La reunión de directivos comenzaba a las 9:00 am. Layla no podía pensar en nada, las ansias la estaban consumiendo. León pasó tres veces frente a su cubículo, parecía que le costaba estar en su lugar. Matt estaba en su puesto mirando el monitor de su computadora, sin mover las manos para nada. Kathlin le dio la impresión de ponerse a rezar en un par de ocasiones.
Los minutos parecían horas. Susana y Beca no dejaban de picar snacks mientras tecleaban. Parecía que el tiempo se había detenido.
A las doce menos cuarto, la puerta del ascensor se abrió. Todo mundo hundió la cabeza en su trabajo y nadie se atrevió a mirar al jefe que se dirigió directo a su oficina. Minutos después Matt llegó a comunicarles que habría junta de emergencia después del almuerzo.
—¿Bromeas? ¿Crees que vamos a poder comer algo? ¡Queremos saber qué pasó! —increpó León. Nunca lo habían visto así, parecía que, en ausencia de Charlie, parte del peso de sus responsabilidades había caído sobre él y no lo estaba manejando bien.
—Deberíamos esperar un poco más, León.
—Sea lo que sea, más vale enterarnos, ¿tú no quieres saber, Layla?
—Vamos a descansar. Gracias Matt, volveremos a la una.
Aunque las ansias la estaban matando, comprendió que Will necesitaba ese momento para ordenar sus ideas y calmarse, ya que, como fue la única que se atrevió a mirarlo, vio su expresión y supo que las noticias no eran buenas.
A la una todos estaban en la sala de juntas. Cuando entró se escucharon las exclamaciones de todos.
—¡Virgen Santa! —exclamó Kathlin.
Iba sin saco, con las mangas hasta los codos, sin gafas y el cabello un poco desordenado. Era el que ella conocía, era el hombre del que ella se había enamorado.
—Buenas tardes a todos. Gracias por su puntualidad.
Todo mundo estaba en shock. No se oía ni una respiración siquiera.
—Como todos saben, esta mañana hubo una reunión extraordinaria y las filiales de Century fueron evaluadas. Querían determinar cuáles entrarían a la lista para ser cerradas cuanto antes.
Kathlin comenzó a rezar de nuevo.
—Chickstyles no es una de ellas.
Fue como un suspiro general, que murió ante las siguientes palabras.
—Pero perdimos la categoría plata y descendimos hasta el puesto doce del ranking de Century.
—¡¿Qué?! ¿Cómo es posible? Acabábamos de estar en seis, ¿cómo bajamos tanto?
—Tres filiales más entraron al juego, no había manera de competir con ellas porque están en ciudades grandes. Otras subieron mucho más que nosotros.
—¡Eso es injusto! —exclamó Susana—. ¡No pueden evaluarnos así!
—Es su método.
—¡Debiste hacer algo! —acusó León. ¿Hacer algo como qué? —. Tú permitiste que esto pasara. Van a recortar personal, bajarán los sueldos y todo porque no cumpliste como director.
—Es posible —admitió y otro silencio envolvió todo. Jamás lo habían visto con esa actitud. Layla sintió que no era buena señal, había renunciado al rol que los directivos le habían creado, pero en lugar de parecer liberado, se veía más atado que nunca—, si es el caso el único que será removido seré yo y ustedes conservarán sus puestos.
León fue hacia él, sus intenciones violentas eran evidentes, sin embargo, Layla y Matt llegaron al mismo tiempo. La chica se puso enfrente de su compañero.
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Mi Querido Ogro
RomanceLayla, al igual que todos sus compañeros, odia con el alma a su frío y déspota jefe, a quien apodan "Ogro" por su forma áspera de tratarlos. Un encuentro en el momento menos propicio podría cambiar su perspectiva y llevarla a descubrir que no se pue...