❝ soy un tonto por ti, roier❞
Cellbit Lange era el típico chico malo, popular y arrogante. Sin embargo, todo lo que conformaba ser él, se fue rodando por el borde del abismo al ver por primera vez al chico nuevo, el recién transferido de Mexico y qu...
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Roier reposaba su mejilla en toda la extensión de la palma de su mano, poniendo atención a la neutra exposición del profesor Smith. A su alrededor, todos sus compañeros parecían aburridos e inquietos y, es que el director les había anunciado que nadie podría asistir a la dichosa feria hasta que las clases terminaran en su totalidad.
Sí, una gran injusticia hasta para el pelinegro. Y aunque muchos se quejaron e hicieron notar su disconformidad, toda protesta fue en vano ante la última palabra del mayor. Solo quedaba esperar y, para cuando sonó el tan adorado timbre de campana en los pasillos, todos los estudiantes se apresuraron en salir.
La curiosidad adjuntada con la emoción era mucha. Absolutamente nadie quería quedar dentro de los salones.
─Al fin.─ susurró roier.
Jamás se había querido librar tan rápido de una clase como el día de hoy. Al salir, por los parlantes que yacían pegados en cada respectiva distancia en las paredes, el director dio un último comunicado.
"Bueno jóvenes, son libres de ir al campus en donde se está llevando a cabo la feria" Manifestations Of Art" Disfruten de la tarde y recuerden apoyar a todas las exposiciones."
Roier mordió su labio inferior mientras corría con rapidez. Había acordado encontrarse con Lange para ir juntos y como ayer, su corazón latía esperanzado. Justo antes de llegar a la puerta de la biblioteca, un agarre abrupto en su mano lo detuvo. El toque lo asustó de cierto modo, pero al ver que era Mariana, se tranquilizó.
─ ¡Doier!─ chilló emocionado, intentando abrazarlo, pero el mencionado le dio en respuesta un leve empuje tratando de alejarlo.
─ ¡Casi me matas de un susto!─ se quejó. ─Odio que juegues así, Valdo.
─Ay, lo lamento, sabes que lo hago sin intención.─ hizo un pequeño puchero, relajando las facciones tensas del pelinegro.
─Sí, ah, tienes razón, perdón.─ soltó un largo resoplido mientras sacudía su cabello. ─Pero y tú ¿Qué haces acá? ¿No deberías estar viendo si todo está marchando bien con la feria?
Y de pronto, el más alto tragó saliva de una manera tan notoria que roier frunció el entrecejo.
─Ah sí, sí claro.─ relamió sus labios. ─Pero es que le encargué la mitad del trabajo a BBH y pues él está supervisando todo ahora.─ su mirada vaciló, moviéndose de un lado al otro. ─ ¿Adónde pensabas ir tú?
─Estaba a punto de apoyarme cerca de la biblioteca. Le dije a cellbit que lo esperaría aquí para ir juntos al campus.
─Oh. ¿Pensabas ir ya a la feria? No creo que se buena idea, nadie está preparado aún.
─ ¿Bromeas verdad? Yo vi cuando estuvieron arreglando todos los puestos, incluso había un escenario al frente de todos los pequeños toldos.
