Esta es la segunda parte de la adaptación de «El nuevo secretario».
Te aconsejo que antes de leer esta parte, te leas la primera, la cual encontrarás en mi perfil con el número 3.
First seme
Khao uke
Khaotung no volvió a hablar en días, en los que su terapeuta le hacía preguntas, lo observaba e incluso le hacía más cómodas las sesiones para que se abriese pero nada funcionaba.
Este permaneció encerrado en sí mismo sin dejar paso a nadie pues en la oscura soledad de su demencia solo había lugar para Ray pues así llamaba a su alucinación.
El tiempo pasó y el empresario cada domingo de cada semana siguió visitándolo con la esperanza de que este reaccionase y volviera a ser él mismo.
Cuatro largos meses pasaron, hasta que un día, luego de querer salir al jardín, sentado en uno de los bancos, de repente se levantó y empezó a correr de un lado para otro.
Cuando le pareció, se paró y se quitó la ropa, comenzando a correr de nuevo, riendo y saltando, hasta que los celadores lo atraparon, entonces lo vistieron y lo llevaron al despacho del director de la clínica para hacer tiempo pues su terapeuta estaba ocupado.
Al entrar, Khaotung se quedó embobado con lo elegante que era el lugar, muy parecido a los despachos de la empresa de Khanapan Atlantic Corporation, ya que nada tenía que ver con el del doctor Ron pues este tenía las paredes y muebles blancos y muy sencillos.
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Este acarició los muebles caoba, también los libros de la librería, señaló con entusiasmado los cuadros de paisajes, los cuales le habían hecho recordar los que tenía en el suyo.
...-¿Te gusta, Khaotung?-preguntó el director tras él.
Sorprendentemente este habló.
-Si es precioso... yo también tengo uno. Mew me lo construyó
El director y los celadores se quedaron asombrados y rápidamente uno de ellos fue a avisar al terapeuta.
Poco después, este apareció muy agitado pues en cuanto supo lo ocurrido corrió incrédulo al despacho del director, ya que él no había conseguido que este reaccionase, ni hablase en todo ese tiempo.
-Khaotung- le dijo- ¿Cómo te encuentras?
Este levantó se giró y lo miró sonriendo.
-Hola...me gusta mucho este sitio, ¿es para mi?- preguntó.
Los dos hombres no daban crédito pues pensaban que no se recuperaría jamás pero sin duda era extraordinario haberse equivocado.
-¿Por favor señor director podría dejarnos solos unos minutos?- le pidió el terapeuta para probar una teoría.
El director asintió y salió de su despacho.
-Este no es tu despacho pero me gustaría mucho que me contases cómo es el tuyo, ¿De acuerdo?
Khaotung se sentó y empezó a hablar como si nada.
-Mi despacho es maravilloso y está al otro lado del pasillo, en la planta décima de Suppasit Atlantic Corporation... First me nombró Ayudante y Consejero de Dirección, fue mi premio
