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Jisung echaba humo. Estaba más allá de estar enojado. Quería regresar al club y desgarrar a Chenle. ¿Quién jodidos era para exigir algo a Jisung?

—Cálmate, gran oso —dijo Jeongin mientras corría alrededor de Jisung y empujaba las palmas de sus manos en el pecho de Jisung—. No quieres regresar allí y empezar una pelea.

—Oh, sí lo quiero. —Jisung intentó suavemente separarse del lado de Jeongin, considerando que Jisung era tres veces más grande, pero Jeongin era un pequeño bastardo muy rápido. Corrió frente a Jisung, deteniendo su progreso.

—No, no lo quieres. Me gusta venir aquí y están a punto de expulsarnos permanentemente —argumentó Jeongin—. Vamos a dar un paseo para que te calmes.

—No quiero calmarme —dijo Jisung con los dientes apretados—. Quiero matar a un elfo que solía ser azul.

—Si das una caminata y no te calmas, te ayudaré a enterrar el cuerpo.

Jisung se quedó inmóvil, mirando fijo a Jeongin, y luego le dio al hombre una traviesa sonrisa. —En un lugar donde nadie lo encontrará.

—En lo profundo de los bosques. 

—Tienes un trato. —Jisung le dio la espalda al club y se dirigió hacia la calle. Tenía que calmarse. Lo sabía. Namjoon tomaría su culo si entraba y limpiaba el piso con Chenle.

Habían remodelado no hace mucho tiempo.

No había duda en su mente de que mierdas se romperían si él iba tras Chenle. Además, su Pa lo mataría, por actuar como un imbécil. Jisung podría ser un hombre adulto, pero su Pa aún tenía el poder de asustarlo.

—Hay un lugar de pescado a la vuelta de la esquina —dijo Jisung—. El muelle de Pa. ¿Tienes hambre?

Jeongin le sonrió. —Los osos siempre tienen hambre, pero sí, me vendría bien un bocado.

Con toda honestidad, Jisung no estaba realmente hambriento. El ver a Chenle lo había lastimado más de lo que debería. Había decidido dejar que el hombre se fuera, olvidar que su pareja no lo quería. Pero después de la escena en el club, Jisung sabía que olvidar al hombre no iba a ser una tarea fácil.

Lo que no entendía era la conducta de Chenle. Para un elfo que había evitado a Jisung durante años, el hombre seguro que se enfureció cuando vio a Jisung bailar con otro hombre. Jisung sentía que estaba justificado buscar compañía. ¿Qué se suponía que debería de hacer, pasar el resto de su vida sin sexo, languideciendo por un hombre que no lo quería?

Él quería una pareja desde que podía recordar, pero joder sí iba a tener bolas azules debido a que el elfo no se emparejaba fuera de su raza.

Chenle podía besar su culo peludo.

—Jisung —Jeongin susurró su nombre. 

Jisung salió de sus pensamientos cuando vio a un puñado de hombres dirigiéndose hacia ellos. Tenía malas vibraciones acerca de esos hombres. Jeongin también debió de haberlo sentido así porque el pequeño elfo parecía como si estuviera a punto de orinarse.

—Quítate de delante de mí —dijo Jisung en voz poco audible, pero sabía que Jeongin lo había oído. El delgado hombre se deslizó detrás de Jisung cuando los extraños comenzaron a rodearlo.

—Parece que tenemos un aperitivo —dijo uno de ellos mientras sus ojos recorrían el cuerpo de Jisung con una mirada hambrienta—. Y uno grande.

Jisung había oído que los rebeldes estaban uniendo fuerzas, eso iba en contra de lo que era un rebelde. Se suponía que eran criaturas solitarias con nada más en su mente. No deberían ser capaces de razonar, y seguro como la mierda no deberían estar en un grupo pequeño.

Eres valioso -JiChen/ChengSung-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora