Capítulo 12

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Cerca de 5 días habían transcurrido desde que la convivencia entre ambos había empezado.

Había resultado ser más pacífica de lo que cualquiera que conociera al rubio hubiera podido imaginar. Durante las tardes, una vez Eijiro regresaba del trabajo y antes de que se pusiera a limpiar, se sentaban juntos a tomar té y a conversar de cualquier cosa, logrando que se conocieran más.

Gracias a esto, y a la naturaleza curiosa y observadora de Eijiro, pudo darse cuenta de las pequeñas manías y costumbres del rubio ceniza

Como que siempre despertaba a las 7am, realizando ejercicios de Yoga y otros varios para trabajar sus músculos. Tenía muchos cómics y mangas, ordenados alfabéticamente y en orden y que, si le fuese posible, le pondría algo de picante a su comida

También había encontrado, bien resguardada, una colección de múltiples películas Disney, Eijiro no pudo evitar pedirle a Bakugo que le dejara ver cada una de ellas, quien accedió a regañadientes

Todos esos días recibieron la visita de Midoriya, más que nada porque quería asegurarse de que Eijiro estuviera bien, aunque el pelirrojo no entendía la razón, si Bakugo lo trataba perfectamente. En algún punto intercambiaron sus contactos, para estar comunicados y brindar ayuda a Kirishima, en caso de ser necesario

Katsuki se encontraba prácticamente recuperado de su resfrío para ese punto.

Ese día en particular, cumpliéndose ya 1 semana, Kirishima iba caminando hacia sus clases, adolorido y agotado a partes iguales

Y es que tuvo la dicha de conocer a los que él quisiera nombrar "sus suegros" prontamente, pero claro, su suerte no era la mejor y parecía que se había formado un patrón en torno a él

FLASHBACK

Mientras Bakugo estaba trabajando en su estudio, Kirishima estaba tranquilo limpiando el living, sacando cada adorno o fotografía y distribuyéndolos por el suelo para evitar que se rompieran en caso de chocar con ellas. Estaba agachado tratando de alcanzar las últimas cosas que quedaban cuando escuchó la puerta ser abierta, asumiendo que era Izuku, lo dejó estar

No fue sino hasta que escuchó una bolsa chocar en el piso estrepitosamente que se volteó, frente a él no se encontraba el peliverde, sino un señor castaño y una señora rubia...que claramente estaba de mal humor con su presencia

Se quedaron mirando por una milésima de segundo, tiempo suficiente para que Eijiro pudiera imaginar qué estaba pensando la mujer de su presencia en la casa, ningún escenario no era favorable para él

Mientras se levantaba lentamente, musitó-Espere, por favor. Puedo explic..- pero de un momento a otro, ya estaba tirado sobre su estómago en el suelo. La rubia, con una destreza y velocidad impresionante, lo tenía inmovilizado bajo su cuerpo

-Masaru, llama a la policía ¡AHORA!- ordenó rápidamente la mujer- ¿qué pretendías entrando a esta casa? ¡¿EH?! ¡Ladrón!- Eijiro podía sentir cómo el agarre sobre sus muñecas se apretaba más, transmitiendo el enojo de la rubia

¿Por qué a mí? Eijiro no sabía si reír o llorar por la situación en la que estaba, trataba de recalcar a la pareja que todo era un malentendido, pero hacían oídos sordos a sus quejas

No fue hasta que escucharon un ladrido y pisadas rápidas hacia su dirección que se permitió relajarse un poco, Katsuki se detuvo abruptamente para quitar el teléfono de las manos al señor y, rabioso, gritó

-¿QUÉ CREES QUE HACES, VIEJA BRUJA? ¡SUELTALO!- Kirishima no podía estar más aliviado de escuchar esa voz ronca, Nala por su parte se había acercado rápido hasta ellos para tratar de alejar a la mujer de él

Gracias, NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora