Kopfkino

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Eddie es la clase de chico con una muy mente hiperactiva, desde muy pequeño, lo que le causó algunos problemas en la escuela ya que prefería estar dando vueltas por su mente mientras miraba por la ventana que escuchar a los profesores. Constantemente está usando su cabecita llena de rulos para crear, imaginar, soñar; de ahí la gran cantidad de canciones que ha escrito para su banda Corroded Coffin. O los montones de campañas de D&D, llenas de fantasías y escenarios inesperados que te sumergen en nuevos mundos cada vez más interesantes, con personajes creados por él mismo, al igual que los escenarios y paisajes; teniendo el talento y la creatividad suficiente como para realizar representaciones gráficas de ello.

Perdido en su cabeza como estaba, tratando de idear algo innovador para una de sus campañas, no cayó en cuenta de que el castaño estaba frente a él, con una sonrisa boba.

—Tierra llamando a Eddie...!—Una mano se mueve frente a su cara sacándolo de su trance. La mirada divertida y brillante del castaño es lo que lo recibe al volver a la realidad—Qué tiene de interesante el suelo que no dejas de mirarlo como idiota?

Al verlo una sonrisa tonta se posa en su rostro, de manera casi automática—Stevieeee—Su tono es una o dos rayitas más agudo a lo normal—Qué se le ofrece a su majestad?—Se apoya en el mostrador con un codo, apoyando su mentón en su mano.

—Vine para decirte que oí lo que me diste la vez anterior

Eddie no pudo aguantar la felicidad ni la sorpresa—En serio?!—Al ver que tal vez gritó demasiado alto, carraspea antes de volver a hablar—Y...te gustó?

—Me encantó! Y tienes razón, Ozzy es el mejor de la historia.

Vuelve a sonreír muy amplio—¡¿Verdad que sí?!

—Tus gustos musicales son increíbles!

Y Eddie pudo enamorarse un poco más sólo con esa frase.

Pero Steve nunca la dijo.

Él ni siquiera le recomienda nada de Ozzy Osbourne aún por querer adentrar al chico en el mundo del rock y el metal poco a poco. Ese es sólo otro de los tantos escenarios que su cabeza enamorada lo insta a imaginar mientras no tiene clientela en el trabajo; como un niño esperando que la persona que le gusta comparta sus mismos intereses y así poder hablar durante horas al respecto, viendo su bonita cara y su sonrisa, sonriendo él mismo por compartir sus dos amores. Todos los días imagina que el chico atraviesa esa puerta, hasta que finalmente lo hace, él le da otro cassette para escuchar, y el castaño vuelve a perderse otro período de tiempo.

Sólo le queda suspirar y esperar a que alguno de esos escenarios se vuelva realidad algún día.

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Kopfkino (Alemán): Soñar despiertos, imaginando posibles escenarios sobre qué pasará cunando volvamos a ver a una persona.

Bye; Psyxho

Metalhead Sweetheart| SteddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora