Esta es la segunda parte de la adaptación de «El nuevo secretario».
Te aconsejo que antes de leer esta parte, te leas la primera, la cual encontrarás en mi perfil con el número 3.
First seme
Khao uke
Khaotung se despertó en la habitación del lujoso hotel de Miami y con confusión miró a su alrededor donde First dormía plácidamente y reparó en que estaban desnudos
Tenía vagos recuerdos de lo sucedido y también muchos sentimientos encontrados, de repente sintió un fortísimo dolor de cabeza y fuertes arcadas le vinieron.
Rápidamente se levantó hacia el retrete donde vomitó durante unos minutos, luego casi a rastras se levantó del suelo en el que se había arrodillado y se hecho agua en la cara.
Muchas imágenes rápidas pasaron por su mente como diapositivas; el Khaotung eficiente y trabajador, disfrutando del poder y los beneficios ser ejecutivo y otras en Miami, junto a First , riendo y disfrutando relajado de su luna de miel.
Una nueva punzada sintió en su cabeza y tras ponerse delante del espejo no vio su reflejo, sino que en vez de éste había un hombre que se parecía a él pero su expresión era dura y sus ojos eran acusadores.
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-¿Quién eres?
-Soy tú, idiota
-No yo no soy ese que está ahí en el espejo
-Ok, es cierto. Yo soy una versión mejorada de ti
-Vete...vete...sal de mi cabeza
Su alucinación entonces se echó a reir de forma burlona y asustado, el ayudantr se mojó de nuevo la cara pues creía estar soñando y tras volver al espejo, esa imagen ya no estaba, en su lugar estaba su reflejo normal, sin fría mirada, ni sonrisa diabólica.
Tras recuperar el aliento, este volvió a la habitación y se subió a la cama y al sentir moverse el colchón, el empresario se despertó.
-Buenos días, amor
Este lo miró y sonrió levemente
-Hola
-¿Tienes hambre, precioso?, ¿qué tal si nos duchamos y nos vamos al buffet?
-¡Yo primero iré primero!-gritó de repente, saltando de la cama y echando a correr hacia el baño de nuevo.
-Vaya... si que tienes mucha energía hoy, amor-dijo First sonriendo con preocupación
Khaotung se duchó rápidamente y luego entró su esposo, mientas que él ya comenzó a vestirse.
-Salgo en un minuto y nos vamos, ¿De acuerdo?
-Si
Poco después el empresario salió pero su esposo ya no estaba, entonces salió al pasillo pero no había rastro de él.
-¿A dónde habrá ido?- se preguntó confuso.
Se vistió a toda prisa y fue su busca pues pensó que realmente este debía estar muy hambriento para no haberle esperado.
Al llegar al restaurante lo vio sentado en una mesa, la cual estaba repleta de platos llenos de comida.
-Amor, ¿cómo no me has esperado?-le preguntó sentándose en la silla de enfrente-¿Y para quién es todo esto?
