Reprimenda

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Ya había pasado un día desde el deserto del azabache, los Mugiwaras ahora se encontraban hablando en la cocina, con un periódico encima de la mesa.
–No puedo creer que obligarán a Luffy a irse–reprochó el de cabello verde, con enojo, era el quien cargaba el sombrero de su mejor amigo en sus manos.
–Nosotros no lo obligamos a nada, él se fue por su cuneta–se defendió Usopp.
–Lo llevaron a un límite, él solo quería disfrutar con ustedes.
–Volverá, solo está haciendo un berrinche–hablo esta ves Nami.
–No creo que esto sea una simple disputa, ustedes lo hirieron, tocaron temas delicados con demasiada franqueza–manifestó Jinbe.
–¿Y cuales fueron los supuestos temas delicados?–planteó el rubio de cejas peculiares.
–La muerte de su hermano, él debió de haber sufrido mucho con eso–supuso la arqueóloga.
–Robin tiene razón, las pérdidas de tal magnitud y de aquella manera, no son fáciles de sanar e imposibles de superar–considero Brook.
–Yo creo que lo presionamos mucho–expuso el doctor, con un claro tono de arrepentimiento.
–Chopper tiene un punto, fuimos súper crueles con él–manifestó el de cabellera azul.
–De todas formas ya se fue y lo más seguro es que termine volviendo–decreto la de cabello naranja.

–De todas formas ya se fue y lo más seguro es que termine volviendo–decreto la de cabello naranja

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–¡CAPITÁN!

Casi toda su tripulación entró, patentado su puerta, incluso el propio Benn, que era alguien normalmente muy tranquilo, se veía inmerso en un gran pánico, alarmando al pelirrojo.
–¿Que pasa?–pregunto, preocupado e imaginando cualquier tipo de catástrofe, pero jamás se hubiera esperado que lo que le dirían, sería peor que cualquiera de sus escenarios.

Le entregaron un periódico, el cual leyó: "Monkey D. Luffy, famoso capitán de los piratas Mugiwara, hoy en la isla Coralina, renunció a su cargo, después de una acalorada pelea con sus Nakamas, donde ellos lo tacharon de inútil y le culparon por la muerte de su hermano hace 2 años, Puño De Fuego Ace, el pirata dejó su característico sombrero a sus pies y se largó, se sospecha que se retiró de la isla, su paradero hasta ahora, es incierto. ¿Que será lo que habrá echo Mugiwara para ganarse tal desprecio por su propia tripulación?"

Shanks sintió su rostro palidecer, la noticia no podía ser verdadera, su pequeña ancla no renunciaría jamás a su sueño.
Sabía lo afectado que estaba por la muerte del Portgas y hubiera dado todo para estar con él en ese momento, consolarlo como cuando era niño y lloraba por rasparse las rodillas, pero no pudo ser y tuvo que pasar aquel oscuro tiempo, solo, para que cuando por fin lograra juntarse con sus Nakamas, estos le recriminaran aquella cruel ejecución, estaba furioso.
–¡Building!–llamó a su navegante, que estaba entremedio de todos los que se encontraban en el cuarto–Traza una ruta hacia la isla Coralina, debo de tener una seria conversación con la tripulación de mi hijo–sonaba verdaderamente enojado.
–Enseguida jefe.

Se dirigía a una de las fortalezas de la Marina más cercana, en donde por periódicos pasados, se enteró que allí estarían su abuelo, Tsuru y Sengoku

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Se dirigía a una de las fortalezas de la Marina más cercana, en donde por periódicos pasados, se enteró que allí estarían su abuelo, Tsuru y Sengoku.
Al llegar, atracó al Mini Merry en uno de los bordes de la isla en la que estaban los cimientos militares, al bajarse, con sus habilidades de goma, saltó sobre las grandes paredes y al aterrizar, se vio recibido con por lo menos unos 30 Marines apuntándolo y otros 20 con espadas, no había ninguno de esos hombres al cual destacar, pero de todas formas se dejó atrapar.

Lo llevaron a los calabozos subterráneos y lo encadenaron con esposas de Kairōseki, estuvo tal ves unos 20 minutos allí, siendo vigilado por 15 Marines, que se notaban asustados por estar en presencia del reconocido Monkey D. Luffy. Pronto su abuelo por fin se dignó a aparecer, siendo seguido por sus 2 compañeros, los 3 ordenaron a sus subordinados, retirarse.
–¡Mocoso! ¡¿Que carajos te pasa?!–le grito enojado mientras arrojaba el periódico con la noticia, adentro de su celda–¡Desde hace 12 años que vienes repitiendo una y otra ves tu sueño! ¡Y de un día a otro! ¡¿Te rindes?!
–Ya lo se, me equivoque, debí de hacerte caso con las malas desiciones que estaba tomando–el mayor suspiro.
–No habló de eso, yo no crié a un cobarde–vio a su nieto bajar la mirada, así que trato de suavizar su tono–Dime Lu, ¿por que estás aquí?–el azabache se mantuvo en silencio por unos momentos.
–Solo te pido que me lleves a casa, quiero dejar de ser pirata.
–Este es el camino que elegiste, yo no puedo hacer nada al respecto, mi deber es llevarte ante la justicia por tus actos.
–¿No puedo desaparecer, deformar mi cara o algo así?
–No, no puedes, tus acciones te llevaron a esta celda, incluso tú estás aquí por voluntad propia, conociéndote, puedes largarte en cualquier momento, pero te mantienes en este lugar, porque sabes que has echo mal–hubo unos segundos de silencio–¿Te arrepientes?
–No, si regresará en el tiempo, haría todo de nuevo.
–¿Por que?
–Fui feliz, mis Nakamas y mis aventuras me hicieron muy feliz, pero todo llega a su fin y este es el desenlace de mi propio viaje.
–Luffy, serás condenado a Impel Down, solo si no eres ejecutado.
–Está bien, no planeo huir.
–Tu ya huiste.

Se cumplía una semana desde la renuncia del capitán, los pelirrojos recién pisaban la isla y se dirigían a paso firme a donde habían localizado al Sunny, subieron a cubierta y irrumpieron fuertemente a donde oyeron voces, los Mugiwaras nuevamente ...

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Se cumplía una semana desde la renuncia del capitán, los pelirrojos recién pisaban la isla y se dirigían a paso firme a donde habían localizado al Sunny, subieron a cubierta y irrumpieron fuertemente a donde oyeron voces, los Mugiwaras nuevamente estaban en la cocina reunidos, todos estaban increíblemente sorprendidos al ver llegar a Shanks.
–¡¿E-El es.!?–exclamaron casi todos.

El recién llegado tenía su vista fija en el espadachín, o mejor dicho, en lo que este tenía en sus manos.
–Más les vale decirme...¡que le hicieron a mi hijo!–les grito, mientras les mostraba el periódico.
–¡¿Hijo?! ¡Pero si el padre de Luffy es dragon!–le reprochó Usopp, parándose de su asiento y apuntándolo, pero solo recibió una mirada amenazante, provocando que sus piernas temblaran y volviera a sentarse.
–¿Quien de todos ustedes nos dirá?–hablo esta ves Benn.

Zoro se levantó y se acercó, les contó todo, desde los malos tratos, hasta los apodos que este poseía, también les narró los sucesos a detalle de lo qué pasó exactamente en la plaza y aunque más de uno trató de detenerlo, la tripulación de Akagami tenía bien vigilados.
La rabia del pelirrojo era más que notable, su mano estaba totalmente aferrada al mango de Gryphon, incluso llegó a desenvainarla un poco, pero su segundo lo detuvo.
–Shanks, no puedes dañarlos y mucho menos matarlos, son la tripulación de Luffy.
–¡Aplastaron su sueño! ¡Maldita sea! ¡Hicieron que renunciará al sombrero que yo mismo le di!
–Se que estas furioso, pero ¿como crees que reaccionaría Lu si sufriera otra pérdida? Con su hermano ya fue suficiente e imagínate con alguno de sus Nakamas, lo conoces, él no tiene miedo de amar de forma incondicional a las personas, si llega a fallecer alguien más, su corazón volvería a romperse como hace 2 años–el pelirrojo suspiró estresado y volvió a guardar su espada, aunque de todas formas tendría una seria conversación con cada uno de ellos.

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