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Ninguno de los dos esperó despertar tan de buen humor, aún sabiendo los acontecimientos del día anterior.

Una sonrisa de tranquilidad en sus rostros, abrazados y pegados al otro cual chicle. Definitivamente quien los viera pensaría que son una pareja común y corriente.

Incluso la rubia vestía una de las camisas grandes del azabache.

La noche fue suficiente para acostumbrarse a sus aromas en su máxima concentración. El aroma a fresas muy fértil y el posesivo-protector aroma a limón.

HeeYoung cocinaba algo rápido de desayunar, ella ya estaba lista. Bañada, arreglada y preparada para salir. Tuvo que tomar supresores y dejarse abrazar por el más alto por un buen rato.

Consideraron marcar territorio. Así que como ninguno estuvo de acuerdo con la mordida, ni siquiera la temporal, Zhang Hao se limitó a andar con ella a donde fuese que fueran.

Una parte de su orgullo como alfa estaba satisfecho, todos a su alrededor le alababan por tener tan buenos gustos en pareja. Pero él sólo sonreía por lo pacífico del día y porque los supresores habían hecho de ambos un día más tranquilo.

Y aún así, Zhang Hao no se atrevía a quitarle la mirada de encima a HeeYoung por precaución.

- ¿Te parece ir a almorzar con nosotros, Zhang? Cada quien con su pareja, pero todos en la misma mesa - escuchó la sugerencia de uno de sus colegas.

Él era de los mas jóvenes del grupo de asociados en esas conferencias.

- Déjame consultarlo - habló a secas.

Así trataba a todos, menos a ella.

Evitando las expresiones poco disimuladas de su colega, el alfa buscó a la rubia por su aroma. Las fresas lo llevaron hasta un balcón a las afueras de las oficinas principales.

HeeYoung escuchaba música con sus auriculares mientras tomaba fotos del paisaje transitado que ofrecía New York al mediodía.

Sin esperarlo y asustándola un poco, la chica sintió unos brazos rodear su torso y unos labios estamparse contra su mejilla. El azabache, en lugar de tornarse un alfa celoso, posesivo o gruñón como la mayoria de los de su especie, se tornó más dulce.

Y lejos de lo que HeeYoung esperó, no le disgustaba en lo absoluto. Había incrementado un poco más la confianza entre ambos en el transcurso del día.

- Algunos socios planean ir a almorzar, y me estaba invitando ¿Quieres venir conmigo o vamos a comer a otra parte? - le preguntó amablemente - Sin presiones, puedo decirles que no -

- Lo que tu escojas esta bien, de ambas formas estaré contigo ¿No? - él asintió con efusividad.

- Vamos con ellos entonces - Hao le extendió su brazo y ella lo tomó - Cuando tu quieras podemos irnos, o cuando los supresores empiecen a pasar de efecto - ella asintió.

Buscaron el auto y se fueron a pasar su almuerzo en compañía de los colegas del alfa azabache. Todo pasó tranquilamente, la pareja logró convivir lo suficiente como para aparentar ser románticos a morir.

Ya que posiblemente la información de esa reunión llegase a oídos de sus padres.

- Hao - le hizo un ademán para que se acercara - ¿Podemos irnos? No.. no me estoy sintiendo bien y quiero volver al apartamento - susurró.

El azabache asintió levemente y procedió a despedirse de sus compañeros antes de retirarse del restaurante con su esposa aferrada a su brazo.

Una vez llegaron, HeeYoung corrió a encerrarse en el baño. Zhang Hao se sorprendió pero no dijo nada. Hasta que pasaron dos horas en las que él se percató que ni siquiera se sentía el aroma de la rubia.

- ¿HeeYoung? - tocó la puerta pero no recibió una respuesta - ¿Young, estás ahí? -

Cuando su curiosidad fue más, pegó el oído a la madera de la puerta con las esperanza de oír su voz o algo similar.

Pero en su lugar, escuchó unos muy bajos gemidos que lo desubicaron de la realidad. Y estaban haciéndolo pensar demasiadas cosas en este momento. Pensamientos que como alfa eran necesarios, y le empezaban a carcomer.

- HeeYoung, yo.. - respiró profundamente antes de atreverse a hablar - Si quieres puedo ayudarte con .. tu celo - admitió apenado.

Zhang Hao estaba rojo hasta las orejas de solo pensar en lo que había dicho, se sentía un acosador y un total sinvergüenza. Nunca le había hablado así a una omega. Su cabeza empezaba a doler ante la extraña ausencia del aroma de Hee.

Hasta que la menor abrió la puerta, tomándolo por sorpresa.

Sus labios rojizos y toda su cara enrojecida por la timidez de la situación, una bata de baño y el cabello húmedo cubriendo gran parte de su rostro.

HeeYoung no se atrevía a mirar a Zhang Hao a la cara. Y Zhang Hao se encontraba drogándose con la esencia a celo tan fuerte que HeeYoung desprendía en este momento.

- Creí que aguantaría más tiempo por los supresores, pero ya es tortuoso de soportar.. - habló en tono bajo y mirando al suelo - Y tu presencia no ha hecho las cosas nada fáciles para mí - ella cubrió su rostro con sus manos.

Aunque él no tardó mucho en descubrirlo nuevamente y tomar su mejilla con suavidad, causándole un ligero espasmo a la rubia con su solo tacto.

- Déjame ayudarte, Young. Te estás haciendo daño tu sola al soportar tanto  - dió un paso más, quedando frente a frente - Tomaremos todas las precauciones que desees, pero permíteme ayudarte a aliviar tu celo -

Ambos estaban avergonzados de los hechos, pero bastó que la omega asintiera levemente para dejar todo rastro de timidez atrás. Empezando por los besos.

- Seré cuidadoso ¿de acuerdo? - susurró entre los labios ajenos y ella asintió efusivamente.

𝙱𝚘𝚜𝚜's 𝙶𝚒𝚛𝚕 - 𝖹𝖡1 Zhang Hao Donde viven las historias. Descúbrelo ahora