»Sin memoria 🌿 +18 [ Lizkook ]

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Eran las cinco cuarenta de la mañana y Lisa estaba entregando su pasaporte para poder abordar el avión que la llevaría a Canadá, con su tía Mía, quien le había pedido con mucha necesidad que la fuera a visitar y a pesar de que a Lisa no le agradaba del todo, aceptó, porque al final, eran familia, además así podría pensar en la respuesta importante que daría después de regresar, está visita a su tía le había caído como anillo en el dedo.

—Queridos pasajeros, les pedimos atentamente que se abrochen los cinturones de seguridad, el avión despegará en cualquier momento, atentamente, su capitán. Que tengan un excelente viaje, disfrútenlo.

Lisa hizo lo pedido, abrochó su cinturón y se aseguro de que no se desabrochara.

Pasaron alrededor de cuatro a cinco minutos, y el avión empezaba a moverse, todos los pasajeros estaban en sus lugares y con sus respectivos cinturones de seguridad puestos. Cuándo el avión despegó, se sintió un poco de turbulencia, pero al momento de estar volando alto en el cielo, se estabilizó.

La pelinegra miró por la ventanilla del avión, sonriendo ante la preciosa vista que la altura le brindaba.

—Disculpe, ¿No desea alguna manta o almohada para dormir en el viaje? — una azafata le preguntó.

—Oh, sí por favor — la mujer sonrió y asintió, tomo del carrito de metal una manta y una almohada de las muchas que llevaba ahí.

—Aquí tiene, que disfrute su viaje — Lisa agradeció, tomando la manta y la almohada, empezando a acomodarse en su asiento.

—Sólo espero que el viaje no sea tan largo — murmuró antes de cubrirse y cerrar los ojos, buscando descansar un poco.

Hasta qué, finalmente, se quedó dormida.

Lisa despertó de golpe, escuchando el gritó de una mujer y unos niños llorar, su mirada confundida se posó en los pasajeros que la rodeaban, y todas estaban inundadas del mismo sentimiento: pánico y temor.

—¿Qué está pasando? — preguntó, evitando gritar y alterarse ella también. Tenía que mantener la compostura.

—¡Aterricen este puto avión en Canadá, mis hijas me están esperando!

—¡Vamos a morir, vamos a morir y todo es por su maldita culpa!

—¡Por favor, mi bebé no merece esto, él aún es un bebé, se los suplico, hagan algo!

Lisa se sentía mareada por tantos gritos, algunos pasajeros estaban aterrados e incontrolables, las azafatas lloraban mientras trataban de calmar a todos, pero era imposible, sólo eran cuatro chicas y casi 243 pasajeros.

La pelinegra se abrió paso entre la multitud y se acercó a una azafata.

—Señorita, ¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué todos están tan alterados? — preguntó, sintiendo el temor y la desesperación también empezar a entrar a su sistema nervioso con rapidez.

—L-Lo siento mucho, y-yo no sabía — sollozó, Lisa negó con la cabeza.

—¿¡Qué es lo que está pasando!? — gritó, perdiendo la poca tranquilidad que le quedaba.

—En m-menos de v-veinte minutos, el avión, se quedará s-sin combustible — confesó, aquello hizo que Lisa diera un traspié hacia atrás, alejándose de la multitud, quienes gritaban, lloraban y otros simplemente suplicaban por ser salvados. Lisa regresó a su asiento, conteniendo las lágrimas al recordar a su madre y a su abuela.

Ella iba a morir y las mujeres que más quería en el mundo, iban a sufrir por su muerte. Silenciosas lágrimas bajaron por sus mejillas, teniendo de fondo el desastre de gritos y lloriqueos. No había nada que hacer, sólo había que resignarse a que todos los que estaban en ese avión, ya no volverían a casa.

Mientras tanto, una fuerte sacudida en el avión, hizo que los pasajeros cayeran al suelo, la pelinegra aún estando en trance por la noticia, y con sus manos temblorosas, hizo lo posible para abrocharse el cinturón, mientras más movimientos bruscos empezaban a atacar al avión.

Su llanto se hizo ruidoso, sintiendo como el avión poco a poco iba perdiendo altura, sus manos se aferraban con fuerza a los posa brazos, mientras veía como algunas personas caían al suelo bruscamente, e incluso algunas ya no contaban con vida, al estar de pie y el avión teniendo fuertes movimientos, sus cuerpos simplemente chocaron unos con otros o con alguna cosa peligrosa que los hizo perder la conciencia de inmediato.

Para Lisa, todo paso rápido, en un momento había tenido los ojos abiertos y en otro, su cuerpo dolía horrores, su cabeza punzaba como si fuera a estallarle, sus párpados se sentían muy pesados y a duras penas podía entre abrir los ojos por uno o dos segundos.

Tratando de no perder la conciencia en ese momento, porque la cabina del avión empezaba a crecer el fuego, no podía quedarse.

Soltando un grito desgarrador al sentir tu pierna siendo apresada por un metal de la misma cabina, con toda la fuerza de voluntad y tragándose el dolor tan intenso que sentía, logró safar su pierna, de la cual empezó a brotar sangre.

—P-Por favor...n-no puedo morir — murmuró para si misma, dándose ánimos para salir por la gran abertura que el impacto causó. Sus ojos llenos de lágrimas, no sólo por soportar su dolor, sino también, por ver a esas personas muertas en el suelo.

Con dificultad y con mucho dolor, logró salir de la cabina, la cual poco a poco, el fuego se hacía más grande. Mareada, aturdida, fuera de sí, llena de sangre y con varias heridas en su cuerpo, empezó a caminar por lo que parecía ser un bosque, no sabía dónde estaba, sólo sabía que tenía que alejarse de aquel avión, porque no sabía si podría explotar y entonces, sería su fin.

—LaOmmaChida💜💜✨✨✨