Parte 24/Pesadilla.

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Narra Elsa.

Tenía que hacer algo. Y lo iba a hacer, estaba decidida.

Espera unos segundos hasta saber que Hiccup estaba en la cocina.

Me asomé. Hacía no se que.

- ¿Astrid no volvió? - Preguntó.

Negué.

- No la cubrí, ella me lo dijo al frente de tí.- Me defendí cruzando mis brazos.

- ¿Enserio? ¿Y cuando?- Preguntó en un tono de ironía.

- Estabas dormido, o talvés, te hacías el dormido.- Le regañé.

- Si, claro.- Volvió a contestar con ese estúpido tono.

- ¡Solo salio con su novio! -

- Vete a divertir armando la torre de cartas que tiraste.- Me regañó.

Hice una mueca.

Hiccup no me miraba a la cara. El muy cobarde no se animaba a decir nada de lo que pasó como si lo hubiece llevado al viento.

- Dramático.- Murmuré.

- Niña.- Susurró de un modo que lo escuché.

- Pendejo.- Volvi a murmurar.

- Tonta.- Dijo él.

Este busca guerra. Pensé.

- Idiota.-

- Nenita.-

Omg.

- ¡Tonto! -

- ¡Torpe! - Grito entre dientes de enojo.

- ¡Cobarde! - Dije.

Se pudrio todo. Hiccup me miró molesto.

- ¿Cobarde? - Preguntó.

- ¡Si! ¡Eres un cobarde! ¡No sabes asumir las cosas que haces! - Grité como la reina del mundo.

- ¡Y tú eres una niñita que no sabe lo que siente! - Gritó.

Ah bueno, ¿¡Yo!? Digo, yo no se pero él tampoco.

- ¡Primero me besas y luego te vas como un cobarde! - Grite sin saber lo que decía.

- ¡Tú dijiste lo de ser amigos! ¡¿Que quieres que haga?! - Gritó y se acercó a mi.

Nos miramos fijamente con enojo. Después abrí mejor mis ojos pensando en lo que él dijo.

Le tomé de las mejillas atrallendolo a mi, y segundos después sus labios se unieron a los mios. Hiccup lo tomó de sompresa pero encegida movió sus labios para cambiar la pocisión levantandome de mi mentón para llegar bien a mis labios.

Nos besábamos salvajemente. Hiccup me estaba volviendo loca y lo admito.

- Elsa...- Susurró ahora él, entre besos. Nos quedamos unos segundos así.

Hiccup iba a hablar nuevamente. Pero yo le cubri los labios con mi dedo meñique. Lo miré directamente a los ojos al igual que él.

- Vas a volverme loca, Hiccup.- Le dije.

Noté que sonrió.

- Oye, no es mi culpa.- Murmuró.

- No, no lo es.- Sonreí.

Hiccup levantó mi mentón nuevamente y me regaló un tierno beso.

- No puedo dejarlos solos ni una hora que los encuentro abrazados, o besándoce.-

Mierda.

Hiccup suspiró con frustración rozando mi nariz. Yo sonreí. Max, el cual estaba ahí lanzó una carcajada y podía imaginar la sonrisa de Astrid.

Los miramos. Hasta el momento que yo le fulminé con la mirada a la rubia.

- Genial.- Sonrió Astrid.- Les venimos a decir que nos vamos.-

- Pero dijiste que...- Le interrumpieron a Max.

- ¡Vamos! - Le tomó del brazo y lo llevo hasta afuera.

Me volteé para encontrarme con un Hiccup muy molesto. Alcé una ceja.

- Señorita Arendelle. Eso fue desapropiado. Me gustaría ser solo su amigo.- Se reprochó.

¡Amigo! ¡Al diablo con eso!

Le fulminé con la mirada y Hiccup evitó lo mas que pudo una sonrisa.

- O ser hermano de tu mejor amiga.- Sonrió ya sin poder evitarlo.

Me cruzé de brazos.

- Te la debía.- Se encogió de hombros.

- Tú no seguiste mi regla.- Le recordé.

- Tú no te negaste a mis besos.- Me regañó.

- Pués entonces...-

- Pués entonces...-

- Entonces...- Alcé una ceja.

- ¿Se supone que tengo que romper tu regla de ser amigos? -

- ¡Si! Digo no se...Yo...Pff, lo dices luego de que la rompiste cincuenta veces...Es mas...- Esta vez, Hiccup me tomó de las mejillas y plantó un beso en mis labios.

Le acaricié el cabello.

De un momento a otro comenzamos a ir hacia la habitación de Hiccup. Allí trompezé hacia atras callendo sobre la cama y él sobre mi.

El beso fue sediendo, me dio unos besos en el cuello haciendo que mi piel se erizara y luego volvio a mis labios para darme dos besos mas. Se acomodó a un lado mio abrazandome y yo correspondí al abrazo.

[...]

Posiblemente habíamos dormido dos horas. Porque me desperte al sentir como Hiccup se movia dormido, lo miré, se notaba que estaba un tanto transpirado y tenía el ceño fruncido, estaba teniendo notablemente una pesadilla. Se movía de aca para allá y decía nada mas que incoherencias.

Entre una de ellas que pude desifrar, dijo "Luci" y entonces me di cuenta de que la pesadilla, trataba de su hermana.

Lo tomé de los hombros y lo moví un poco para despertarlo.

Él abrió sus verdes ojos asustado, con la respidación muy agitada.

- Hiccup, tranquilo...- Puse una mano en su mejilla y él por impulso colocó su mano derecha sobre la mia que estaba en su mejilla mientras intentaba controlar su respiración.

- Lo siento...- Murmuró frunciendo la frente.- Suele pasarme.- Suspiró.

Me acomodé en su hombro mirandolo y le acaricié la mejilla.

- Tranquilo, no es nada...- murmuré.

Se generó un silencio por unos segundos.

- ¿Sabes...? Hay veces que sueño que estoy con ella en el vehículo, siento...- Hace una pausa.- Siento como grita y yo me asusto porque no puedo moverme para intentar ayudarla, solo la puedo ver.- Noté que se le cristalizaron los ojos. - Veo como llega una ambulancia y me escucho gritar su nombre a pesar de no haber estado en ese momento, pero aún sin poder moverme.-

Me reincomporé y lo miré, el miró hacia otro lado intentando evitar contacto visual conmigo. Frunció el ceño molesto con sus ojos verdes cristalizados.

- Hiccup.- Lo llamé.

Lentamente se volteó a mirarme.
- No se hubiera podido hacer nada. - Murmuré acostandone nuevamente en su hombros, el me rodeó con su brazos.

- Y la peor parte es que lo sé.- Susurró.



"En el odio hay Amor" HiccelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora