas desde el ataque de Atenea. Y ella fue la única que no capturaron, todos los demás hechiceros de la luna fueron encarcelados y los niños de más bajo nivel fueron perdonados y redimidos para ser hechiceros del Sol, la familia que me había encontrado, los hechiceros que me ayudaron los adoptaron y los van a ayudar a ser inculcados como Sol nuevamente.Y los otros hechiceros de la Luna, pues por ahora están en una cárcel mágica, luego se implementaran una reforma para ellos, se está viendo una opción para que su magia sea beneficiosa para los demás.

—Debes colocarte la corona ¿Lo sabes no? —Axel se colocó a mi lado mientras acomodaba las medallas y hacía una seña a alguien por el pasillo— Oliver quería verte.

—¿Ya lo llamas por su nombre? –pregunte evitando la pregunta que me había hecho Axel.

—La corona reina.

Negué para alzar mi cabeza y ver como Oliver llegaba a nosotros. Le sonreí ligeramente mientras él me abrazaba y yo le correspondía sin soltar la corona.

—Estaba muy preocupado por tí –susurro mientras colocaba su frente contra la mía y sus manos viajaban de mi cintura a mis mejillas para acariciarla con delicadeza, me tocaba como si fuera de cristal.

—Estoy bien, gracias por salvarme –le dije mientras me separa un poco para ver su rostro– las cremas que te mande ya hicieron efecto –dije mientras le tocaba la mejilla con mi mano libre– ya no tienes ningún solo rasguño.

—Eres la mejor –dijo mientras plantaba un beso en mi frente.

Escuché un carraspeo por parte de Axel, estaba mirando el techo con los brazos cruzados, estaba simulando que no estaba viendo nada de lo que estaba pasando, pero de igual forma debía interrumpir.

—Lo siento pero la futura reina debe dar el comunicado –dijo volviendo su mirada hacia mi– se que es difícil Fiorella, pero eres la única que puede usar la corona de la reina.

Si, la corona de la reina. No le había comentado a nadie que había decidido hacer mi coronación con la corona del Rey, era peligroso, según las notas de Gor, cuando una mujer lo probó no acabó bien, pero nunca dijo que era ese "no acabó bien", se que la decisión que estoy tomando es arriesgada pero entre correr peligro solo yo a hacer que mi pueblo lo corra por no estar lista con Atenea suelta, prefiero yo correr las consecuencias.

—-Lo sé –dije colocando la corona de mi padre entre mi y Oliver– ahora mismo haré el anuncio, sal afuera y anuncia mi entrada –dije mientras coloca la corona sobre mi cabeza.

Sentí una electricidad recorrer mi cuerpo pero que por sobre todo recorría mi pierna, sentía un ardor peculiar en ella, pero no podía levantarme el vestido y revisar qué era lo que estaba pasando en mi cuerpo, pero si pude ver como de forma ligera las manchas negras que estaban en mis manos comenzaban a disminuir de forma gradual.

—Con ustedes nuestra monarca, la futura reina Fiorella.

Los murmullos se comenzaban a mezclar, los podía oír, las preguntas y las dudas estaban comenzando a invadir a mi pueblo.

—Debo ir –le dije a Oliver que se había quedado quieto frente a mi sin decir nada, solo me veía con extrañeza.

—Te quiero Fiorella. –dijo sin más, antes de dar unos pasos atrás.

CORTEJO DE MEDIANOCHE | AMANTES #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora