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—¿Me veo bien? -preguntó Kevin viéndose al espejo-

— Vestido elegante o no tu siempre te ves perfecto -halagó Diego-

Después de la mini pelea que Diego tuvo con su madre llamo al contacto de Kevin para decirle lo sucedido, creyó que Kevin se negaría a conocer a sus padres pero, no fue así, mas bien estuvo  feliz y de acuerdo aunque con un poco de vergüenza por haberse sobrepasado con Diego (solo fuero besos).

—Espero no me odien, no quiero que me prohíban ver al enano enojón y guapo que tiene por hijo. -Recibió un pequeño golpe por parte de Diego-

—Andale síguele y hare que mis padres en verdad te odien. 

—No no ya mejor vámonos porque se nos hará tarde y no quiero darles mala impresion.

Salieron de la casa del mas alto, subieron al carro y Diego manejo hasta su casa. En todo el camino visualizo a Kevin muy nervioso moviendo la pierna y con sus brazos cruzados, trato de calmarlo.

—Ya llegamos, tu tranquilo porque en todo caso que algo salga mal a lado tenemos a Hirving para que te auxilie.- ''vaya animo'', pensó el morocho-

bajaron del auto y el momento llego, Diego abrió la puerta colocando su dedo pulgar para que se quitaran los seguros y Kevin pensó en cuanto tendría que trabajar el mismo para al menos conseguir eso. Se sintió insuficiente.

—Listo pasa. 

Se quedo observando como era todo por dentro, las paredes eran blancas sin ninguna mancha de suciedad y eso lo contrastaban con los accesorios plateados que tenían junto a la gran sala de un color gris, se veía muy cómoda, el piso era color negro con pequeñas líneas blancas. La casa era tan grande que tardaría mucho en describirla por completo.

— ¡Tierra llamando a Kevin!

Lo saco de sus pensamientos.

A si, perdón -dio un último suspiro-

—Ya Kevin tranquilo ni que te fueras a morir aparte todavía no... -bajo el tono de su voz denotando tristeza- no somos nada..

El pelinegro estaba apunto de responder pero en eso se escucharon pasos y a Kevin se le congelo el mundo peor que cuando veía una cucaracha en la pared a lado de su cama.

Sinto el agarre de la mano de su morocho.

Calmado, ella solo es intimidante cuando está enojada o entra alguien nuevo a nuestras vidas.

En eso la vio por primera vez, una señora de unos 45 años de porte elegante, pelo negro algo largo y un poco más blanca que Diego. Lucia un palazo negro con unos tacones no tan altos y su cara se veía neutra, atrás de ella venía alguien que no conocía y suponía que era algo del morocho pues tenían mucho parecido solo que era más alto que Diego pero unos centímetros mas bajo que el.

Diego carraspeo.

Bueno creo que es momento de presentarse. Mami el es Kevin, Kevin ella es mi mamá y el -señalo al muchacho- es Mauro, mi hermano.

—Mucho gusto Kevin!, me agrada que ya seas parte de la familia, pensé que este mocoso se iba a quedar solo para siempre.

—Mauro!

Mary, quién hasta ahora no se había presentado, y Diego, gritaron al unisono solo que Mary lanzo un grito más "formal" y Diego pues solo fue Diego.

Disculpalo Kevin, no siempre es así -miro algo mal a Mauro y en seguida miro a Kevin de nuevo- así que tú eres el goleador de mi Dieguito?

Tianguis -Dievin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora