Reencuentro problemático

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Había un ambiente tenso y todos poseían un rostro serio, en especial Luffy, quien tenía los puños cerrados, a tal punto que la sangre escurría por sus manos, goteando hasta el piso por culpa de sus propias uñas.
–Escúchanos, nosotros hacíamos todos esos chistes porque pensamos que lo habías superado–le explicó Nami.
–Yo jamás lo supere, no hubo un solo día en el cual no soñé con el cuerpo asesinado de mi hermano entre mis brazos.
–Pero te veías tan bien, como si nada de eso hubiera pasado–balbuceo el de cejas peculiares.
–Cuando estaba a su lado, me hacían sentir bien, siempre, me recordaba una y otra ves que no me podía permitir romperme de nuevo, porque lo hacía por ustedes, debía de ser fuerte, me aguante todo, pero lo admito, me derrumbe, me canse, no soportaré ni un solo día mas, el peso de ser su capitán.
–Está ves será diferente, tienes que confiar en nosotros–imploro el espadachín, causando un brillo fugaz de duda en el rostro del de cicatriz.
–¿Que pasó con el chico que si quería, podría conquistarlo todo?–pregunto Brook.

Hubo momentos en los que el Monkey menor no pudo responder, sentía un nudo en su garganta y sus manos temblaban, quería irse de allí lo más rápido que pudiera.
–Ustedes lo sepultaron.

Fue lo último que respondió, antes de estirar su brazo y arrebatarle el sombrero a Zoro, lo mantuvo en sus manos por unos segundos, para luego arrojárselo a Benn.
–Entrégaselo a Shanks.
–Luffy, yo no haré eso.
–Pues yo no puedo.
–Hablas como si nosotros no te conociéramos, la única razón por la que no corres buscando a tu padre, es porque aún guardas la esperanza de seguir tu camino como pirata–su sobrino volteó a verlo y mantuvo una mirada fija en el, pero no pronunció palabra, así que el Vice-Capitán optó por hacerle una pregunta–¿Me equivocó?–nuevamente, sin respuesta–Desde que eres pequeño eres alguien dependiente, no puedes dejarlos ir tan fácil, tu siempre necesitaste a alguien a quien amar, cuando nosotros te conocimos, estabas desesperado por no estar solo, primero fue Shanks, luego tal ves fue Ace y ahora lo son ellos.
–Simplemente no me gusta estar solo.
–No es que no te guste, literalmente no lo soportas.
–No planeo seguir con esto, mándenle saludos de mi parte a mi papá, porque ahora me iré a la isla Dawn y no volveré a salir.
–Pero tu no quieres eso–indicó Lucky.
–Quieres continuar con tu aventura pirata, pero sabes que no has sanado lo suficiente para hacerlo–expuso Limejuice.
–El puede continuar con nosotros–intervino Chopper.
–No, no puede, porque aún no los perdona y mientras aquel enojo siga en su corazón, no debe de ser su capitán–explicó el de largo cabello gris.
–Eso es una estupidez–se quejó Usopp.
–Luffy no está enojado con nosotros–decreto el cocinero.
–Tienen razón, estoy mas que enojado, estoy furioso.
–Tienes derecho a estarlo, pero entiende que estamos arrepentidos, no puedes estar así para siempre–explicó el de tez azul.
–Pero estoy así ahora, en este momento, no puedo perdonarlos, los quiero, pero verdaderamente no puedo.
–¡Pero somos tu tripulación!–alegó Franky.
–Eran, yo renuncie.
–Puedes volver–sostuvo Robin.
–Déjenlo tranquilo–alegó Lucky, ya bastante enojado por la situación.
–Tu no nos digas que hacer, ustedes lo saben, él no quiere dejar de viajar por el mar y no puede hacerlo sin nosotros–hablo la navegante.

El Monkey bajo un poco la cabeza, agobiado por todo, Nami tenía razón, sin contar lo mucho que deseaba volver a ser su capitán.
–Te están manipulando, se meten con tu sueño–alegó Yasopp.
–Ya no es mi "sueño".
–Luffy, ven con nosotros, hablemos las cosas y luego tomas una decisión estando más tranquilo.
–No pueden llevárselo–reprochó Chopper.
–Volverá en un rato, no se alteren–les indicó Limejuice.

El francotirador de los pelirrojos, le entregó su capa de estrellas al azabache para que se cubriese, recordando el como supuestamente estaba muerto.
–Díganle a Garp que llevamos a Anchor de paseo–comentó Bonk mientras todos comenzaban a caminar hacia el puerto y los Mugiwara se quedaban estáticos en su lugar.

Shanks esperaba impaciente, tenía miedo de que su niño podría estar herido o peor, muerto, estaba ansioso y solo quería ver a su tripulación llegar con buenas noticias

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Shanks esperaba impaciente, tenía miedo de que su niño podría estar herido o peor, muerto, estaba ansioso y solo quería ver a su tripulación llegar con buenas noticias.
Cuando por fin los diviso, observo que venían con alguien más, estaba cubierto con la capa de Yasopp y la mirada baja, no alcanzaba a ver su rostro, pero no pudo evitar suponer, cuando por fin levantó la vista, su corazón saltó de alegría, era su hijo, no tardaron en hacer contacto visual y floreció una gran sonrisa en ambos.

El menor corrió y estiró sus brazos para abalanzarse a abrazar al pelirrojo, quien lo recibió con gusto, el azabache se aferraba a él con brazos y piernas mientras que el mayor lo sujetaba para que no se cayera.
–¡Papá! ¡Te extrañe tanto!
–¡No te pongas sentimental! Ahora estoy justo aquí.

Pasaron a adentro del Red Force, específicamente al comedor, aún Shanks sin querer soltar a su hijo, verdaderamente lo había echado de menos.
–Hey Lu ¿qué quieres comer?–le pregunto Lucky con una sonrisa, hace mucho tiempo que no le preparaba algo al pequeño.
–Estos días no he tenido mucha hambre.
–Eso es porque en estos días no te he cocinado yo, no estés deprimido, te haré una carne irresistible–fue lo último que dijo para luego marcharse a la cocina.

El Monkey se soltó de su padre y se sentó a la mesa, comenzó a hablar con todos, como lo hacía en los viejos tiempos, estos le contaban sobre todas las aventuras que habían tenido y tesoros que consiguieron.
–Ahora que te veo bien, en serio has crecido–comentó Akagami–Pero no lo suficiente–esto causo grandes risas a todos, siendo que comparado a ellos, Luffy seguía siendo alguien pequeño.

Pasaron el resto del día juntos, hace bastante tiempo que el menor no se reía y divertía tanto, todos habían comido tranquilos, sin bromas pesadas, sin burlas denigrantes, se sentía como en casa.
Ahora estaba viendo el atardecer en cubierta mientras se sentaba en el borde, al lado de su padre.
–Supongo que si estamos juntos, significa que...todo terminó–mencionó el Monkey, con nostalgia y pena.
–¿Que? No, no, Anchor, escúchame, la promesa que hicimos no se rompió, se cumplió.
–¿A que te refieres?
–Cuando nos despedimos en la isla Dawn, prometimos que la próxima ves que nos viéramos, tu serías un gran pirata y por favor, mírate, eres grandioso y has echo cosas más que fenomenales.
–No es cierto, fracase por completo como pirata.
–Nunca vuelvas a decir eso, fue tu tripulación la que fracaso, no tu, escúchame hijo, estoy tan orgulloso de ti–el contrario lo miro y hubo un momento en el que ninguno dijo nada–Luffy...¿quieres unirte a mi?

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