No tenían que ser antes de las tres de la mañana cuando una lluvia de golpes sacudió la puerta del apartamento de Adam. Se había quedado dormido en su sofá-cama alrededor de las 11:00. Disgustado, tragó saliva y suspiró mientras con la cabeza gacha veía que no había señal en su televisión, la estática en blanco y negro extrañamente le recuerdo a los calambres. El golpe persistió y Adam se estremeció, colocando una almohada sobre su cabeza.
Probablemente era el dueño para decirle que necesita pagar su factura de agua, aunque vence en una semana, era muy pronto a pesar de que ya le habían enviado alertas en su teléfono, pero cada vez que se las arregla para evitarlo siempre terminan dando con Adam, esperaba que el que llamaba a su puerta a una hora malditamente tarde no fuera alguien que le estampara los papeles en la cara.
Los ojos de Adam se abren en ese momento poniéndolos varias veces en blanco y su corazón se detiene en un suspiro enojado.
Tenia unas ganas inmensas de ignorar el ruido pero no iba a dormir de todas maneras por la interrupción. Estaba tan deprimido últimamente, tan solo. Algunas veces se siente estupido por querer llorar por alguien que en un principio no fue suyo, quizás sólo estaba algo sensible esos días pero, de verdad extraña a Lawrence.
—¿Adam?
El castaño parpadeó perplejo, su mente ahora funciona más rápido que antes y cree que solo ha imaginado la voz de cierto doctor para volver a caer en su agujero depresivo de dependencia. Definitivamente estaba más consciente de lo que estaba hace unos segundos, y definitivamente quería creer que imaginaba esa voz.
Se levanta tan rápido como puede del sofá-cama mareándose en el proceso y prácticamente corre hacia la puerta para abrirla de par en par y confirmar que no estaba loco (aún).
—Siento haberte despertado.
Habló Lawrence en voz baja, y Adam agitó la cabeza, arreglándose avergonzadamente el pelo de mechones chocolate desordenados. El joven miró tímidamente a Lawrence, sintiéndose tan pequeño, tan inferior al hombre que tenía ante él, con los hombros tan anchos y un aire seguro a su alrededor.
—No es que me moleste, todo lo contrario pero... si me permites preguntar... ¿Por qué estás en mi apartamento a las 3 de la mañana?
Sabía que Lawrence podría decirle a su esposa una razón perfectamente buena para salir y mentir sobre que se trataba de una emergencia médica, pero aún le costaba comprender por qué diablos Lawrence aparecería a una hora tan aleatoria de la noche. Pudo haberlo contactado en la mañana. Lawrence solo tragó, mirando de lado a lado como si temiera que alguien lo estuviera siguiendo.
—¿Puedo entrar?
Adam simplemente se hizo a un lado, permitiendo el paso, una vez estuvo dentro el castaño hizo el mismo gesto de revisar el pasillo antes de cerrar la puerta. Observó en silencio, su usual humor sarcástico estaba escondido dentro de su pecho, junto a los latidos de su corazón y la abrumadora ola de emoción que llenó su garganta, sus pulmones, su boca, haciéndolo incapaz de hablar.
—He estado pensando mucho.
—¿Pensando en qué?
—Todo, no puedo evitar pensar en ti...
Se dio cuenta de que todas estas cosas no pertenecían a nadie más que a sí mismo, y realmente no había ninguna razón sólida por la que tuviera que hablar con Adam al respecto. Tal vez fue porque Adam era la única otra persona que realmente entendería exactamente cómo se sentía Lawrence. De repente su ritmo cardíaco se detuvo. ¿Lawrence vino a hablar de sentimientos? Por supuesto que Adam escucharía, pero no estaba seguro de qué decir si le pedía que hablara también.
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Tears Don't Fall [Chainshipping]
FanfictionLa vida del doctor Lawrence Gordon se ha consumido completamente por la rutina, a pesar de tener una maravillosa esposa, una hija cariñosa y ser uno de los mejores oncólogos del estado, ni siquiera su trabajo parece brindarle alegría alguna en su vi...