Destinos entrelazados (omegaverse) [FINALIZADA]

❥ ; 5 - Boda

El tiempo pasó mucho más rápido de lo que esperaban. Alhaitham siguió cumpliendo con sus obligaciones en el trabajo y la manada y, tal como prometió, fue a hablar con el omega marcado días después. Todo se arregló y fue un buen ejemplo para el resto de omegas de lo que ocurre si incumples las reglas, aunque los alfas también se aplicaron la enseñanza de aquel suceso y de las consecuencias de desobedecer al líder.

A pesar de todo esto, logró encontrar bastantes ratos libres para ayudar a Tighnari con los preparativos de la boda que, como era de esperar, siguió adelante sin problemas. Alhaitham había recibido la llamada de Baizhu, una semana después. Su sorpresa fue saber que era el propio Kaveh quien había decidido alejarse por completo de él.

"No necesito un alfa, nunca lo he querido". Fueron las palabras que el doctor le hizo llegar. Y Alhaitham lo aceptó, era mejor así, aunque en el fondo sentía como si le hubieran arrebatado una pequeña parte de sí mismo con ese rechazo. Lo ignoró lo mejor que pudo y simplemente siguió con su vida, como siempre debió ser.

Tighnari apenas había podido hablar con Cyno. Lo evitaba por completo, incluso si se cruzaban en el pasillo este daba la vuelta e iba hacia otro lado. El omega no sabía que hacer, se sentía mal por una parte, como si casarse con Alhaitham fuera una especie de traición. Sin embargo, no lo era. Se había centrado en sus ratos libres en leer libros de biología, aprender propiedades de las plantas y de los hongos, eso mientras no preparaba la boda o tenía momentos más íntimos con su futuro marido. Estaban mejor que nunca, pero en su pecho había un ligero vacío. Cerró el libro que estaba leyendo y se levantó. La boda comenzaría esa misma tarde, pero Tighnari se había despertado demasiado temprano como para empezar a prepararse. Buscó a Alhaitham, pero aún seguiría en la cama así que dio un par de golpecitos en la puerta de su cuarto. Iba vestido con su pijama, un camisón largo hasta por debajo de la rodilla, le gustaba ese tipo de prendas para dormir.

—Soy yo, amor— dijo el omega, nervioso.

Tuvo que esperar un poco hasta que Alhaitham, con una expresión adormilada en el rostro y su cabello un tanto alborotado, abriera la puerta. Tan solo iba vestido con un pantalón de pijama y sin camiseta.

—¿Qué ocurre? No hace falta que llames a la puerta, ya lo sabes— dijo y bostezó. Ni siquiera sabía qué hora era.

—Nada, solo estoy nervioso y necesitaba verte— respondió el omega sin poder apartar la vista de su pecho. Tragó saliva y llevó una de sus manos a este. —¿Este es mi futuro marido? Gané en esta vida...

Alhaitham sonrió de lado y le alzó por los muslos sin mucho problema para llevárselo adentro. Le tumbó en la cama y ahí ambos se abrazaron de forma tierna.

—¿Estás nervioso por la boda?— cuestionó el mayor mientras jugaba con uno de los mechones oscuros de su prometido.

El omega asintió y dejó un beso en los labios del alfa. Lo alargó un poco mientras se dejaba llevar para olvidarse de todas las dudas que habían aflorado. Estaba muy agusto con Alhaitham, ambos se comprendían bien y se querían mucho, pero seguía teniendo la sensación de que faltaba algo, de que algo no estaba del todo completo.

—Cuando estemos casados... ¿podré dormir contigo? No me gusta dormir solo— comentó y se abrazó contra él apoyando la cabeza en su pecho. —Sé que lo haces para no caer en la tentación, sé que si duermo contigo acabaría cada noche encima de ti... pero una vez casados ya no tenemos que privarnos ¿verdad?

—Pues claro, cariño. No pensaba dejarte dormir en otra parte que no fuera aquí después de la boda— respondió Alhaitham y dejó un suave beso en el cabello del menor. —Será nuestra habitación, aunque si lo deseas puedes conservar la otra como tu habitación personal. Siempre es bueno tener un espacio propio.