Capítulo 789: Ming Zhu también es tu madre.

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Temprano al día siguiente, originalmente era el momento de que Ming Zhu ofreciera té a los ancianos de la familia y a la esposa principal de la familia, pero An You y Ming Zhu durmieron hasta casi el mediodía, dejando a la anciana y a Ning Shu esperando en el salón principal durante mucho tiempo.

A Ning Shu realmente no le importaba esto, pero el color de la cara de la vieja madame era muy malo mientras agarraba su muleta. Al final, consoló a Ning Shu diciendo: —Ya que no quiere pasar por este ritual, olvídalo. Su estado solo será reconocido una vez que usted, la esposa principal, beba su té, pero como a ella misma no le importa, no hay necesidad de que nos molestemos.

Ning Shu asintió.

An Lingyun ya se estaba muriendo de hambre y no podía evitar preguntar: —Madre, ¿por qué no consigo que alguien llame a papá?

Ning Shu miró hacia la anciana y la anciana pidió a su doncella personal que los llamara.

An You y Ming Zhu tardaron bastante en llegar. En el momento en que Ming Zhu entró en la habitación, vio que todos la miraban, por lo que su rostro se sonrojó maravillosamente.

Mientras tanto, Ning Shu tomó nota de la cara ligeramente amarilla de An You y sonrió significativamente.

—Madre, lo siento, he hecho esperar a todos. Todavía no han comido, ¿verdad? Comamos, comamos —. An You era el novio anoche, por lo que su tez estaba resplandeciente. Aunque ese era el caso, Ning Shu aún podía ver que su color facial estaba teñido ligeramente de amarillo.

—Padre, ¿no sabes que todo el mundo estuvo esperando por ustedes dos durante mucho tiempo?— An Lingyun hizo un puchero mientras gruñía.

An You adoraba bastante a esta hija, así que cuando escuchó esto, no dijo nada. Sin embargo, a un lado, Ming Zhu se arrodilló inmediatamente ante An Lingyun y dijo: —Lingyun, todo esto se debe a mí. Estaba un poco cansada esta mañana, así que dormí un poco más. Lo siento.

El color facial de An Lingyun empeoró instantáneamente. —Levántate, no te arrodilles.

—Fue mi error. Yo fui la que hizo esperar a todos, me disculpo. ¿Puedes perdonarme?— Ming Zhu miró hacia An Lingyun como si estuviera esperando su perdón y no se levantaría antes de recibirlo.

An Lingyun: ...

—Lingyun, eres tan bondadosa, así que perdóname—, dijo Ming Zhu.

An Lingyun estaba a punto de morir de furia. Ming Zhu fue claramente la que llegó tarde, pero ahora, si no la perdonaba, ¿era ella la que estaba siendo mala?

Ning Shu se rió por dentro sin ninguna restricción. Algunas cosas, una persona solo las entendería cuando les sucediera. Ming Zhu también había sido así en la historia original. Trataba sus rodillas como si estuvieran hechas de hierro y se arrodillaba por cada pequeña cosa. Después de exprimir un par de gotas de orina de gato, todos terminaron de su lado y culparon a la anfitriona original de todo.

Ahora que este escenario le estaba sucediendo a An Lingyun, ¿cómo se sentiría?

Probablemente no demasiado feliz.

Aunque Ming Zhu era simple, podía sentir cuándo le desagradaba a la gente. En esta sala, An Lingyun fue la primera en hablar. Ming Zhu sintió que a An Lingyun no le gustaba, así que lo hizo por instinto.

Instintivamente trató de usar el poder de las personas que la rodeaban para ayudarse a sí misma a salir de esta difícil situación.

Así que ahora, An Lingyun era el objetivo.

Ning Shu se quedó a un lado sin hablar y miró.

—Lingyun, por favor perdóname—, dijo Ming Zhu de nuevo hacia An Lingyun.

An You levantó a Ming Zhu del suelo y le dijo a An Lingyun: —Esta fue mi idea, así que no culpes a Ming Zhu. Ming Zhu también es tu madre, así que sé más respetuosa con ella.

¿Madre? Wei Lingxian es mi madre. ¿Cuándo diablos una amante también se convirtió en mi madre? An Lingyun se estaba asfixiando de ira. Cuando vio que su padre era tan protector con Ming Zhu, se sintió aún más envidiosa y enojada.

—Lingyun y yo somos amigas, así que no es necesario que me llames madre—. Ming Zhu rápidamente agitó su mano con desdén.

An Lingyun se puso aún más furiosa. ¿El maldito? ¿Un buen amigo se robaría a mi padre? En cualquier caso, actualmente An Lingyun sentía que tenía algo repugnante atascado en la boca, pero no podía escupirlo. Fue una sensación tan desagradable.

—Lingyun, es bastante tarde, así que trae la comida. Todos tienen hambre —, dijo Ning Shu a An Lingyun.

An Lingyun hizo un puchero muy triste cuando hizo que los sirvientes trajeran la comida.

Esta fue la primera comida de Ming Zhu en la Residencia del General como amante, por lo que, según las costumbres, debería haber atendido a toda la mesa mientras comían. Las amantes, en términos sencillos, eran solo sirvientas.

Sin embargo, Ming Zhu se sentó junto a An You y dulcemente lo ayudó a conseguir comida.

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