Cap. 2 (Primer encuentro)

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(by Amy)

Bueno... se sentía un poco raro el día. Habían pasado unas cuantas semanas desde que me mudé con mi hermano a la nueva casa. Desde entonces, pude estar con él más tiempo; podíamos jugar varias horas como nunca antes, y no me preocupaba que se terminase el día, porque al siguiente también podríamos jugar más. Pero había algo en él... parecía un poco estresado. Oh, qué digo. Se la pasaba estresadísimo. Alguna vez me contó, o tan sólo se le escapó decir en alguno de esos días, que empezó a trabajar para poder ganar algo más de dinero. Dinero que usaría para los dos y además para mi escuela. Por mi parte, pasaba mucho tiempo distraída. Hacía muchas cosas en casa, además de pasar el rato con mi hermano. Tanta era mi distracción que casi no recordaba lo sucedido con mis padres. Me reí mucho todos esos días, me sentí bien. Él me hacía reír, y mis risas lo animaban a él. Parecía ser un equilibrio, un... un buen equilibrio.

Así logramos afrontar aquella pérdida.

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El día de hoy, al fin era mi primer día en la escuela nueva. Sentí todo muy raro... ¿quizás eran nervios? Sí, tal vez era eso.
Mi hermano preparó el desayuno muy temprano y me llamó para comer. Yo fui a la cocina recién levantada, aunque para nada arreglada, ni siquiera me había lavado la cara aún.

—Hey, hey, ¿y esas pintas? Hoy es tu primer día en la escuela nueva y mira que no has despertado muy temprano —se burló él, gracioso pero algo apresurado, mientras hacía mil cosas a la vez. Planchaba mi ropa, preparaba mi mochila, lavaba, y pff... de todo.

—Habría sido de ayuda que una "señorita" hubiese preparado todas sus cosas ayer dijo él, en un tono sarcástico.
Yo solo reí y empecé a comer un panecillo con mermelada que se encontraba ya servido en mi plato.

Pasó un rato, terminamos todo a tiempo y ya era hora de ir al colegio, él me llevaría por ser el primer día, me emocioné mucho al instante de haber salido por la puerta de la casa.

—¿Está lejos? ¿Vendrás a buscarme? —le preguntaba, mientras él se reía por escuchar mi voz tan nerviosa y al mismo tiempo inquieta por llegar.

—Mhm, sí, de hecho falta poco para llegar. Oh... un momento, necesito comprar algo de esta tienda para llevar a casa, ¿podrías esperarme aquí? no tardo —dijo él.
Asentí, y él entró a la tienda. Me quedé de pie allí afuera, moviendo uno de mis pies al ritmo de una canción que recordé.

Escuchaba muchos sonidos estando ahí: pájaros, las hojas de los árboles y la brisa que movía mi cabello completamente suelto pero arreglado. Entre esos sonidos, empecé a escuchar la voz de un niño, no tendría más que mi misma edad... se podía distinguir. El niño se encontraba tarareando una melodía muy bonita, y se escuchaba cada vez más cerca. Yo estaba mirando hacia otro lado, pero al momento de escucharlo entre el sonido de los pájaros y la brisa que movía las hojas de los árboles, me di vuelta hacia donde provenía la melodía.

Al darme la vuelta, me encontré con una silueta un poco lejos aproximándose hacia mí, caminando alegremente, tarareando esa hermosa melodía, con el sol de la mañana saliendo y viéndose detrás de él. Por un momento todo se sintió mágico, parecía ir todo en cámara lenta. Y con la melodía que tarareaba, me quedé mirando hacia él fijamente, con una sonrisa inconsciente en mi rostro, totalmente embobada.

—Holaaa, ¿estás bieeen? —dijo el niño con una alegre voz y una sonrisa tan linda como nunca antes había visto.

—Holaaa, ¿estás bieeen? —dijo el niño con una alegre voz y una sonrisa tan linda como nunca antes había visto

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