Capítulo once. Electric Touch

355 30 9
                                    

Blair

No sé cuánto tiempo hemos estado escuchando a Janet, la vibrante asistente de Rose, hablar sin parar. Sus gestos y movimientos enérgicos parecen dirigir una orquesta invisible. Ya he tomado la decisión, pero mi agente insiste en que debo escuchar todo el plan. Mientras tanto, Ady, mi despierta asistente, toma notas diligentemente, registrando hasta el más mínimo detalle de la propuesta de la fundación Hopeful Smiles. Rose, con su expresión experimentada, asiente con aprobación mientras sigue el discurso apasionado de Janet.

—En resumen, Blair —interviene Rose—, aceptar esta invitación no solo sería una contribución significativa al bienestar de los niños, sino que también tendría un gran impacto positivo en tu carrera.

—La verdad, me encanta la idea y, de nuevo, digo que sí —confirmo, dejándome llevar por la emoción del momento.

—Blair, no es una labor fácil. No estamos hablando de uno o dos días; son semanas de compromiso.

—Lo sé, Rose. Pero tengo como tres meses de vacaciones antes de volver a la gira, y pienso que es genial —añado, esbozando una sonrisa—. Además, ahora que mi mamá vendrá a la ciudad, creo que sería lindo poder asistir con ella.

—Eso es increíble Blair— dice Ady y se gira hacía Rose— bien, ¿ahora cuando se firmaría el acuerdo de embajadora?

Rose, toma su teléfono y responde

—Si damos la respuesta hoy, creo que mañana mismo estarías firmando el acuerdo como embajadora. Janet, por favor, asegúrate de que el contrato llegue a Ady.

—Me encanta todo esto, si hay algo pendiente me das una llamada— le sonrió— Iré a almorzar con mi maravillosa asistente.

Rose asiente con una sonrisa y se acerca para darme un abrazo. A lo largo de los años, nuestra relación ha evolucionado de una simple colaboración profesional a una profunda amistad. No hay nadie más con quien prefiera compartir este viaje lleno de altibajos. Aunque somos muy diferentes, hemos encontrado una conexión única que ha resistido incluso nuestros momentos más difíciles. A pesar de los desacuerdos ocasionales, Rose es más que mi agente; es mi confidente, mi aliada y una verdadera amiga. No cambiaría nuestra amistad por nada en el mundo.

—Hasta luego Janet, fue genial escucharte y suerte con maléfica Rose.

Janet y Rose sueltan una carcajada mientras Ady y yo salimos de su oficina.

~

Las paredes del salón de recepción estaban adornadas con trazos celestes y azules, un festín visual que contaba la historia de cientos de niños sonrientes. Pantallas enormes mostraban testimonios, creando un ambiente lleno de emoción. El lugar rebosaba de gente; entre la multitud, reconocía algunos rostros familiares de otras figuras famosas, y los destellos de los flashes de la prensa creaban una atmósfera animada.

—¡Blair! —exclamó una mujer con mechas caramelo, parándose frente a nosotras. Rose la saludó con una amplia sonrisa y la atrajo más cerca.

—Blair, ella es Natalie Cleew, la coordinadora de Hopeful Smiles.

—¡Qué gusto conocerte al fin! Estamos muy agradecidos de que hayas decidido unirte a esta causa.

—Muchas gracias, Natalie. Estoy muy feliz de estar aquí —respondí con una sonrisa—. Ella es mi mamá, Emma.

—Bienvenida, Emma. Qué alegría tenerte.

Mamá también la saludó y lanzó un par de bromas, creando un ambiente relajado. Natalie nos pidió que la acompañáramos hasta nuestra mesa mientras nos hablaba sobre el funcionamiento de la fundación. Mamá hacía más preguntas que yo, y siempre terminábamos soltando risas.

Sparks FlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora