FIORELLA
¿Por qué estoy tan preocupada? ¿Por qué últimamente no puedo parar de pensar en Oliver? ¿Por qué a pesar de que han pasado cinco años no puedo reprimir mis sentimientos hacia él? ¿Por qué me sigo preocupando por su bienestar?
¿Por qué me tocó tomar el rol de reina antes de tiempo? ¿Por qué me tocó dejar mi juventud de lado para asumir toda está responsabilidad? ¿Por qué me tocó poseer la contaminación? ¿Por qué fui la única de mis hermanos que sobrevivió?
¿Por qué en este momento estoy tomando esta decisión? ¿Por qué voy en dirección al reino luna?
Realmente tengo demasiadas preguntas que no sé como darles una respuesta.
Estaba en la finalización de la gran cena de mi reino por el aniversario de mi coronación, cada hada se estaba yendo a su hogar sin antes dejar un pequeño deseo o una petición con el ministro de fauna y de flora que estaban a cargo de recolectar estos anhelos.
Yo miraba todo desde mi habitación, estaba con el vestido que me había puesto para la cena. Hacía más de dos horas que había subido a mi cuarto a colocarme mi pijama, pero sentía una incomodidad y un sentimiento muy raro en mi pecho, creí que era por culpa de la contaminación así que me había hecho una examinación mágica con el doctor del reino, pero no era nada, mi contaminación seguía donde mismo; Alas, manos y zonas al azar de mi cabello, no se había extendido.
Supuse que solo era una sensación rara de por sí. Pero cuando estaba por sacarme la capa que cubría mis alas del frío, sentí aún más intenso el malestar y salí a tomar aire, para poder analizar que podía ser lo que me estaba pasando.
Y ahora estoy aquí, caminando hacia el castillo del reino humano con mucha cautela.
Mis alas las había ocultado con un medallón que estaba creando; un medallón capaz de ocultar las alas a voluntad para que las hadas en el futuro cuando pueda convivir con los humanos si es que lo requieran, puedan hacerlo con total calma. Oculté mis oídos con mi cabello, claro mi particular cabello no iba a pasar desapercibido, pero hay personas con el cabello mucho más extraño en este mundo.
Al encontrarme con una multitud llena de realeza, aproveche de mezclarme lo más sutilmente posible.
¿Por qué me estaba colando a la coronación de Oliver? Si tuviera la respuesta, la diría, pero no lo sé.
Todos caminaban hacía un gran salón, intenté mezclarme lo mejor posible, colocarse en un lugar donde no fuera visible, aunque sabía bien que Oliver no me reconocería.
Y bueno, lo de lugar discreto fue imposible. Quede entre las primeras filas, estaba junto a una mujer mayor, a de tener unos cuarenta años, estaba vestida toda de negro, su semblante era completamente serio y triste. Sus ojos se lograban ver bajo ese velo negro que cubría la parte superior de su rostro, eran miel, como los de Oliver. Su cabello era igual de oscuro, solo que tenía algunos rayos de cabello blanco entre él.
—Buenas tardes –dije mientras tomaba asiento a su lado, no quería ser maleducada, estaría varias horas a su lado– espero no le moleste mi presencia.
Ella giró su rostro hacía mí, se quedó en silencio un segundo antes de quitar el velo de su rostro y poder observarme mejor.
Una ligera sonrisa se dibujó en su rostro.
—Buenas tardes –me respondió mientras dejaba el velo en su regazo– no es una molestia, realmente nadie me ha hablado durante el día, me hace falta un poco de simpatía en mi vida.
—¿Cree usted que soy simpática? –pregunte.
—Si, sus ojos dicen mucho más de lo que puede expresar, me recuerda a un viejo amigo mío, aunque él también está descansando como mi esposo.
ESTÁS LEYENDO
CORTEJO DE MEDIANOCHE | AMANTES #1
FantasíaBILOGÍA AMANTES Las grietas de la magia, amor y oscuridad será lo que formará un cortejo bajo la luz de la luna a medianoche. Un río que divide lo explicable y lo inexplicable. El amor intentará unir ranuras que la magia misma no logra hacer. "Dónd...