Cuando la noche se volvió el día una vez más y el doctor y Adam volvieron temprano en la mañana, el rubio no tenía tiempo de volver a su casa así que se recordó llamar a Ali cuando dejara a Adam en su apartamento y directamente ir al trabajo. Habían disfrutado de un largo viaje que había sido, a partes iguales, emocionante y agotador. Ahora, el cansancio los envolvía, pero la satisfacción de las experiencias llenaba sus corazones.
Lamentablemente la magia tuvo que terminar así que el viaje de vuelta parecía un regreso a la rutina de sus vidas, y ese pensamiento llenaba el aire del automóvil de una melancolía suave. No querían que la ilusión de su amorío desapareciera con la primera llave que girara en la cerradura de su apartamento.
Finalmente, llegaron al edificio del castaño y encontraron un lugar de estacionamiento. Adam suspiró suavemente y miró a Lawrence. Él sonrió con cariño y le tomó la mano.—Ha sido un viaje increíble, ¿verdad?
Dijo, sus ojos azules brillando como estrellas y la mirada de amor hizo que el estómago de Adam se apretara.
—Sí, Larry, increíble.
Respondió, sus ojos verdes reflejando la misma emoción. Se quedaron unidos en un silencio compartido, recordando toda la aventura y de cómo por un día se sintieron una pareja normal. Así que, Lawrence miró hacia el apartamento, el reloj marcaba las 8:07, y los rayos de luz ya estaban tocando cada rincón de ese nuevo día.
—Bueno, Bug, aquí te dejo.
Gordon dijo en voz baja, como si hablara con el universo.
—Nos veremos pronto de nuevo ¿verdad?
El fotógrafo preguntó, luchando contra la necesidad de decirle que no quería separarse ahora. Sus ojos se encontraron, y en ese momento, se sintió mortificado. Esto que compartían no dependía de los lugares que visitaban, sino de los momentos que creaban juntos. Gordon se inclinó hacia Adam y lo besó suavemente. Sus labios se encontraron con ternura, como si quisieran retener ese último sabor de su aventura juntos. El beso llevaba consigo una esperanza de una vida mejor si las cosas no iban mal.
—Gracias por este viaje, Adam.
—No, gracias a ti. Gracias por querer pasar tiempo conmigo y compartir algo que te gusta mucho.
Gordon le dio otro beso, esta vez en la frente. Luego, se apartó y Adam salió del auto caminando a paso lento hacia la entrada del edificio mirando de vez en cuando a Lawrence por encima de su hombro. Así, en medio de su reciente soledad, después de un viaje que habían atesorado, el doctor empezó rumbo hacia la clínica. El último susurro de su viaje resonó en su corazón mientras cerraba la puerta detrás de él, listo para enfrentar la siguiente etapa de la realidad. Adam logra entrar a su apartamento tras su aventura nocturna, y para su sorpresa se encuentra con Amanda quien le esperaba en la cocina preparando una taza de café en un intento desesperado de controlar sus nervios. La noche anterior todavía revoloteaba en su cabeza la escena en la clínica con la señora Gordon.
—Amanda, no sabía que estabas esperándome.
Dice con la voz ronca con un toque feliz y el aroma del café comienza a llenar la cocina, la chica tenía una expresión de seriedad en el rostro.
—Adam, necesitamos hablar.
Dijo la castaña con voz tranquila pero decidida. Adam se sintió incómodo ante la conversación que se avecinaba, pero sabía que era necesario afrontarla. Asintió y se sentó a la mesa, donde su taza de café humeante lo esperaba.
—Lo siento por no avisaste lo de anoche. No era mi intención preocuparte.
Adam comenzó con un tono de disculpas. La chica se sentó frente a él y exhaló profundamente antes de hablar.
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Tears Don't Fall [Chainshipping]
FanficLa vida del doctor Lawrence Gordon se ha consumido completamente por la rutina, a pesar de tener una maravillosa esposa, una hija cariñosa y ser uno de los mejores oncólogos del estado, ni siquiera su trabajo parece brindarle alegría alguna en su vi...