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5 años atrás

...-Khao, atiende las mesas de fuera y echa a ese mendigo que está molestando a los clientes-dijo Nik, el dueño del restaurante donde trabajaba hacía ya un año.

Este obedeció a su jefe a regañadientes pues no le gustaba ni él ni el trabajo pero era lo único que había encontrado para poder seguir pagándose la carrera.

Este salió a la terraza de la entrada y fue hacia el hombre en cuestión pero cuando le tuvo cerca y le vio la cara observó que tan sólo era un muchacho, el cual estaba sucio y llevaba ropa rota pero tenía una dulce mirada que irradiaba tristeza y ...

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Este salió a la terraza de la entrada y fue hacia el hombre en cuestión pero cuando le tuvo cerca y le vio la cara observó que tan sólo era un muchacho, el cual estaba sucio y llevaba ropa rota pero tenía una dulce mirada que irradiaba tristeza y dolor.

-Por favor no me eches. Tengo mucha hambre. De verdad que yo no soy malo, por piedad, ayúdame

Khaotung se le revolvió algo dentro, por lo que no tuvo corazón para echarlo a malas

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Khaotung se le revolvió algo dentro, por lo que no tuvo corazón para echarlo a malas.

-Lo siento pero tienes que irte de la entrada o mi jefe llamará a la policía pero puedes ir por la parte de atrás. En cuanto pueda intentaré pasarte algo de comida.

El muchacho asintió, entonces el camarero lo cogió del brazo para fingir sacarlo de la vista de su jefe.

-Llevo días sin comer. Llegué aquí desde Chiang Mai pero me robaron mi maleta y no tengo a nadie...gracias, señor... me llamo Mark, ¿y usted?

-Khaotung pero todos me llaman Khao... anda, espera allí, yo tengo que volver al trabajo

El más joven se sentó en un bordillo de la parte de atrás, mientras vio al camarero volver al restaurante su estómago dolía mucho pero no había tenido fuerzas para ir a un hospital gratuito del cual los otros mendigos le habían hablado.

Khaotung siguió atendiendo a los clientes y cuando su jefe se fue al cabo de un rato, este fue a la cocina y cogió un plato de comida de los que la gente devolvía porque no estaba a su gusto y la cual siempre terminaba en la basura, luego cogió un botellín de agua y en complicidad con la cocinera que era una buena mujer, se lo llevó al hambriento muchacho.

Mark seguía donde él lo había dicho y el pobre se echó a llorar en cuando le entregó los alimentos

-Gra-Gracias, mu- muchas gracias...Eres la única pe-persona bu-buena que me he e-encontrado en esta cuidad

4. El nuevo secretario - FirstKhao - 2da parte TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora