Honrado

Verdades de media noche

Garp llevó a su nieto a uno de los buques que poseía la base, también trayendo consigo el pequeño barco en donde este había llegado hasta aquí.
Sabía perfectamente que sería la oportunidad perfecta de transformarlo en un Marine, no sería difícil convencer al cuartel de lo útil que sería y de cómo miles de personas lo respetaban, sin contar que con el estado en el que Luffy se encontraba, no se negaría a cooperar, pero a este punto, aquel chico que soñaba con ver cómo un gran aporte militar, no era su Lu, por mucho que quisiera, el menor era un pirata, desde afuera hacia adentro.
La historia que daría es que su pequeño se había escapado y él ahora lo estaba perseguiendo.

Era de noche, el pelirrojo había declarado que partirían mañana a buscar a su hijo, ahora todos los Mugiwaras dormían y la banda de piratas más longeva, vigilaba.
Pero 5 de los anteriores nombrados, estaban teniendo una muy mala noche: Nami estaba soñando con Arlong, Usopp con Kuro, Franky con el CP9 y su padre, Chopper con Wapol y Sanji con Krieg, pesadillas horribles donde revivían lo que habían pasado, pero toda aquella oscuridad, fue apagada por una gran luz, era Luffy, él los había sacado de allí, los había llevado al mar, volviéndolos completamente libres, despertaron, con la respiración agitaba y un pesar en su pecho, un pitido perduró en sus oídos, recordando cada momento con el pequeño monito, su capitán solo trataba de hacerlos felices, ¿como era posible que lo olvidaran? Era cierto que era estupido y casi no pensaba las cosas, pero los había salvado y protegido, jamás les había reprochado nada.

En la habitación de los chicos alguien tocó la puerta y lo dejaron pasar, era la navegante y el médico, los 2 tenían lágrimas en los ojos al igual que el francotirador, carpintero y cocinero, sin decir ni una sola palabra, se sentaron formando un círculo entre ellos, hubo varios momento de silencio, hasta que la pelirroja lo interrumpió.
–Verdaderamente arruinamos todo.
–El no era tan malo, simplemente nos desahogábamos con alguien que no tenía la culpa de nada–mencionó el de larga nariz, mientras tapaba su rostro con ambas manos, apenado.
–Lo tratamos súper mal–siguió el de cabellera azul.
–Pisoteamos su sueño–habló esta ves el rubio.
–Se supone que lo ayudaríamos a cumplirlo, aunque nos costará el nuestro, fuimos tan injustos–masculló el reno.

Su conversación se vio interrumpida por alguien pasando al cuarto, todos voltearon a ver y observaron al gyojin, solo le hicieron un espacio y este se sentó.
–Los escuche hablar.
–Siempre fuimos una tripulación ruidosa ¿no?–bromeó el francotirador y río sin gracia.
–Como veo, por fin sienten culpa.
–¿Como quieres que no la sintamos? Nos burlamos de la muerte de su hermano–respondió estresado el de cejas peculiares.
–Lo peor de todo es que ni siquiera sabemos cómo reaccionó ante eso, de lo único que estamos conscientes es de lo que salió en los periódicos porque nosotros no estuvimos con él–explicó la de ojos cafés.
–Por cierto Jinbe–llamó el de sombrero amarillo.
–¿Que pasa?
–Como...¿como fue que la pasó Lu después de terminar la guerra?
–Oh...bueno, él estuvo muy mal, sufrió de estrés post-traumático, luego de despertar del pequeño coma en el que estuvo, comenzó a destrozar y golpear lo que sea que le cruzara, gritando el nombre de su hermano, como si lo estuviera buscando.

Todos quedaron en silencio, sin que ninguna palabra pudiera lograr salir de sus gargantas cerradas, el de tez azul al notar esto, decidió seguir relatando, contando cada detalle de las consecuencias de lo qué pasó hace 2 años.
Al terminar, algunos lloraban y otros solo bajaban la mirada, no podían creer lo que escuchaban, menos aún, el como habían tratado aquella situación cómo si no fuera relevante, no se entendían a sí mismos, ¿en que momento perdieron el gran respeto que tenían a ese chico tan radiante?
–Debemos de ir por él y suplicarle su perdón–habló Sanji.
–Le hicimos creer que lo perdió todo, incluso a su propia tripulación–musito Usopp.
–Oigan, pero...¿que pasará si no vuelve?–planteó la navegante–No somos nada sin Luffy, sin él, en el nuevo mundo nos destronarían.
–Sin su fuerza monstruosa estamos condenados y sin su radiante sonrisa, perdidos–expresó el Gyojin.

El Money menor despertó en una cama que no reconoció, se levantó rápidamente y notando el movimiento de la habitación, supo que estaba en un barco y dada la decoración, era de la Marina.
Salió a cubierta, algo apurado mientras volteaba a todas partes en busca de su abuelo, hasta que lo divisó, estaba con los brazos cruzados y de espalda, mirando el mar. Se le acercó y le tocó el hombro, causando que este volteara a verlo.
–Vaya, despertaste.
–¿Por que estoy aquí? Se suponía que me quedaría en los calabozos hasta que llegaran los de rango más algo a llevarme a mi ejecución.
–No habrá ninguna ejecución, ¿me escuchaste? No se que te esta pasando, pero este no eres tu, se suponía que lucharías por lo que creías, aunque te costara la vida.
–Ya tuvimos esta conversación.
–Lo se, pero no me respondiste, solo por que elegiste a las personas equivocadas ¿vas a dejarte matar?
–No eran "las personas equivocadas", abuelo, ellos eran mi todo, la razón por la que siempre me levantaba cada mañana y luchaba contra lo que sea que pudiera lastimarlos.

Vio como el mayor lo observaba, aquella mirada ya la conocía, él estaba triste, o melancólico tal ves, recordaba el rostro de su abuelo cuando jamás lograba alcanzar a Ace por mucho que lo intentara, la expresión que poseía cuando el Portgas se marchó y quedó entrenando solo por 3 años, él como desapareció al conocer a sus Nakamas. Gracias a todo aquello, le había asumido un significado, al Vice-Almirante le deprimía verlo luchar por no quedarse solo, ya que, no era sorpresa el peso emocional que le ponía a cada persona que conocía.

El de cabello blanco suspiró para después hablar, viendo el imposible razonamiento de su nieto.
–Te estoy llevando devuelta a la isla Dawn, daré en un informe de que caíste al mar y que intente rescatar tu cuerpo, pero lo perdí, sin posibilidad de supervivencia–el contrario bajo un poco la mirada.
–Gracias.
–Esto es como fingir tu muerte, mientras te mantengas allá, no puedes volver a causar ningún tipo de desastre que hagas llamar la atención, en el momento que pongas pie en ese lugar, no podrás ocupar tus habilidades Gomu Gomu, tampoco Haki y utilizarás un seudónimo.
–¿Que pasará con mis Nakamas?
–Tal ves por unos cuantos días crean que verdaderamente falleciste, pero yo me encargaré de informales de la situación si es que eso deseas.
–Diles, no puedo dejar que piensen que estoy muerto.
–¿Por que no?
–Se sentirán culpables, no quiero eso.

El Marine miró al chico a su lado y no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa, para luego revolverle el cabello con cariño, aún en la situación en la que lo comprometió su tripulación, se sigue preocupado verdaderamente por su bienestar, se sentía orgulloso del pirata al que había criado.