Capitulo 12_ Encuentro Familiar (parte 1)

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Bella POV:
Me quedé sentada, en silencio, sin saber que hacer. Mi mente no podía con esto, Alice había estado aquí hace tan solo un minuto y ella sabía todo ahora, les diría a todos los demás lo que le dije, Edward, él sabría todo.
Quien sabe si Alice estaba diciéndoles todo ahora, negué con la cabeza a este pensamiento. Si, Alice era un vampiro, era rápida, pero no tanto.
Justo en ese momento, como había dicho Alice, por supuesto. El coche patrulla de Charlie se detuvo en la entrada, pero aún no reaccione, sino hasta que Charlie entró a la casa fue que pude dejar mi posición de estatua de sal.
—Hola pequeña, ¿Qué tal tu día?— preguntó Charlie.
¿Cómo responder a esa pregunta? Perfectamente bien papá, fíjate, conocí a unos vampiros hoy, y no solo eso, conocí a mi futuro esposo vampiro. Pero en vez de eso di la respuesta que debería dar si no quería acabar en alguna institución mental.
—Bien— respondí sin más.
—¿Y que tal los chicos? ¿los maestros? ¿te trataron bien?— preguntó Charlie mirándome fijamente.
—Todos fueron muy amables— dije con entusiasmo.
—Me alegro mucho por ello pequeña, no quiero que te desanimes tan pronto de vivir aquí— dijo Charlie, no me estaba mirando, estaba avergonzado, pude ver un brillo en sus ojos. Me entristeció.
Me levanté de la silla y fui a continuar con la cena que había abandonado hace rato, para darle tiempo para recomponerse.
—No, me gusta mucho aquí, creo que me quedaré a darte problemas durante un par de años papá— dije con sinceridad. Escuché un suspiro y una risita, pero no dije nada.
—¿Y que hay de cenar?— dijo Charlie, cambiando de tema, aunque pude escuchar la felicidad en su tono. Sonreí.
—Comida mexicana— contesté. No dijo nada, voltee para mirarle y él me estaba mirando con la duda en su rostro.
—Tranquilo papá, no voy a envenenarte, lo prometo— bromeé levantando mi mano derecha.
—No lo intentes, no olvides que soy la ley jovencita— bromeó.
—No señor— dije y me voltee para continuar haciendo la cena.
Unos minutos más tarde, estaba lista la cena, serví un plato para cada uno y nos sentamos a comer. Charlie pensó que no lo vi oler la comida antes de dar un bocado.
—Esta delicioso Bells, aunque no se de donde obtuviste estos dotes culinarios, de mi parte no y bueno tu madre…
—Supervivencia— dije y luego ambos nos reímos. Cualquiera que probará la comida que hacia mi madre podría considerarse un superviviente.
Conversamos amenamente el resto de la cena y mientras lavábamos los platos sucios, hablamos sobre la escuela en Phoenix, pregunté sobre la pesca, preguntó por los chicos de Phoenix. Lo tranquilizo saber que no había tenido ningún novio ni nada parecido, a menos claro que contáramos los sueños extremadamente vividos, pero eso no era algo que le contaría a mi padre.
Luego nos sentamos juntos a ver un aburrido partido de baloncesto de universitarios, aunque estaba muy aburrida, Charlie parecía contento de explicar una y otra vez cada jugada del partido. Fue toda una experiencia compartir con Charlie, no creo haber hablado tanto con él en la vida, pero me gustó mucho.
Todo fue bien hasta que Charlie me invitó a ir con él a la Push a visitar a Billy y Jacob.
Jacob.
Ni siquiera había pensado mucho en Jacob, me sentí mal por ello.
—¿Entonces? ¿Vendrás a la Push el domingo? No habrá pesca, lo prometo— dijo Charlie.
Ni siquiera lo dude al contestar.
—Claro, papá, pero nada de pesca— levantó las manos en alto como si se rindiera. Negué con la cabeza.
—Me voy a la cama papá, buenas noches— dije y me acerque torpemente a darle un abrazo.
—Buenas noches Bells, estoy encantado de tenerte aquí.—dijo sin mirarme a los ojos.
—Todo con tal de tener comida decente, ¿No?— bromeé.
—No diré que es mentira—,bromeó— pero de verdad estoy muy feliz de tenerte aquí Bella— dijo seriamente.
—Yo también estoy feliz de estar aquí papá, buenas noches.
Subí corriendo las escaleras a mi habitación, no sé porque de repente me sentí con la urgencia de subir a mi habitación. Me recordaba a cuando me apresuraba a subir en el sueño, porque Edward estaba esperándome, ¿Será? Me pregunté y mi conciencia me contestó con un rotundo No.
Gire la perilla y entre a la habitación sin mirar alrededor, no soportaría ver que no estaba aquí. Me di una larga ducha y luego de secar mi cabello y ponerme mi pijama, entre a mi habitación y me tire a la cama, me dormí enseguida, pero no duró mucho. Desperté a media noche, con la sensación de no estar sola, prendí la luz, pero no había nadie. No estaba él.
No pude volver a dormir de nuevo, como consecuencias por la mañana tenía unas horribles ojeras de mapache, me veía horrible.
Me aliste temprano para ir al instituto, apenas y podía respirar, ¿estarían ellos? ¿Se habrían ido? Mi pecho se agitaba de solo pensar en ello.
No pude concentrarme, como de costumbre, en ninguna de las clases. Me había avergonzado enfrente de todos en cálculo, cuando contesté mal a una pregunta que me hizo el profesor al ver que estaba en la luna.
Camine en silencio junto a Jessica y Ángela a la hora del almuerzo, ya estábamos entrando a la cafetería, cuando una voz como de campanas hablo a mis espaldas.
—¡Bella!— era Alice. Me detuve y me gire para verla, cuánto alivió sentí al verla, tanto que casi me lanzó a darle un abrazo.
Se acercó corriendo a paso humano hacia mi, pero sin perder su gracia de bailarina. Me sonrió inocentemente.
—Prometiste que almorzarías con nosotros— dijo sonriendo como un angelito, ¿dijo nosotros? ¿Edward?— Oh, espero que no les importe chicas, pero me robaré a Bella— dijo tomándome del brazo. Jessica y Ángela dijeron algo que no alcance a comprender, mientras Alice me arrastraba a su mesa.
No levanté la mirada hasta que llegamos a su  mesa y los ví, estaban ahí, Emmett, Jasper y Rosalie, pero él no estaba. Sentí que mi pecho se calentaba y mi corazón se detenía, ¿Se había ido?
—Oye, oye, está bien, mi hermano no ha ido a ningún lado, está de caza, ya sabes tu sangre, no quería correr riesgos. Volverá pronto, créeme lo sé— dijo Alice en voz baja y señaló su frente sonriendo.
Solo entonces pude notar el lugar en el que estaba sentada y con quiénes, me tense enseguida, hablar con Alice era una cosa, pero los demás, ¿Qué estaban pensando sobre esta extraña situación?
Todos me estaban mirando y nadie parecía querer romper el incómodo silencio, hice un intento de decir algo, abrí mi boca, pero fui detenida por una muy molesta Rosalie.
—Dime ahora que es lo que pretendes al venir aquí y decir todo ese disparate de que nos conoces de tus sueños— dijo con un filo en su tono— no creas que me voy a creer toda esa basura, no soy estúpida, alguien te envío aquí para hacernos daño y me vas a decir quién fue— me miró con sus ojos completamente negros, llenos de rabia.
—Rosalie— susurro Alice— no es el momento para esto, ve donde estamos— le señaló a la cafetería. Rosalie se recostó de nuevo y no dudo en seguir mirándome con sus ojos como si fueran dagas.
—Yo— decidí que debía decir algo, no quería llevarme mal con Rosalie, aún recordaba la gran deuda que tenía con ella, le debía la vida de mi bebé en mi sueño, ella se convirtió en mi familia al igual que cada uno de ellos, yo le quería al igual que a Alice, nuestra relación era algo extraña, si, pero ella también era mi hermana y la amaba. Aunque ella a mi no.
—¿Qué?— voltee para mirar a un sorprendido Jasper, espere para ver qué era lo que quería decir, pero no dijo nada. Así que decidí continuar con lo que estaba diciendo.
—Yo, no pretendo hacerles ningún daño, todo lo que dije es realmente cierto, los conocí en un sueño..
—Bueno, eso es algo muy loco, ¿No? ¿Di algo? prueba lo que estás diciendo— dijo un muy divertido Emmett, siempre tan poco afectado por cualquier asunto que requiriera algo de seriedad. Note como Rosalie le daba una mirada desaprobatoria, pero él solo se encogió de hombros y me miró. Expectante.
No fue difícil encontrar algo que decirle a Emmett.
—Uhmmm, ¿Te suena la historia de un chico que perdió un duelo con un enorme y molesto oso grizzly? Es amigo mío, el pobre aún no supera haber perdido ese duelo— dije negando con la cabeza. Mire a Emmett que me estrechaba los ojos, ¿Me había pasado de la raya? Me di cuenta que no era así, cuando Casi me da un infarto porque Emmett empezó a reír escandalosamente.
Toda la cafetería nos miraba, algo que, por supuesto, a Emmett le importaba poco, pero no a Rosalie. Lo miró muy molesta y él se detuvo enseguida, luego me miró a mi. Ups, creo que lo de no hacer enojar a Rosalie me había salido al revés.
—Esta chica es genial— dijo Emmett mirándome— supongo que nos llevamos pesado, ¿Ehh?
En realidad él era el de las bromas, siempre me hacía avergonzar, pero ¿No tenía que saber eso? ¿Verdad?
—¿Qué más sabes?— preguntó Jasper aún dudoso.
—Mmm, se que María fue quién te creo, eras un soldado antes, de.. eso y luego te convertiste en la mano derecha de María, entrenabas neófitos en el sur, por eso tienes todas esas cicatrices— susurre y no pude mirarle mientras decía esto. Cuando le miré, él me evaluaba y luego solamente asintió con la cabeza, ¿Lo que significaba? Quien podía saberlo.
—¿Y sobre mi? ¿Qué sabes?— preguntó Rosalie.
—Tu encontraste a Emmett cuando fue atacado por el oso, lo llevaste a Carlisle para que el lo convirtiera, ya que no habrías podido hacerlo tu, porque nunca has probado la sangre humana— dije en voz baja, por supuesto que esto no era un problema para la audición de un vampiro, evite mencionar lo de su historia de conversión, eso no sería algo apropiado para mencionar, ella me miró esperando que dijera algo más, pero no iba a hacerlo, al principio pareció molestarla, pero luego, se mostró completamente indiferente.
—Bien, ya todos tienen su prueba, ahora Bella, Carlisle y Esme quieren conocerte— dijo una entusiasmada Alice. Le sonreí, yo también quería verlos, sobre todo a Esme.
—¿De verdad?
—Si, en realidad, quería hablar contigo sobre eso, Esme me pidió que te invitará después del instituto— esto me tomo desprevenida.
—¿Y bien?— preguntó Alice.
—Me encantaría, solo si no es una molestia para nadie— murmuré, más que nada pensando en Rosalie, Jasper y… Edward. No quería imponer mi presencia y mucho menos incomodar a Edward con la sed.
—¡No seas tonta! Carlisle se muere por interrogante sobre tu sueño, Esme quiere conocerte desde hace mucho y… si te refieres a Edward, te aseguro que estará más que contento de verte, regresará en un par de horas y podrán hablar al fin de todo esto.
—Bueno, si ese es el caso, acepto— dije, pero me sonó más como una pregunta que como una afirmación.
—Llama a tu padre y dile que llegarás tarde.
—Mmm y, ¿él que dira?— pregunté para estar prevenida, pero, de nuevo, la risa estruendosa de Emmett me tomó por sorpresa.
—Lo dicho, esta chica es genial— me miró divertido y no entendí lo que quería decir— usando los dones de nuestro duende y ni siquiera preguntas si saldrás con vida de una casa llena de vampiros— explicó, susurrando.
—Ah, vamos, no me das miedo, cazando al pobre Winnie Pooh por el bosque— bromeé. Él se rió nuevamente.
—Bien, basta de bromas llama a tu padre— me regañó Alice.—ten, usa mi teléfono.
Llamé a mi padre y le dije que llegaría tarde, me preguntó donde estaría y le dije que estaría con unos nuevos amigos, me preguntó quienes eran y estuvo encantado cuando le dije que eran los Cullen, me dijo que eran buenos chicos y que nunca le causaban problemas. Si él supiera.
El almuerzo terminó justo cuando colgué el teléfono. Se lo devolví a una entusiasmada Alice.
Estuve nerviosa en el último periodo de clases, hasta que sonó la campana y fui al estacionamiento, ahí estaba Alice y también los otros esperándome.
—Por favor dime qué no piensas venir en tu camión— me suplicó Alice, pero eso es exactamente lo que yo iba a hacer, no podía dejar mi camioneta aquí, además no quería incomodar a Jasper en un espacio tan pequeño.
—Oh, ¿Cómo lo supiste?— dije irónicamente. A lo que, por supuesto, le siguió una risa de Emmett.
—Lo dicho, me encanta esta chica, va a ser muy divertido tenerte en la familia— sonreí ante la aceptación de Emmett.
—Ahhh, está bien, iré contigo en… eso— dijo Alice, y ya empezaban a insultar a mi camión.
Los demás se subieron al Volvo y se fueron rápidamente.
Alice y yo subimos a mi camioneta justo después, el ruido ensordecedor que hizo al encender logro que Alice pusiera los ojos en blanco.
—En serio, ¿Cómo no te has quedado sorda?
—No es tan malo, es un buen auto.
—Chatarra— juraría que la escuché decir, pero cuando la ví estaba sonriéndome inocentemente.
Empecé a conducir lentamente hasta que dejamos el pueblo, Alice estuvo extrañamente silenciosa en todo el camino, salvó cuando resoplaba molesta, porque probablemente nos había tomado el doble de tiempo llegar a su casa. Suspiró de alivio cuando vimos su casa.
—Nunca volveré a subir a este camión Bella, sin ofender.—dijo mientras bajaba.
Yo por otro lado, tenía las manos como pegadas al volante, mis nudillos blancos de tanto apretarlo.
—Oye, oye, está bien, nadie te va a comer — Alice bromeó— ahora, una prueba más, no es cosa mía, ¿Puedes decir cómo es la decoración interior de la casa?— preguntó Alice.
—Por supuesto— si ellos necesitaban más pruebas de que no mentía, con gusto se las daría, así que describí para Alice cada rincón de la hermosa casa blanca.
—Aún no deja de sorprenderme la precisión de ese sueño tuyo— me dijo Alice—Vamos, hay que entrar.
Dijo mientras abría la puerta de la camioneta para mí. Camine detrás de ella hacia la puerta de la casa Cullen, dónde sin ninguna necesidad de tocar, por supuesto, fue abierta por la encantadora Esme.

¿Todo Fue Un Sueño? (Fanfic) (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora