Layla entró a la academia entusiasmada. Llevaba pocas clases, sin embargo, sentía que iba progresando, además de que era una oportunidad de verse con su novio fuera del trabajo donde tenían que fingir indiferencia el uno por el otro, aunque un par de veces la llamó a su oficina para robarse algún pequeño momento para ambos.
Después del susto de aquel lunes, Will le prometió que se tomaría las cosas con calma, así que ella se quedó tranquila. "Nada de llevar trabajo a casa", habían acordado.
Llegó a su mesa de trabajo, donde ya la estaba esperando.
—Hola —saludó, al tiempo que la tomaba por la cintura y la recibía con un beso—. Llegas tarde.
—Apenas un par de minutos.
—Sí, pero te extrañaba.
—Nos vimos hace una hora.
—¿En serio? Cada hora que no estamos juntos, es como una eternidad.
La volvió a besar, no podía creer que esa clase de frases salieron de esa misma boca y las bebió junto con aquel beso lleno de fuego.
Alejandro rompió el momento, llamando su atención.
—Bueno, clase, les tengo una gran noticia. Dentro de un par de meses tendremos una exposición de las mejores obras de los nuevos alumnos, el alcalde estará en el evento, así que, den lo mejor.
—Genial, nos vamos a lucir.
—Sí, ¡cómo no!
—Hay que ser positivos.
Como siempre, disfrutaron del rato, dibujaron, compartieron charlas y risas para luego ir a casa. A veces se quedan juntos toda la noche y otras se separaban para descansar lo suficiente para los días laborales.
Solo faltaba contarles a sus amigas la verdad para sentirse completa y disfrutar de su relación.
Volvió a llegar temprano ese día, las chicas estaban ansiosas, ya que, su conversación se había quedado en pausa días atrás.
—Ya no nos hagas esperar más, casi no puedo dormir por tu culpa.
—No exageres, Su.
—Bien, solo quiero que tengan la mente abierta.
—¿Sales con un narco?
Layla pensó que Susana veía demasiadas telenovelas.
—Les dije que era alguien de la oficina.
—Espera —Beca sacó una pequeña libreta—, adelante.
—¿Y eso qué es?
—Donde calculamos las probabilidades para cada uno de los chicos de la oficina. Yo apuesto a que es Matt, te hemos visto secreteándote con él un par de veces.
—Es hermoso, no te descuides o te lo van a quitar.
—No es Matt.
—Por favor, que no sea Charlie, ese tipo es una rata.
—Pero la otra opción es León y es casado.
—También está Ben, de contabilidad.
Por un momento consideró no decir nada, ni siquiera lo habían tomado en cuenta y eso la hizo pensar que se opondrían, la asustaba un poco no contar con su apoyo.
—No es ninguno de ellos.
—No hay más chicos.
—¿Sales con una chica? La nueva recepcionista tiene un cabello precioso, ¿lo habían notado?
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Mi Querido Ogro
RomantizmLayla, al igual que todos sus compañeros, odia con el alma a su frío y déspota jefe, a quien apodan "Ogro" por su forma áspera de tratarlos. Un encuentro en el momento menos propicio podría cambiar su perspectiva y llevarla a descubrir que no se pue...