Capítulo 10

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Venecia

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Venecia.
Las horas se me hacían eternas, la noche llegó muy pronto, pero el día no daba ni rastros.

Todo pasa por mi cabeza, todos los años y momentos vividos, intento encontrar algún recuerdo de como era antes, pero nada recuerdo más que calles de piedras por las que yo corría y por más que me esfuerzo, pero no encuentro nada significativo.

Estoy completamente sola en la habitación esperando que un día comience.

Miró a Nickolas dormir, me siento una acosadora observándolo mientras duerme, pero observar sus rasgos me saca de mis pensamientos, sus perfectas cejas, su cabello el cual tiene algunos mechones que se caen sobre su rostro, sus pestañas largas, sus labios un poco entreabiertos, su pequeña barba candado.

—No sé qué fue lo he hecho bien en esta vida para coincidir contigo. —susurro.

No quiero saber que sería de mí si no hubiera tenido la suerte de encontrarme con Nickolas en esta vida, siento que jamás podré hacer lo suficiente por él para recomendarle todo lo que él ha estado haciendo por mí.

Mi cuñada entra en la madrugada a nuestra habitación a los gritos.
—¡¡LOS ENCONTRÉ, JURÓ QUÉ LOS ENCONTRÉ!! —corre hacia nuestra cama.

No voy a mentir diciendo que yo en ese momento me encontraba durmiendo, porque sería una vil mentira.
¿Quién podría dormir sabiendo que puede que tenga una vida totalmente desconocida esperando?

Nickolas se despierta a causa de los gritos.
—Italia, están en Italia. —repite ella. —Me ha costado mucho encontrarlos, pero en redes sociales encontré una foto de pérdida de hace más de quince años, era un recordatorio de que aún seguía perdida “Venezia” si la niña de la foto eras tú, fuiste secuestrada en tú cumpleaños número cuatro, y actualmente tienes 23 años, no 24 como piensas que tienes y no solo eso, sino que tú nombre se escribe diferente. —Nos enseña todo desde su tableta.
—Bien, envíame todo. —dice Nick mientras se levanta de la cama, camina hacia su armario y saca una pequeña valija.
Yo me levanto detrás de él y voy directo a mi ropa, pero él me detiene.
—Lo siento Vene, no puedes venir, tú tienes una causa en proceso así que para salir del país habría que pedirle permiso a tu juez y teniendo en cuenta que nosotros te estamos apoyando y tenemos medios económicos más que suficientes, en lugar de ayudarte seguramente terminarás detenida de nuevo para evitar tu salida del país, así que mejor quédate aquí y yo iré a averiguar.

—Pero yo quiero saber que paso, no podré estar aquí tranquila como si nada este pasando. —vuelvo a tomar una maleta y Nickolas me la saca de las manos.

—Si esto llega a ser un error ¿Crees que estarías bien detenida? Además de que si te detienen está vez no será por unas pocas horas, sino hasta tu juicio, por lo que tendrían que llevarte a un reclusorio.

Bufó.
—Si bien, algo más que deberé agradecerle a mi hermana próximamente. —digo dándome por vencida.

—Puedo ir yo. —propone mi cuñada. —Además hace tiempo que no viajamos con Oliver, además Amaia no conoce Italia. —Alicia propone con entusiasmo.

—¿Nickolas te quedarías conmigo? No quiero enloquecer aquí, porque me creo capaz de ir yo misma a buscar a mi “familia” y no creo que saldría algo positivo para mí de eso.

Nickolas sonríe y niega.
—Bien, haremos algo para entretenerte entonces, en primer lugar, está bien Alicia pueden ir ustedes, pero mantenganos informados de todo y no les cuenten que conocen a Venecia o la teoría que tenemos, no queremos ilusionarlos por nada en caso de que no sea cierto.
Ella asiente.
—Y tú Vene, ve a prepararte con alguno de los conjuntos que tienes en tu armario, porque te llevaré conmigo al estudio, tomarás por unos días el puesto de Alicia en el estudio, el cuál no desarrolla, pero igual así lo tiene.

Lo miro sin entender, hasta que Alicia habla.
—Secretaria privada, ese es mi puesto aunque solo fui dos semanas este año a trabajar, porque las personas me estresan, ya lo entenderás cuando estés ahí, te aconsejo que no tomes los problemas de ellos como propios porque eso te hará muy mal a la cabeza, y por ningún motivo les des tú número de teléfono, ni siquiera menciones tu apellido porque ellos te buscarán hasta abajo de las piedras para acosarte con sus problemas.

Miro a Nickolas.
—Si recuerdas que soy modelo ¿No es cierto? Mi único acercamiento con la ley es la razón por la que nos conocimos … ¿Qué esperas que haga de tu secretaria privada?

—Deja de limitarte a solo un título, eres demasiado inteligente para probar de hacer lo que quieras y como lo dice Alicia suena un trabajo terrible, pero al menos escucharás problemas de otras personas, para dejar de pensar un poco, ellos no estarán esperando una opinión legal de tu parte, la mayoría de veces solo buscan con quién desahogarse.

—Siento que indirectamente me estás intentando convencer para llevarme a tu clan de abogados… querido futuro esposo ¿Acaso quiere que sea abogada yo también?

Él se ríe.
—Claro que no, no creo que eso sea para tí.
Sus palabras sonaron más a un reto.
—Admitelo Nickolas, tienes miedo a que al final si me decida a ser abogada te dejaría sin clientes. —bromeó con él.
—Me gustan los retos. —responde simplemente Nick.

Me giro en dirección a Alicia, la cual la veo muy sonriente, con una mirada pícara diría.
—Bien, creo que iré a preparar las maletas y a buscar los documentos. —dice antes de salir de la habitación.

—Comenzará a inventarse una historia en su cabeza, dónde yo estoy perdidamente enamorado de tí. —suelta de repente Nickolas. — Hace unos días me cuestionó sobre el porque te cuido tanto, ella no cree que esto se trate de un matrimonio por conveniencia, cree que me enamore perdidamente de ti cuando te vi totalmente desprotegida en esa celda.

—Si me hubieras visto en una pasarela desfilando, dónde yo me siento una diosa empoderada, te aseguro que en ese momento te hubieras arrodillado para pedirme matrimonio, porque hubieras quedado totalmente enamorado de mí.

—Ya lo he hecho sin la necesidad de verte desfilar.

«¿Enamorarse o pedirme matrimonio? ¿Qué es lo que ya ha hecho?»

—¿Cuál de las dos cosas has hecho? ¿Pedirme matrimonio o enamorarte? Nickolas Thobers. —me acercó a él para mirarlo directamente a los ojos. —¿Acaso te has enamorado de mi?

Este se muerde el labio y se arrodilla.
—Arrodillarme por tí, aún sin amor de por medio, tú siempre terminas teniendome de rodillas por ti, intentando protegerte aún de lo que no ves venir.

Él pasa sus manos por mis tobillos descalzos y comienza a subir sus manos por mis piernas, rodillas hasta mis muslos, los cuales presiona un poco, activando mi sensibilidad nerviosa, enviándome escalofríos por toda la espalda.

—Aún sin haber amor de por medio, puedo hacerte temblar ante mi tacto … ¿ no es así, futura señora Thobers?

Este no espera mi respuesta solo besa mis muslos, y yo termine perdiendome ante esa sensación.

—Si está es la razón, podría quedarme toda una vida de rodillas por tí. —dice antes de apartarse y sentarse en el suelo a mirarme detenidamente de pies a cabezas mientras muerde su labio.

Amor por Conveniencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora