Capítulo cuatro. Bejeweled.

444 49 8
                                    


Los últimos días habían resultado más llevaderos. La presencia constante de mamá, quien me acompañaba en algunos de mis shows, me hacía sentir más en calma, definitivamente había una diferencia. Habíamos sostenido conversaciones profundas, discutiendo abiertamente todo lo que había pasado en los últimos meses. Su apoyo inquebrantable y su sabia perspectiva nunca dejaban de recordarme que, si en algún momento decidía tomarme un descanso, no había ningún problema. Sin embargo, no deseaba convertirme en el centro de atención para la prensa. Tomar la decisión de dar un paso atrás después de una reciente ruptura, lo único que haría sería proporcionar material a los chismes y sobre todo mis seguidores merecían que no cancelara los espectáculos. Ya me había enfrentado a las luces del escenario en el pasado con el corazón roto, y esta vez no sería diferente.

— Señorita, acaban de llegar — informa John mientras enciende el motor del automóvil. Asiento con la cabeza y le indico el punto al que debe avanzar. En los últimos once años, John ha sido mi seguridad personal, un hombre de estatura imponente con una mirada firme que siempre me ha hecho sentir protegida.

La puerta se abre y aparece Elle con una sonrisa que ilumina la tarde. Su cabello negro cae en delicados mechones sobre su rostro. Sophia está justo detrás de ella, y al entrar al auto, me abraza con entusiasmo.

—¡Tanto tiempo sin verte, Bee! Te extrañé mucho.

—Soph, yo a ti —le respondo mientras estrecho sus manos.

—Entonces, ¿ya decidiste unirte a nosotras esta noche? —me pregunta Elle, su voz esta llena de emoción.

—¿No irás? —interviene Soph.

—No tengo muchas ganas, la gira me deja exhausta, y últimamente no he estado durmiendo muy bien.

Sophia hace un puchero.

— Está bien, entonces haremos todo lo posible para que divertirnos por ti también. Y si en algún momento decides unirte a la diversión, sabes que estamos aquí para ti. Ha pasado un tiempo desde tu última salida —añade Elle, con una sonrisa llena de ánimo.

El auto continúa su recorrido y no puedo evitar sentir cierta extrañeza. Es cierto, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que asistí a una fiesta como las de antes. Desde ese estúpido escándalo mediático, la pandemia, toda la ruptura con Rob, seguido del inicio de la gira, no me he permitido la oportunidad de salir, de siquiera pensar en diversión. Me miro en el espejo retrovisor, tratando de reconocer a la persona que solía ser antes de todo lo que paso y sinceramente no veo ni un rastro de ella.

— Si vamos ¿A qué hora estaríamos de vuelta? — pregunto, buscando asegurarme de que el regreso no sea demasiado tarde.

Las miradas sorprendidas de Elle y Sophia se encuentran, pero rápidamente se transforman en sonrisas cómplices.

— Estaremos de vuelta a la hora que tú prefieras — responde Elle, su tono reconfortante.

— ¿Y qué hay de la prensa? — pregunto, consciente de que la sombra de los medios.

Sophia sonríe con complicidad. 

— Tony asegura que no habrá prensa. Quiere que sea un evento íntimo, y solo ha invitado a personas que le agradan. Además, podemos llevar a John ¿Verdad?

Miro a John, quien asiente con la cabeza.

— Bueno, supongo que podría darle una oportunidad — confieso.

— Esa es mi chica — exclama Elle, con una chispa traviesa en los ojos —. Es hora de divertirnos y que nos regales un poco de tu brillo.~

Las luces brillaban y coloreaban toda la casa de Tony, creando una atmósfera festiva y animada. Los globos morados adornaban el lugar, y la iluminación del mismo tono daba un toque especial. La música sonaba a todo volumen, llenando la casa con un ritmo contagiante. Tony tenía una residencia espaciosa, con un patio que albergaba una piscina donde grupos de personas conversaban y se divertían. Reconocía a muchos de ellos, modelos, cantantes y actores.

Sparks FlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora