—Freddie, está cerca, haz que se corra de una buena vez... —ordenó, acariciando el pubis del menor en el proceso, provocando ese calor en la zona que John tanto esperaba sentir de nuevo. Notó que Freddie seguía también los movimientos de la mano del rubio, la que finalmente terminó acariciando su rostro, lleno de sudor y lágrimas. Ahí notó John lo destrozado que lucía su novio, lo mucho que se estaba esforzando en complacerlo. Roger siguió, dirigiéndose completamente a Freddie —. Es tan grande, y tú lo estás haciendo tan bien, como si el único propósito de tu patética vida fuese atenderlo. ¿Ves cómo lo descolocas solo con tu boca, tu lengua?
—Mierda, Fred, no te detengas, estoy tan... tan, ah, cerca —suplicó el castaño, sin que nadie lo obligase a decirlo, pues su mente se hallaba tan nublada por el deseo de alcanzar el orgasmo. John estaba al borde del llanto, y bastó una estocada que dio contra la garganta del mayor, para llenar de chorros calientes su boca.
John se tiró de espaldas contra la cama, mirando al techo en un estado de éxtasis total.
A ese punto, Freddie pudo haberse separado de él, y por algún motivo lo sentía todavía alrededor suyo, succionando lo último de su miembro. Al momento de verlo de nuevo notó que Roger empujaba aún su cabeza, y murmuraba algo inteligible, solo para Freddie.
—¿Quieres probarlo o quieres que se lo trague?—preguntó, y se percató de que la pregunta iba ahora dirigida a él, pues los ojos cielo se encontraban enfocados en su rostro, esperando una respuesta.
—¿Qué recomiendas tú? Esta fue tú idea, yo no sé —respondió en su cabeza, mirando al rubio y a su novio en silencio, y notó nada más que el rubio negaba, derrotado.
—Sigues resistiéndote al deseo, a seguir tus instintos —murmuró, descontento. John se sintió bien de no haberlo dejado ganar por completo. Roger se levantó del lado del moreno y se alejó de la cama un par de pasos, haciendo un ademán despreocupado con la mano —. Freddie, bésalo, que se sienta en tu boca.
Entonces Freddie se inclinó sobre él, levantándose de sus rodillas y acostándose sobre su cuerpo, para tomar su rostro y, con los labios calientes y manchados con gotas de semen, besarlo suciamente. John gimió débilmente ante la sensación de su propio sabor en boca ajena, se sintió mareado. Apenas el mayor se separó de él, sintió sus manos sobre sus mejillas, y abrió los ojos para toparse con los cafés de su amado mirándolo con ternura, y un ligero tinte de preocupación que no tenía por qué estar ahí, pero no podía culparlo, ¿o sí?
Esto fue muy ajeno a su carácter y su comportamiento usual.
—Deacy, cielo, eso fue... wow. ¿Estás bien? ¿Te sientes cómodo? ¿Seguro que no fue demasiado? Sé que no te gusta salir de lo convencional, yo no quie—
—Fue perfecto, Fred, no te preocupes... creo que fue el momento apropiado para esto —respondió, dedicándole una mirada de reojo al íncubo, quien había retomado su asiento al fondo de la habitación.
—¿Seguro?
—Sí, sí... me conoces, no puedo fingir que disfruté esto, ¿o sí? Creo que se notó, a leguas.
—Estuviste genial, cariño. ¿Seguro que no sientes que te forcé nada?
—No, tú no me forzaste nada...—respondió nuevamente, y apenas el moreno se tiró a abrazarlo, regresó a ver al rubio con cara de pocos amigos —. Tú no me forzaste a nada, Fred —repitió, mirando al rubio quien se encogió de hombros con una sonrisita tranquila.
—No tengo como poseerte, John, recuerda eso. Ese de ahí fuiste tú... —aclaró el ojizarco, con total despreocupación —. Esto te lo dejo a tu arbitrio, claro, pero deberías devolverle el favor —propuso, notablemente entretenido por la situación.
Recién ahí se dio cuenta de que la erección de Freddie presionaba contra su muslo con fuerza, ahora que lo tenía recostado sobre él besando su rostro, y suspiró. Bueno, en eso sí necesitaría ayuda, porque eso sí no tenía idea de cómo trabajar. Usualmente dejaba que lo penetre, porque así funcionaba eso del sexo, ¿no? Era lo más básico, lo más normal, lo más... bueno, usual. Él ni sabía por dónde empezar si tenía que darle una mamada al mayor, y empezó a sentir pánico, que trató de disimular mirándolo con una sonrisita.
—¿Amor?
—Dime, cielo.
—¿T-tú no necesitas... eh, ayuda con eso? —indagó, señalando su erección con cierta timidez.
Roger sintió ternura por la carita de terror del castaño, quien por primera vez esa noche regresaba a verlo como pidiendo ayuda, sin odio, pero se limitó a negar. John sintió el verdadero temor cuando el rubio se rehusó ahora que sí andaba medio perdido, pero el pánico se desvaneció el instante en el que el ojizarco se acercó nuevamente a ellos, y topó el hombro de Freddie con delicadeza, llamando su atención, si bien en honor a fingir demencia el moreno solo movió ligeramente la cabeza, en espera de lo que sea que este le diga.
—Te ayudo yo con eso, siento a John cansado... fue mucho para él, estoy seguro de que otro día será más cómodo para él devolverte el gesto —anunció, y Freddie en seguida sonrió con ternura a su novio y besó su mejilla una vez más, negando a su pregunta inicial.
—Me encargo de esto yo, estoy al borde, fue muy excitante todo lo que hicimos —afirmó, imitando las palabras del rubio —. No quiero presionarte, cielo. Pero... en serio gracias, amor, por intentar algo nuevo hoy, significa mucho para mí.
John frunció el ceño ligeramente. Jamás había visto a Freddie tan, bueno, contento... feliz, tras algo de sexo. Se lo notaba con energías y no borraba esa sonrisa de satisfacción del rostro. Lo sentía muy en paz, y le costaba creer que era producto de esto. Una mamada. Ni siquiera recibir una, sino darla. Y Freddie estaba alegre cual niño en la dulcería. Eso no lo vio venir, pero sí, sintió que una barrera entre ellos se había roto.
Quizás Roger tenía razón al respecto.
—Claro, amor... gracias —susurró John, dejándose acomodar bajo las cobijas por su novio, para un bien merecido descanso —. Perdón por no...
—¡No! No tienes nada de qué disculparte... fue mucho, lo entiendo. Pero gracias, Deacy, enserio gracias. Te amo tanto, no te imaginas cuánto... Estoy tan feliz de compartir contigo el resto de mi vida, John. Te amo —aseguró Freddie, y tras darle un beso en la sien, lo escuchó desaparecer tras la puerta del baño.
Al regresar a ver, solo Roger se encontraba con él en la habitación.
—¿Viste? Te conozco John, algún día te quitarás esas inseguridades de encima, y dejarás de ver todo esto como algo malo... estoy seguro de que lo sorprenderás pronto con todo lo que puedes hacer.
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🔥 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗 (ℑ𝔫𝔠𝔲𝔟𝔲𝔰 𝔄𝔘) 🔥
FanfictionFreddie hizo un pacto con el diablo. Al diablo su trabajo de medio tiempo en un bar, sus deudas y, lastimosamente, su relación estable con el tierno (pero aburrido) de John. Al diablo su alma que parecía ya estar maldita con tanta mala suerte que s...