Capitulo 27

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"¿Para qué perder tiempo pensando en una estrategia, en un plan perfecto?"

Salomón

Solo puedo mirar él reloj en la pared fijamente viendo como gira la manecilla haciendo un pequeño ruido que al parecer solo mi oído lo puede detectar. Cierro mis ojos por unos segundos y volteo mi rostro hacia mi pecho, al hacerlo sonrió automáticamente al ver quien descansaba sobre mi pecho. Veo a la persona que no veía desde hace casi un maldito mes por mi estupidez, la cual me prometí desde que ella aceptó venir a España conmigo que jamás la volvería a cometer.

Me quedo observándola por un largo rato hasta que ella se empieza a remover sobre mi pecho con algo de pesar. Sus ojos se empiezan a abrir poco a poco clavandose en los míos.

-¿Desde cuándo me mirabas durmiendo?- Me pregunta algo adormilada.

-Desde que desperte.-Le respondo de manera natural. Ella me fulmina con la mirada y cambia de posición en la cama, esta vez posando sus palmas sobre mi hombro izquierdo descansando su mejilla sobre sus manos.

-Mmm- Me mira con los ojos entre cerrados juntando sus labios en forma de "beso" casi tocando su nariz.- ¿Cuando te despertaste?-Me pregunta de forma juguetona. Quito mi mirada sobre ella y miró hacia él reloj en la pared nuevamente, miro la hora rápidamente y la volteo a ver.

-Hace media hora, lo normal.-Le respondo como si fuera la cosa más normal del mundo. Carolina me mira de manera vacilante ladeando un poco su cabeza.

-¿Me has estado observando por media hora?-Me pregunta clavando sus ojos marrones en mi como si intentara leerme, cosa que intento cada vez que la tengo de frente.

-Puede ser.- Contestó con un falso desinterés en mi voz.

-¿Por qué me observas tanto?

-Porque había perdí él derecho de hacerlo.

Ella se muerde los labios intentando que no se pudiera ver su sonrisa de satisfacción por mi respuesta.

-¿Cómo es eso?-Me pregunta con algo de curiosidad en su tono de voz.

-No lo sé.-Respondo de manera sincera.-Tal vez mi ser automáticamente al cometer mi huevona me quitó ese derecho.-No la observó mientras hablo, es como si yo no quisiera que ella observará a través de mis ojos lo que sentí y pase ese día.

-Yo...- Antes de que ella pudiera pronunciar algo se escuchan leves toques en la puerta, lo que hace que voltee hacia esa dirección. La puerta se abre con suavidad y veo la cabeza de Sebas asomarse. Y como si de unos adolescentes descubiertos en una escena comprometedora se tratase, Caro y yo nos separamos acomodándose mejor en la cama.

-Solo les avisaba que ya está él desayuno listo.-Pronuncia con suavidad mientras me mira directamente y me dedica una sonrisa de triunfo.

-Primero aprenda a tocar.-Pongo los ojos en blanco.-En un momento vamos, gracias parce.- Le digo para luego hacer una señal con la mano para que se vaya, a lo que él capta rápidamente. Cuando la puerta se cierra por completo volvemos a quedarnos completamente solos, ella posa su mirada en mí esperando mi segundo movimiento. Yo también poso mi mirada en ella clavándose en sus ojos marrones.

-¿Nos quedamos así toda la mañana o vamos a desayunar?-Me dice mientras acomoda un poco su cabello rosado. Me permito solo reir y ladeo un poco la cabeza.

-Eso lo decides tú.-Esto parece tomarle por sorpresa por unos momentos pero me regala una sonrisa mientras se levanta de la cama y se encamina en dirección al baño.

-Sabes que elegiría la primera opción pero me estoy muriendo de hambre.

Doy un suspiro en conjunto con un pensamiento de tranquilidad, "Carolina siendo Carolina".

Otra oportunidad|Karol G y Feid|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora