Sparks Fly

Capítulo Tres. New Romantics.

Bradley.

El sol cae a plomo en el campo mezclándose con el olor del césped recién cortado. Puedo ver a mis compañeros reunirse en el medio, recibir indicaciones de George, el entrenador. Como tight end, mi papel es versátil, ser fuerte para proteger a Malcom, y ágil y rápido para atrapar pases.

La coordinación y la comunicación son clave, y mis compañeros de equipo son como una hermandad. Nos conocemos tan bien que no hace falta decir mucho, solo una mirada o un gesto basta para entender lo que se necesita en el campo. Es inevitable que la camaradería no tarde en llegar, las risas y bromas pesadas llenan el lugar.

Malcolm se burla de mí con una sonrisa socarrona mientras ajusto mi casco.

— Oye, Brad, ¿cómo está tu futura novia, Blair Lythe? —me pregunta con un guiño. —¿Cuándo será la primera cita?

— Sí, Brad, ¿puedes conseguirme su autógrafo? —pregunta Emmett mientras hace una imitación exagerada de firmar un autógrafo en el aire.

Sé que están tratando de sacarme de quicio, pero no puedo evitar sonreír y jugar con ellos.

— Ustedes dos no dejan pasar una oportunidad, ¿verdad? —respondo con una risa. —No tienes idea de lo que estás hablando, Malcolm.

— ¿Seguro, Brad? —pregunta el moreno, con una ceja alzada. —La prensa dice que no hay humo sin fuego.

— Sí, ¿no deberías invitarnos a una doble cita o algo así? —propone Emmett, provocándome

— Ni en tus sueños, chico —respondo, sacudiendo la cabeza y concentrándome en el entrenamiento, sin embargo era innevitable no pensar en esa noche.

Presenciar a Blair Lythe en el escenario, en vivo y en persona, se convirtió en un momento que transformó mi perspectiva en su totalidad. Había oído su nombre en los titulares de los tabloides, pero nunca antes había experimentado verla en el escenario. Sabía que era una cantante exitosa, pero mi conocimiento sobre ella se limitaba a eso.

Mis sobrinas, Alisson y Andrea, estaban radiantes de emoción por asistir al concierto, y ya que Oliver no podía llevarlas debido a sus compromisos deportivos, me ofrecí a acompañarlas. Antes de salir, preparamos brazaletes de amistad con nombres de sus canciones favoritas y algunas frases. Mientras esperábamos en nuestra suite, ansiosos de que comenzara el espectáculo, me preguntaba qué tendría de especial. Sin embargo, en el preciso momento en que Blair hizo su entrada en el escenario, su presencia me golpeó de manera impactante. Era una visión de belleza indiscutible, su cabello rubio y sus ojos azules resplandecían con una luz propia, y una sonrisa coqueta iluminaba todo el lugar. Pero lo que verdaderamente me dejó asombrado fue su talento. Blair demostró ser una artista versátil, moviéndose con gracia y energía a lo largo del escenario mientras cautivaba al público, además debo admitir que verla bailar era increíblemente sexy. Observarla adueñarse del Soldier Field, un lugar donde el equipo y yo habíamos celebrado innumerables victorias, era un espectáculo magnífico. 

Después del deslumbrante cierre del espectáculo, decidimos acercarnos al equipo de Blair con la esperanza de poder entablar un encuentro con ella. Estaba decidido a usar mi influencia para asegurarme de que mis sobrinas pudieran conocerla y, si se daba la oportunidad, para poder entablar una conversación con ella. Tal vez, con un toque de audacia, podría pedirle su número de teléfono y, con suerte, invitarla a salir. Sin embargo, a pesar de todos mis intentos y llamadas, la respuesta que recibí fue un rotundo "no". Se me informó que Blair necesitaba descansar y recuperarse después de su impresionante actuación, lo cual tenía todo el sentido del mundo. No podía dejar de asombrarme por su increíble resistencia y habilidad para mantenerse en el escenario durante más de tres horas, ofreciendo una interpretación impecable. Asistir a su actuación en vivo era como presenciar el apogeo de una auténtica estrella. No obstante, esa noche avivó un anhelo por descubrir a la persona que se ocultaba detrás de la estrella, un deseo por revelar quién era Blair Lythe más allá de las luces brillantes.