Era esa noche.
Era esa noche, era esa noche, era esa noche.
Fiesta de fin de curso, ¿suena bien, eh? Pues Bokuto podía decir que, en su vida, nunca había no-esperado tanto una cosa que llevara "fiesta" en el nombre. Todo indicaba que lo iba a pasar mal, o sea, imaginaos, si su día a día era una mierda, en una fiesta, le iba a afectar el doble. Estar triste un día normal es simplemente triste, pero, ¿estar triste un día en el que todo y todos desprenden diversión y alegría? No, eso es patético.
No podía parar de pensar en Akaashi, en sus amigos, en sus compañeros. ¿Qué pensarían al verle? Tal vez, muy en el fondo, les entristecía acabar el curso y no poder disculparse, tal vez no se daban cuenta del daño que hacían, tal vez solo les daba igual. Si, muy probablemente solo era eso.
La entrada del instituto Fukurodani estaba adornada con un arco de globos de tonos negros, grises y dorados, y en el punto más alto de la extraña construcción había un cartel colgado en el que se podía leer: "¡ADIÓS, ESTUDIANTES DE TERCER AÑO!" pues adiós, mira tú qué bien.
Cruzó la puerta y sus nervios solo incrementaron, un horrible cosquilleo se hacía notar en su estómago, y la garganta le empezó a picar, y la cosa solo empeoró cuando vió a Kuroo. Lo que le sorprendió no fue ver a su mejor amigo allí, pues habían quedado y ya se lo esperaba, lo que le jodió era con quién estaba hablando.
Akaashi abrazaba a Kuroo, como si fuera amigo íntimo suyo. Lo gracioso era que, meses atrás, cuando todavía se hablaba con él, le había confesado que el de mirada felina le caía mal, le parecía compulsivo y desagradable. Él no estuvo de acuerdo, pero, instintivamente, se fue alejando un poco del del Nekoma. Sin embargo, en ese momento, sonreía con su amigo, como lo había hecho con el mismo aquel fin de semana, como lo había hecho con todas las personas a las que criticaba a sus espaldas cuando aún eran amigos. Como lo había hecho él.
Pero ya no era así.
Ya no era la misma persona, había aprendido. Si algo había sacado de todo ese infierno, había sido la capacidad de observar, de replantearse las cosas y rectificar. Así que se acercó.
- ¡Hey, Kuroo! - dijo corriendo hacia ellos mientras sonreía.
Al nombrado no le dio tiempo a contestar, pues cuando el de ojos ámbar llegó hasta él, se le subió encima y lo abrazó con fuerza. Bokuto pudo ver como Akaashi cambió la expresión por un instante, viendo la escena asqueado. Hacía un tiempo lo hubiera ofendido, pero ya no, en absoluto, porque si se ponía a pensar, al lado de todo lo que había tenido que superar, todo lo que había sufrido, Akaashi era pequeño.
Y a partir de ahora dejaría de ser algo que le atormentara.
Bokuto sonrió a Akaashi. Pero no era una sonrisa para el pelinegro, era para él. Era una de victoria. Había ganado.
Kuroo y el se alejaron de Akaashi y sus amigos y, aunque su amigo le explicó que nada más llegar Keiji le había contado todo (diciendo que el tenía la culpa, claro) no impidió que esa fuera una de las mejores noches de su vida, porque había dado por zanjado algo, algo con lo que quería acabar.
holeeee
en realidad es una mierda de cap para haceros esperar tanto peroooo bno
me despido guapess
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Preferiría... [Bokuaka]
FanfictionBokuto ama los chistes que tienen akaashi y el. Bokuto ama la mirada de akaashi cuando se concentra. Bokuto ama como akaashi le anima cuando se deprime en los partidos. Bokuto simplemente ama a akaashi, y lo sabe desde haze un tiempo, pero preferirí...