"¿Cómo puedo conectar contigo?"
Bill, tras haber vivido tantas experiencias junto a la protagonista, Amy, quien fue su inspiración desde el inicio, espera que en aquel día y con su última oportunidad, logren Conectar.
El tiempo no pasó muy rápido desde lo último mencionado. Todo fué tan genial e igual a como iba antes. Yo aún seguía con ellos, nos seguíamos viendo y demás, nada cambió demasiado desde que tocaron oficialmente su canción. Fueron días tranquilos los siguientes a ese.
Hasta que...
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Me encontraba en casa, con mi hermano. Estaba hablando y bromeando con él, como de costumbre. En un momento, él dijo que tenía que mostrarme algo que encontró, yo lo seguí hasta la sala y luego el ambiente se tornó un poco tenso...
-Mira, aquí... esto lo encontré anoche mientras veía una caja de las que traje el día que nos mudamos. Creo que una de las cosas que puse dentro de esa caja fue... já, fue un accidente -explicó él, un poco triste.
Lo miré empezando a fruncir un poco el entrecejo, sin entender. Hasta que luego me atreví a preguntar.
-¿Qué es?
-Algo que no quería volver a ver -respondió él-. Supongo que te habrás dado cuenta de que la repentina mudanza fue por el estado de shock que tuve por lo sucedido con nuestros padres, y...
-Sí, bueno, y que después... jamás vinieron, como decías que lo harían -al terminar de decir aquello, mi hermano puso una mueca de dolor. ¿Acababa de hacerlo sentir culpable?- ¡Hum! ¡Pero no pasa nada! No, no, ya sé lo que pasó, lo entendí hace un tiempo -intenté decir para arreglar todo, aunque con una voz ahora algo triste al recordarlo de nuevo.
-Lo siento tanto, Amy...
-No, no te preocupes -interrumpí sus palabras. No era necesario escucharlo disculparse por eso, yo ya lo entendía. Así que no quería escuchar precisamente eso ahora. Preferí que ahora al interrumpirlo sería mejor preguntarle por lo que había encontrado.
-Ah... sí -dijo él, y luego empezó a buscar entre la caja lo que quería mostrar.
Sacó una pequeña esfera de nieve navideña, que se encontraba un poco vieja.
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Al sacarla de la caja y verla, sentí un repentino golpe de nostalgia. Vinieron a mí un montón de recuerdos.
-¿Una esfe...? Espera ¡Espera! ¿¡La esfera de mamá!?, ¡no te creo...! -dije casi en un gritito.
Recuerdo haber ido algunas veces a comprar en las ferias por días festivos con mamá y papá. Una vez fui sólo con mamá y exploramos nuevamente toda la feria, hasta que vimos esa pequeña esfera de nieve con otra idéntica al lado, y decidimos llevarlas. Solo en navidades podía estar más tiempo con ellos.
