༘⋆𝐒𝐈𝐗𝐓𝐄𝐄𝐍

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‒Cellbit, espera un momento‒ puso ambas manos a la altura de los hombros del castaño y se separó lentamente

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Cellbit, espera un momento‒ puso ambas manos a la altura de los hombros del castaño y se separó lentamente. Roier se sintió totalmente descolocado al ver los ojos acuosos del castaño. Jamás había pasado por algo parecido y no sabía exactamente que hacer‒Hey. ¿Estás bien? No te pongas así.

Un ligero sollozo se escuchó, alarmando de inmediato al pelinegro y es que no faltaban los chicos metiches que se metían en situaciones que no le correspondían.

Cellbit, por favor, cálmate. Nos están viendo, no hagas esto‒ susurro cerca de él, tomándolo del brazo.

Es que yo ya no quiero ser así, yo quiero cambiar p-por ti‒sorbió de su nariz y lo miro fijamente.

Las mejillas de roier se encendieron con un fuerte color carmesí. No entendía cómo podía decir esas cosas tan a la ligera.

"De seguro lo hace siempre" su subconsciente le respondió. Dejándolo levemente decepcionado porque podía ser muy cierto y él quería tenerlo como amigo. Cellbit solo estaba jugando.

Uh, lo harás, sé que podrás. Pero no lo hagas por mí, sino por ti mismo‒ comento suavemente. Roier iba a decir algo más, pero la campana pegada en lo alto de una columna, lo altero. ¡Iba a llegar tarde!

Soltó el agarre que tenía en Cellbit y acomodo la correa de su mochila‒Yo tengo que irme, hasta luego‒hablo rápidamente, para luego irse corriendo.

El castaño iba a tomar su mano, pero ya era bastante tarde. Roier ya se había ido‒Me gustas, me gustas mucho‒bisbiseo algo triste.

Lange se limpió las lágrimas de sus mejillas con la manga de su chaqueta y algo cabizbajo y con desgana se fue al salón donde le correspondía la clase de Literatura. No tenía ganas de nada que no fuera ir a su casa y dormir hasta quitar los estragos de su corazón. Al menos solo le faltaban dos horas y podía largarse al olido por todo el fin de semana.

Me odio‒ murmuro enojado.

Roier descansaba plácidamente en su adorada cama, ni bien termino las clases se dirigió a su departamento y avanzo algunas tareas hasta las once de la noche

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Roier descansaba plácidamente en su adorada cama, ni bien termino las clases se dirigió a su departamento y avanzo algunas tareas hasta las once de la noche. Luego de ello, sintió que sus ojos ardían producto del sueño que se colaban por su organismo. No lo dudo mucho y luego de darse una relajante ducha, se acomodó entre las sabanas. Asegurándose que podría hacer las tareas mañana, ya que era sábado.

𝐒𝐔𝐂𝐊𝐄𝐑 𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔 ⋆。𖦹°‧★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora