❝ soy un tonto por ti, roier❞
Cellbit Lange era el típico chico malo, popular y arrogante. Sin embargo, todo lo que conformaba ser él, se fue rodando por el borde del abismo al ver por primera vez al chico nuevo, el recién transferido de Mexico y qu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
‒ ¡¿qué hiciste que?! ‒casi grito un cellbit totalmente exaltado.
Era viernes por la mañana, Lange había llegado ‒esta vez‒ temprano a la universidad, por lo que al ver a su rubio amigo no dudo en conversar un rato antes de empezar las clases. Vaya que no sabía si fue una buena idea enterarse de lo que paso ayer.
Forever se aguantó el soltar una carcajada al ver los ojos exaltados de su mejor amigo.
‒ ¿cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué hiciste eso? ‒se enredó en sus propias palabras, cellbit no quería exasperarse, pero vaya que la situación lo ameritaba.
‒hubieras obtenido todas tus respuestas si tan solo habrías escuchado lo que dije en vez de observar a roier como un chiquillo enamorado.‒ se burló a más no poder.
‒E-eso no es cierto. No digas estupideces.
‒el estúpido aquí eres tú ‒ se encogió de hombros.
‒ ¡se supone que eres mi mejor amigo!‒grito indignado.
‒claro, y para eso estoy. ¿Acaso un mejor amigo no ayuda al otro a conquistar a su crush?‒hablo con aires de suficiencia.
‒ ¿Crush? ¡No es mi crush!
‒sí, si como tú digas‒rodó los ojos‒ no entiendo por qué te pones así, cell. Es una salida de amigos‒ alzo la voz en la última palabra‒nada más. ¿O acaso estás nervioso?
‒no tendría por qué estarlo.
‒ ¡Exacto! ¿Ves que es fácil?‒sonrió levemente, su amigo sí que era muy terco, pero igual le seguiría la corriente. Forever quería ver hasta dónde iba a llegar cellbit con esa actitud‒Ahora, lo importante es que la salida será este sábado a las 5 de la tarde.
‒pero forever...‒ siseo ante lo escuchado.
‒por dios cellbit. ¿Desde cuándo tú te niegas a salir a divertirnos?‒le reprocho y el mencionado calló abruptamente al no tener una buena excusa‒Nunca. ¿Verdad?
‒nunca ‒ se limitó a hablar.
‒Está bien. Es por eso que te quiero ver bien guapo como siempre el sábado. Ya sabes para qué puedas llamar su atención‒ sonrió travieso y le dio un leve codazo.
‒ ¡forever!
El rubio soltó una estruendosa carcajada propia de ver cómo es que cellbit estaba caminando bruscamente.
¿Desde cuándo Cellbit Lange? Eso sí que era algo digno de ver.
El sonido de la campana que indicaba el inicio de las clases interrumpió la conversación del par de chicos. Forever fingió secar sus inexistentes lágrimas de la mejilla a causa de todo lo cómico que se veía la situación de su castaño amigo.