Capítulo 8

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Nickolas.
Llega la noche, el momento de la cena.
Tomamos nuestros respectivos lugares, Venecia junto a mí.
A todos nos sirven pescado menos a ella, me fijo en eso.
—¿No te gusta? —le pregunto.
—Soy alérgica. —murmura. —Al igual que al maní, se lo he dicho.
—Lo tendré en cuenta.

Mi madre carraspeó llamando la atención.
Nos mira a Venecia y a mí.
—¿Para cuándo será su fiesta de compromiso? —Venecia me mira.
—Madre, debemos resolver primero la situación legal de Vene, antes de planear lo del compromiso, tengo que cumplir una promesa antes. —le guiño el ojo.
—Primero deben resolver lo del compromiso, es importante, en cuanto te vean más de dos veces junto a ella serán en centro de atención y no quiero historias de la prensa. —habla una vez más mi madre.
—Si de todas formas hablarán, prefiero que ellos caigan en sus propias mentiras, yo no debo actuar para complacer a nadie que no sea parte de esta familia.
Terminamos con el asunto antes de seguir cenando en silencio, Venecia se ve misteriosamente callada.

Terminó de cenar y se levantó de prisa.
—¿Qué le sucede? —pregunta mi cuñada.
—Si me permiten, iré a averiguar. —la sigo directo a la biblioteca.
Ella se encontraba apoyada sobre una mesa, manteniendo la cabeza bajo, mientras su barbilla presionaba su pecho.
—Esto está mal, muy mal. —la alcancé a oír murmurar.
—¿Qué es lo que está mal? —digo asustandola.
Me mira unos segundos antes de suspirar.
—Todo, eso es lo que está mal, creo que hasta que tú madre no menciono la palabra compromiso no había entendido realmente a cambio de que era todo esto, cuál era el negocio detrás de todo esto, solo estaba pensando en que tu me ayudas y me apoyas, pero ¿realmente tiene sentido casarnos? Ni siquiera nos conocemos el suficiente tiempo como para entendernos.
—Eso no me importa, es parte del trato, yo estoy cumpliendo y tú también lo harás. —me apoyo sobre la puerta cruzando los brazos sobre mi pecho. —No intentes ser tramposa con alguien que pone las reglas, nuestro acuerdo fue demasiado justo para ser que yo te estoy entregando gran parte de lo que tengo, incluso mi prestigio.
—¿Piensas cargarme con eso? Ya me siento demasiado egoísta como para que además me digas todo esto, soy perfectamente consciente que tú estás dedicando todo lo que tienes para intentar defenderme, y yo solo me convertiré en una pieza más del ajedrez que conforma tu familia, pero personalmente no tengo nada para aportarles, sino todo lo contrario, creo que es bueno para ti que tome un poco de distancia, y en cuanto esté resultó todo esto, volveré aquí.

Niego.
—No intentes hacer trampas, tu y yo ya estábamos bien con el acuerdo de que te quedarías aquí.
—Tú madre tiene razón, pronto comenzarán a hablar, yo puedo ir a casa de mi amiga por mientras, hasta que las aguas se calmen y luego si estaré aquí de regreso … ¿imaginas lo que incluso podría decir el juez o incluso mis padres?

Niego para reír amargamente.
—¿Enserio te preocupa que pueden pensar las personas que te clavaron un puñal en la espalda cuando se supone que deberían de cuidar de ti? Eso sí es patético, lo repites pero de igual forma no pareces entenderlo, ellos te dieron la espalda y traicionaron, no si si aún no lo ves , pero ellos no te quieren, no les importas para nada, estás siendo demasiado egoísta contigo misma, porque siempre estás poniendo delante de ti, la idea que otro puede tener sobre tí, y eso no debería ser así, sino todo lo contrario, no importa lo que quieras decir, ya no quiero oírte mencionar siquiera una voz la opinión de otra persona que no esté bajo este techo.

—Siempre soy quien arruina todo. —suspira. —Quiero que lo sepas.

Los ojos de ella reflejaban una gran tristeza, como si realmente creyera esa mierda que sus labios soltaban.

—Soy experto en reparar cosas, no importa si tengo que repararla una, diez o veinte mil veces nuestra relación, siempre que yo sepa que vale la pena lo intentaré, no soy de renunciar a nada.

Ella se acerca tímidamente para abrazarme.
—Tal vez no sea una historia de amor la que estemos escribiendo juntos, pero si será una de incondicionalidad.

—Si sigues hablándome así y cuidándome como lo haces, yo no te podré asegurar que al menos por mi parte no haya amor. —dice aún aferrada a mi. —Eres la primer persona que de alguna forma me está enseñando lo bello del querer, y ni siquiera te lo propones, si así será una vida contigo, yo quiero toda una eternidad contigo, amando por conveniencia.

Mi madre entra a la bibloteca y su rostro se ilumina completamente al vernos abrazados y así como entro volvió a salir en un completo silencio.

Ella no solo llegó a incorporarse en mi familia, sino a cambiar el propósito de todo esto, me resulta tan precipitado hasta pensarlo e incluso decirlo, pero definitivamente me podría acostumbrar a esto, podría acostumbrarme a que ella sea mi propósito cuando no encuentre mi norte, mi cable a tierra cuando todo se vuelve tan irreal.

—Ya, basta de tanta azúcar. —ella retroceder unos pasos para comenzar a sacudarse como si estuviera descargando mala energía y luego sonríe. —Me haces ponerme empalagosa y eso no me gusta, el fingir que nos amamos es una cosa, otra diferente es fingir cuando ya no hay nadie cerca nuestro.

—¿No has pensado que a lo mejor, los mejores actores no son los que más ensayan, sino aquellos que al final de cuentas se interpelan tanto sobre el personaje que interpretan que comienzan a entenderlo y tomar su lugar?

Ella no dice nada, solo se marcha.

En este momento lo admito, sabiendo que todo eso solo fue el principio de lo que estaba por venir, a lo mejor, debería haberme dado cuenta, cualquiera se podría haber dado cuenta, menos nosotros que estábamos ya tan metidos en nuestra burbuja que reaccionar se nos hizo totalmente imposible y solo nos quedó chocar con la realidad.

Amor por Conveniencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora