Anécdotas

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Estaba caminando por la ciudad, obviamente cubriéndose lo suficiente para no ser reconocido, deambulaba, hasta cansarse un poco y sentarse en una banca para observar a las personas caminar, sintió como si todo pasara más rápido a su al rededor, la gente iba y venía, apenas lograba verlos cuando ya se marchaban, se sentía algo estancado, siempre estuvo en un constante movimiento, de isla en isla, de aquí para allá, apenas recordaba la última ves en la que se detuvo, era un sentimiento tranquilo, pero solitario y algo aburrido.
Ya era bastante tarde cuando sintió a alguien sentarse a su lado, al voltear a ver, observó que era Bogard.
–Si vas a salir por tanto tiempo, debes de avisarme, pensé que te habían descubierto.
–Lo siento, el tiempo se me pasó volando–se disculpo con una sonrisa.
–¿Que haces aquí?
–Nada, simplemente descanso, me sorprende la cantidad de familias qué hay, a pesar de ser un día de semana.
–Bueno, usualmente la mayoría sale a pasear, supongo que no sabes porque no tienes padres.
–Tengo un padre.
–¿Dragon?–pregunto.
–Shanks–corrigió.
–Eso me trae recuerdos, el día que Garp regreso a la base, después de que le dijeras lo de Akagami, estaba verdaderamente furioso, estuvo enojado por lo menos un mes completo–el Monkey no pudo evitar reír.
–Aveces exagera.
–Solo se preocupa por ti, sabes, el día que tu abuelo te conoció por primera ves, no se salió de tu lado por semanas.
–¿En serio?–cuestionó sorprendido e intrigado.
–Fue un día difícil esa ves, ¿quieres que te cuente?
–Espera, ¿estabas allí?
–Soy compañero de Garp desde hace más de 30 años.

Era un día tormentoso, habían fuertes vientos y una lluvia que no parecía querer cesar, el cielo cada cierto tiempo, se iluminaba por completo, gracias a los rayos que caían

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Era un día tormentoso, habían fuertes vientos y una lluvia que no parecía querer cesar, el cielo cada cierto tiempo, se iluminaba por completo, gracias a los rayos que caían.
Bogard realizaba sus tareas diarias, mientras que el Vice-Almirante, había salido hacia la isla en la que el buque había atracado. Pasaron 2 horas cuando el mayor volvió, con una manta en brazos, la cual intentaba que no se mojara por la lluvia, entró rápidamente a su oficina, siendo seguido por el oficial, cerrando la puerta.
–¿Que es eso?–su duda fue contestada, al oír el llanto de un bebé, se acercó y observó el bulto de mantas, para luego mirar a su superior, que se veía sumamente atónito–¿Donde lo encontraste? ¿Y sus padres?
–Él es...mi nieto.
–¿Ah? Pero tu nieto está con los bandidos de la montaña en Dawn.
–Ese es Ace y él tiene 3 años, este es Luffy, apenas tiene 2 meses.
–¿Y por que esta aquí?
–Me acabó de reunir con su padre, el idiota lo abandonó conmigo.
–Entonces, ¿qué haremos con el?
–Lo llevaré a la pequeña villa qué hay en la misma isla que el otro, no puedo creer que el imbecil de Dragon se haya atrevido a tener un hijo para que yo me tenga que hacer cargo.

Garp se sentó, aún con el bebé en brazos y comenzó a mecerlo, queriendo que calle su estresante llanto, estaba bastante enojado.
–No se calla–se quejó el Vice-Almirante.
–Tal ves con una canción de cuna.
–Yo no cantare.
–Es lo único que se me llega a ocurrir.

El Monkey suspiró, comenzó a tararear, estuvo así por un largo rato mientras lo acunaba, pronto se calmó y el mayor lo miró por unos segundos, mientras que la criatura en sus brazos le devolvía la mirada. Hizo una mueca graciosa, sacándole una gran risa, haciendo sonreír al Marine.
–Míralo, es tan pequeño–comentó con ternura.
–Comparado con usted, es casi cómico, ¿quien es su madre?
–No lo se, su padre no me dijo nada, solo me lo entrego y se marchó.
–¿Quiere que fije el curso a Dawn?
–No, estaré con él unas cuantas semanas y luego se lo dejaré encargado a alguien.

Colocó su otra mano encima de su nieto para hacerle cosquillas, este río con ganas y luego tomó uno de los dedos de su abuelo.
–Tiene fuerza, cuando grande será un gran Marine.
–Creo que debería dejarlo aprender a caminar primero–bromeo, sacándole una sonrisa a su superior, mientras abrazaba al azabache, el enojo que poseía al principio se esfumó más rápido de lo que él oficial creía capaz.

En las semanas siguientes, el Monkey mayor, se había encargado totalmente a cuidar a su nieto, dormía con el, lo acunaba y alimentaba, sin contar que reprendía severamente a los que lo despertaban de su siesta, lo protegía de todo y le hablaba por largos ratos de la historia de la Marina.

En las semanas siguientes, el Monkey mayor, se había encargado totalmente a cuidar a su nieto, dormía con el, lo acunaba y alimentaba, sin contar que reprendía severamente a los que lo despertaban de su siesta, lo protegía de todo y le hablaba por...

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Luffy reía con ánimo, con las anécdotas de Bogard, no se imaginaba a su abuelo con un bebé en un buque de guerra.
–Te adora hasta el día de hoy.
–En serio que le habría encantado que fuera un Marine.
–No hubieras tardado en superarlo.
–Tal ves, pero de todas formas fui un pirata.
–Y uno fantástico.
–¿Tu crees?
–Tu abuelo estaba orgulloso de ti, claro que estaban en bandos distintos, pero jamás paraba de hablar de lo fuerte que te habías vuelto–el contrario sonrió.

Hubieran seguido hablando, pero de repente, varias personas comenzaron a dirigirse al mismo lugar, el puerto, no entendían mucho y solo atinaron a levantarse de la banca en la que ambos estaban sentados, Bogard detuvo a una chica que iba pasando.
–Disculpe, ¿que está sucediendo?
–Un buque de la Marina se dirige hasta acá, dicen que viene uno de los famosos almirantes–le explicó emocionada para luego seguir su camino. El de sombrero volteó al menor, algo alterado.
–Chico, tenemos que irnos y rápido, vamos a la casa, primero debo de avisarle a tu abuelo.

Garp se preparaba para volver, impidiendo venir a los pelirrojos con él, cuando uno de sus subordinados corrió hacia donde estaba con un Den Den Mushi

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Garp se preparaba para volver, impidiendo venir a los pelirrojos con él, cuando uno de sus subordinados corrió hacia donde estaba con un Den Den Mushi.
–¡Superior! ¡Es Bogard!

El de cabello blanco, tomó el teléfono, para averiguar que pasaba, con aún todos los piratas escuchándolo.
–¡Garp! ¡Nos encontraron! ¡Un almirante está aquí!
–¡¿Que?! ¡Maldita sea! ¡Tienes que sacar a Luffy de allí!
–Está en el puerto, es imposible salir de la isla ahora, sin ser notado.
–Solo puedo estar allí en unos 2 días y medio, juro que si llegan a capturarlo, destruiré al maldito que le haga daño, avísame si pasa algo, por ahora, solo ocúltense.
–A la orden–colgaron.
–¿Mi hijo está en peligro?–pregunto Shanks, preocupado.
–No mientras yo llegue hasta allá–respondió mientras se dirigía a su navío.
–Espera, queremos ir contigo, por si llega pasarle algo a nuestro capitán–hablo Zoro, con firmeza–Si vemos que está incómodo o triste de vernos allí, nos largaremos.
–No permitiré que vengan.
–Entonces trata de detenernos–amenazo el cocinero de los Mugiwara.
–Mi tripulación y yo también iremos–afirmó Akagami.
–No puedo creerlo, son todos unos imbeciles, pero no tengo tiempo de discusiones–Garp los ignoro y subió a su buque, para zarpar, siendo seguido por dos barcos más.

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