Capítulo 22

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Nala ya estaba cansada e incluso frustrada

Y es que, ni su humano ni el chico simpático con dientes de tiburón parecían tener intenciones de dar el primer paso y confesar de una vez cómo se sentían por el otro... ¡Aunque fuera de lo más obvio y todos se dieran cuenta! Claro, todos menos el par. Incluso para ella era algo obvio

Podía sentir las feromonas y señales de "gusto" o "amor" que emanaban desde el primer momento que se topó con el chico pelirrojo, al que su dueño llamaba Shitty Hair o "Eijiro", dependiendo de su ánimo

Había escuchado por parte de los dos las posibles formas de "declararse", incluyendo los lugares y los detalles del caso, y ninguno de los dos entendía cuando trataba de decirles que era innecesario pues el contrario planeaba algo similar

Abrazos y miradas cómplices de las cuales ya había perdido la cuenta, además de otros gestos que ella había visto en los padres de Katsuki, quienes eran su referente de lo que una "pareja humana" debía hacer. Incluso ahora, estaban los 3 en el living viendo películas, ella estaba recostada junto al sillón... y Eijiro dormía sobre su humano, apoyado en su pecho, siendo arropado con los brazos de este y una manta mullida. Veía la forma en la que Katsuki acariciaba el cabello rojo del muchacho y el brillo en sus ojos... era innegable su sentir

¡Ya dile de una vez que te gusta y que se quede aquí, por Dios santo! - trataba de decirle, en base a bufidos y pequeños gruñidos- de todas formas pasa más tiempo con nosotros que con Denki y Hitoshi

-¿Qué ocurre, Nala?- señalizó el rubio, para no perturbar el sueño de Kirishima- ¿quieres ir a dar una vuelta?

Ugh, y ahora le venía con las señas ¿tan difícil era entender lo que quería decir? Si pudiera rodaría sus ojos como lo hacía Katsuki, pero simplemente sacudió su cabeza y volteó en dirección a la pantalla, donde una nueva película daba comienzo

La perrita debía de hacer algo al respecto, amaba pasar tiempo con los dos, pero los nervios y la inseguridad la estaba matando. Le convendría lograr que Eijiro sea el que diga algo antes, había escuchado al resto de los humanos del café, o los "extras" como los llamaba Katsuki, hacer sus apuestas con respecto al futuro de la pareja. Tanto ella, como Shinso, pusieron todas sus cartas sobre el pelirrojo, un pacto casi secreto donde el pelimorado prometió llenarla de golosinas si su predicción se hacía real

Por lo menos eso entendió ella, el resto opinaba que sería el rubio quien se declararía primero, alguien incluso dijo que estaban apresurando todo, que simplemente era una amistad donde eran muy unidos

Que equivocado estaba ese extra... pero Nala no podía culparlo, era humano y no sentía lo mismo que ella

Aunque si lo pensaba bien... quizás sí era buena idea salir a dar una vuelta, los dos tenían como idea el declararse en el parque, quizás si ayudaba moviendo un par de cosas alguno tomaría la iniciativa. Además, serviría para despejar la mente de su humano, había estado trabajando en varios avances de su cómic, mismo que sería publicado junto a otros trabajos de la revista a cargo... saldrían ganando todos de una forma u otra, ¿cierto?

Decidió levantarse y, después de sacudirse fue a buscar esa canasta de picnic que la madre de su humano había comprado para alguna ocasión especial que tuviera su hijo... misma que sería estrenada ese día. La tomó con su hocico y la arrojó a los pies de su humano, para después ir por su arnés y sentarse frente al par

Katsuki sonrió de lado viendo a la perrita antes de asentir, comenzó a mover suavemente a Eijiro para despertarlo- Hey, Kirishima, despierta- dijo, con voz lo más suave que podía emitir

Gracias, NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora