Destinos entrelazados (omegaverse) [FINALIZADA]

❥ ; 24 - Distancia

—Nuestro pequeño estará bien, no te preocupes— insistió Dante en tono paciente mientras caminaba junto a su chico hacia el comedor principal.

Kristov tenía sujeto su brazo, era la primera vez que el omega se separaba tanto tiempo del huevo y entendía que estuviera algo ansioso por ello, pero aquel era un momento importante para todos. Ambos se habían arreglado, incluso Dante llevaba un traje más acorde con la estética de su nueva familia política que la modista se había encargado de confeccionar para él. Se notaba que los reptiles eran diferentes a ellos en muchas cosas y comprendía que fuera tan importante llevarle allí para aprender de ellos antes de que el bebé naciera.

—No puedo evitar preocuparme, amor...— dijo el mayor antes de llegar al lugar. Todos se habían puesto sus mejores galas y su padre estaba impresionante. Habían ido también su tío Neuvillette y Wriothesley con sus dos hijas.

—Bienvenidos— dijo el líder al ver a su hijo entrar junto a su futuro marido y todos se giraron para observarles.

Dante agachó ligeramente las orejas, nervioso. Tomó aire lentamente y posó su mano sobre la de Kristov para calmarse un poco antes de entrar, era la primera vez que le presentaban oficialmente a la familia, sin duda un evento importante. Kristov sonreía como si aquello fuera lo más importante de su vida, que lo era. Quería presumir a su zorrito, le daba igual que fuera diferente a todos.

—Es apuesto— dijo Neuvillette y miró a su marido. —Parece un alfa fuerte, pero aún es pequeño.

—Habrá que esperar y ver cómo se desarrolla— respondió Wriothesley. Sus brazos descubiertos mostraban las cicatrices de sus múltiples peleas y se notaba que las lucía con orgullo. Era un guerrero y su apariencia distaba mucho de la elegancia opulenta del líder. —Estoy deseando ver cómo se desenvuelve luchando.

—Dante es el mejor, lo demostrará— dijo Kristov antes de sentarse al lado de su padre. El alfa iba a su lado.

—Nunca he sido partidario de que haya enemistad entre especies— continuó Neuvillette. —Creo que esto es una buena oportunidad para que las manadas formen una próspera amistad.

Dante se sorprendió al escuchar esto e inevitablemente su cola comenzó a moverse, aunque enseguida se sintió avergonzado. No sólo sus orejas eran expresivas, su cola también lo era y al ser el único diferente se sentía demasiado observado.

—La verdad es que suena muy bien, mis padres también están de acuerdo con eso...— dijo el joven alfa tratando de mostrarse más formal.

Kristov estaba contento de que su familia le aceptara. Sus primas estaban distraídas con sus cosas, como de costumbre.

—He oído que Baizhu va a venir a revisar el huevo— dijo Tartaglia. —Es amigo nuestro desde hace tiempo, decidió irse con los cánidos aunque dijimos de acogerle.

—¿Baizhu?—. Dante miró al mayor un tanto sorprendido. Le conocía, alguna vez había visitado su casa pues hasta donde sabía era un viejo amigo de su padre y de Kaveh. —No sabía que iba a venir, pero sé que es un gran médico.

—Ha sido por orden de tu padre, Alhaitham tiene mucha confianza con ese médico. Desciende de los reptiles, por eso sus ojos son diferentes— continuó el pelirrojo.

—Seguro que si lo ha dicho Alhaitham debe ser bueno— pronunció Kristov con una dulce sonrisa mientras acariciaba la mano de Dante para tranquilizarlo.

Este sonrió y apretó la mano de su chico con suavidad. Saber que su padre cuidaba de ellos incluso desde la distancia le tranquilizaba demasiado, sabía que no iban a dejarle solo.