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El último día en Miami, First bajó solo a desayunar pues Khaotung tampoco quiso bajar, ya que puso como excusa que le dolía mucho la cabeza.

Tras terminar, este ordenó que le subieran algo para su esposo, mientras el hizo una llamada a su casa y también a su amigo terapeuta, quién no quiso aventurarse pero le dijo que Khaotung parecía sufrir algun tipo de esquizofrenia.

Roto de dolor y muy asustado, el empresario rompió a llorar mientras caminó de un lado a otro sin saber que hacer, hasta que finalmente se apoyó en una pared, dejándose caer al suelo.

Roto de dolor y muy asustado, el empresario rompió a llorar mientras caminó de un lado a otro sin saber que hacer, hasta que finalmente se apoyó en una pared, dejándose caer al suelo

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Cuando regresó a la habitación tiempo después, se encontró a este muy arreglado y listo para salir.

-Cariño, ya estás mejor, ¿Ya no te duele la cabeza?

-Hola... ¿Qué cabeza?...ah no, ya no...me voy a bailar

-Hey cariño, es por la mañana. Además regresaremos a Bangkok en la tarde-Le dijo este deteniéndolo.

-¡Oye, sueltame!-Chilló Khaotung apartadose-...Yo quiero irme, si tú quieres ven conmigo-dijo caminando hacia la puerta-sino quédate aquí

El empresario se puso delante y lo miró con enfado.

-No, de ninguna manera....yo te acompañaré-dijo chasqueando la lengua y siguiendolo.

Ambos bajaron en el ascensor y acto seguido salieron del hotel, entonces cogieron un taxi, el cual los llevó a un local de fiesta no muy lejos de allí, el cual era veinticuatro horas.

Khaotung reía feliz, así que el empresario creyó que ya había pasado lo peor y su amigo estaba equivocado, por lo que bailaron durante horas hasta que en un momento First fue a la barra para pedir dos cócteles más y éste se quedó en la pista pero cuando regresó, ya no estaba allí.

...-Khao... Khao....¡Khaooooo....!

El empresario lo buscó por todo el local, luego salió a la calle y lo buscó también, incluso preguntó a todas las personas con las que se topó pero no había ni rastro de él.

Finalmente decidió llamarlo al móvil, el cual ni siquiera sabía si llevaba encima pues no le contestó, así que regresó al hotel muy enfadado pues al parecer su marido había decidido seguir la fiesta sin él.

A la habitación tampoco había regresado y tras unos minutos dando vueltas desesperado sin saber que hacer, decidió salir nuevamente su busca pero de repente su teléfono sonó.

-¿Si?, ¿Diga?

-¿Es usted el señor Khanapan?-preguntó una voz desconocida para él.

-Si, soy yo-contestó rápidamente.

-Le habla el teniente Salvador Alonso de la policía de Miami.

-¿Policía?- el empresario sintió un puñetazo en el estómago al escuchar eso.

4. El nuevo secretario - FirstKhao - 2da parte TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora