»Sin memoria 🌿 +18 [ Lizkook ]

🌿; 009

—No quiere comer — fue lo primero que Jungkook le informó a SeokJin, quien había venido a ver cómo iban los puntos nuevos que le había puesto a la pelinegra.

—¿Qué? ¿Cómo que no quiere comer? — SeokJin no dudo en caminar a paso rápido y decidido hacia la habitación de Jungkook, en dónde se encontraba la pelinegra, sentada en la orilla de la cama, con la cabeza agachada. —Oye, ¿Por qué no quieres comer? ¿Ya olvidaste lo que te dije? — preguntó un poco molesto, mientras dejaba sus cosas a un costado de ella y empezaba a buscar algo entre su maletín.

—Doctor Kim — la pelinegra trato de convencerlo con su cara de cachorro, pero no funcionó.

—Nada de doctor Kim, ya habíamos hablado tú y yo, ¿Qué pasó? — preguntó, sacando spray y unas gasas. SeokJin se posó frente a ella y se agachó, colocando sus rodillas contra el suelo. —Te quitaré la venda y aplicaré el spray para que sane más rápido, ¿De acuerdo? — Lisa asintió, levantando un poco el muslo, dándole permiso a SeokJin para que le quitará la venda que cubría los puntos.

—Estaré en la sala — informó Jungkook, antes de salir de la habitación, para darles más privacidad.

—¿Entonces? — preguntó nuevamente SeokJin, una vez que Jungkook salió de la habitación.

—Está bien, comeré a pesar de sólo estar acostada en la cama — murmuró sin remedio.

—Oye, no es porque tú no quieras, es que no puedes, sé que quieres ser de utilidad y de mayor productividad para todos aquí, también sé que estás muy agradecida con nosotros y por eso nos quieres ayudar, pero no podrás hacerlo si no te cuidas y esperas a recuperarte por completo — la pelinegra asintió, rindiendose ante las palabras de SeokJin.

—Está bien, haré todo lo posible para recuperarme y serles de ayuda — prometió.

—Eso me parece una excelente idea.

Después de limpiar y curar la herida que tenía los puntos nuevos, volvió a ponerle la venda y después de unas indicaciones finales, SeokJin se marchó, prometiendo regresar al día siguiente.

—Espero y ahora sí comas — el capitán Jeon entro a la habitación con la charola de comida, dejándola en la esquina de la mesita de noche.

—Gracias — hizo una reverencia con la cabeza, antes de sentarse en la cama y empezar a comer.

—Tengo que ir a patrullar con los chicos, así qué no tardaré mucho, ¿De acuerdo? — Jungkook acomodaba sus armas en sus chaleco y su navaja francesa en la funda de su tobillo, sin embargo, cuando su mirada cayó en la pelinegra, está parecía muy asustada, incluso podía jurar que se había puesto pálida.

—No me dejes sola, por favor — pidió, temiendo que pasará nuevamente lo de ayer.

—Hey, tranquila, no va a pasar nada, Max se va a quedar contigo, tiene órdenes de cuidarte, te prometo que el es obediente y te defenderá de todo aquel que trate de hacerte daño, ¿Sí? — trato de tranquilizar, cosa que poco a poco, logró.

Después de que Lisa terminará de comer, Jungkook llevó a Max a su habitación, dejándolo arriba de su cama en una esquina.

—Cuídala, si alguien extraño entra y trata de hacerle daño, no dudes en arrancarle alguna extremidad. Recuerda, protegela, ¿De acuerdo, Max? — el perro ladro y se quedó sentado en la cama, mirando hacía la entrada de la habitación, Jungkook sonrió. —Eres un buen chico.

Lisa miraba como el perro obedecía fielmente a Jungkook y él, le agradecía con aquellas muestras de afecto, con cariño y esa amistad que compartían como amo y mascota.

—Me tengo que ir, Max se quedará contigo y te estará cuidando hasta que yo llegué — informó. La pelinegra seguía mirando a Max, se sentía agradecida con el cachorro por cuidarla, a pesar de ser una orden de su amo.

—Es un buen chico — dijo, llamando la atención de Max, quien no dudo en subir hasta donde estaba ella recostada y recostarse a su lado, aún con la atención posada en la entrada de la habitación.

Jungkook sonrió y asintió.

—Me voy, volveré pronto — la pelinegra asintió, y el capitán verificó que tuviera todas sus armas, antes de marcharse.

—Señora, le pido de la manera más atenta, que se tranquilice, así no podremos llegar a ninguna parte — pidió amablemente el policía.

—¿¡Cómo quiere que me tranquilice, cuando mi hija está perdida!? ¡Su cuerpo no fue encontrado en el avión, sólo encontraron sus pertenencias, así qué no la puede dar por muerta! — gritó completamente histérica, golpeando el escritorio con sus manos.

—¡Lo sé, señora, lo sé, pero no podemos ir a buscar sin saber exactamente a dónde pudo haber ido! — exclamó. —Mire señora Manoban, nosotros como policía hicimos lo que estuvo a nuestro alcance para buscar a su hija, pero por más que buscamos por los alrededores, no logramos encontrar nada — explicó, bajando el tono de voz a uno tranquilo.

—Tiene razón — la mujer sorbio su nariz y se puso de pie. —Tengo que hacerlo por mi cuenta, ustedes no sirven para eso, que gran ayuda — soltó con sarcasmo. —Malditos inútiles — tomo su bolso y salió de la comisaría, sus lágrimas continuaban bajando por sus mejillas, pero aquello no fue impedimento para pensar en una posible solución. Ella iba a hacer lo posible para encontrar a su hija. Tomó su teléfono y marco un número, espero dos tonos antes de ser atendida. —¿Hola? Sí, necesito tus servicios cuánto antes.

El chófer le abrió la puerta, permitiéndole entrar al auto sin problema alguno, el hombre le cerró la puerta mientras su jefa hablaba por teléfono.

Buscaría a Lisa hasta por debajo de las piedras.

—LaOmmaChida💜💜✨✨✨