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—Esa es una idea realmente estúpida —dijo Jaemin mientras sacudía la cabeza—. ¿Quieres que nosotros nos colemos en territorio de los elfos de la Sombra y robar algunos archivos de su oficina?

—Entonces, ¿no lo harás? —Chenle preguntó mientras se apoyaba en la caballeriza de Buster, mirando al caballo como si estuviera tratando de averiguar cómo funcionaba un caballo. Jisung estaba simplemente fascinado del asombro de Chenle. Nunca había conocido a alguien que fuera tan feroz que hacía que una tribu entera de elfos del Bosque temblara; sin embargo, veía las cosas del rancho casi a través de los ojos de un niño.

Era una nueva capa que Jisung se moría de ganas de pelar y explorar. El hombre sabía de los shifters, pero Jisung estaba empezando a preguntarse cuánta interacción había tenido Chenle con animales nacidos naturalmente.

Si era como su forma de interactuar con las personas, los animales estaban en problemas.

Jaemin miró a Chenle como si fuera un tonto. —Por supuesto que lo haré. Sólo quería señalar que esta era una idea realmente estúpida.

Las palabras de su hermano trajeron a Jisung de nuevo al tema que los ocupaba, a pesar de que estaba pendiente de Chenle y Buster. Los pantanos era el último lugar que Jisung quería que su pareja visitara. No había nada más que peligro esperándolos. Pero sabía lo importante que era para Chenle. El hombre estaba empeñado en salvar a su raza, incluso si esa muy querida raza quería a Chenle muerto.

Eso decía mucho sobre el carácter de Chenle; no sólo como un hombre, sino un líder. Aún estaba dispuesto a luchar por su pueblo, a pesar de que le habían dado la espalda. Jisung les habría dado un saludo con su dedo medio y los dejaría a su suerte.

Pero estaba empezando a ver que el corazón de su pareja era más grande de lo que dejaba entrever. Chenle discutía con pasión, jodía con hambre, y luchaba con determinación de acero. Había muchas capas en el hombre y Jisung quería pelar todas y cada una de las capas y averiguar quién era realmente el elfo de la Sombra.

—¿Habrá paga por el riesgo? —Hyunjin preguntó—. Porque si algo me pasa, Felix va a estar sobre tu culo.

Jisung contuvo la risa cuando Chenle rodó los ojos. Eso era algo que nunca pensó que vería en el fuerte líder. Su pareja estaba empezando a relajarse. A Jisung le gustaba eso y estaba decidido más que nunca lograr que el hombre se relajara, que no pensara dos veces antes de reírse, simplemente que fuera él mismo.

—No hay paga por el riesgo, oso. Sólo mi más profunda gratitud —respondió Chenle con una mezcla de irritación y resentido aprecio.

—Oh, no —dijo Hyunjin mientras sostenía su mano—. Al menos me comprarás una pieza nueva para mi moto a la que le he puesto el ojo por dos meses.

—Maldición, eres un jodido tacaño —dijo Jaemin inclinando los lados de la boca en una sonrisa—. ¿Cómo vive Felix con un tacaño? 

—Él es muy bueno ahorrando. —Había orgullo en la voz de Hyunjin cuando hablaba de Felix—. A pesar de que tiende a ser un poco más gastador de lo que me gusta.

—Amigo, tienes un ataque si él gasta más de un dólar. Me alegro como el infierno de no estar emparejado contigo. ¿Hay polillas volando de tu cartera cuando la abres?

—No soy tacaño con Felix —argumentó Hyunjin—. Soy esplendido y lo echo a perder.

—Comprarle un café en el mismo lugar en el que trabaja no es ser esplendido, Hyunjin —señaló Jaemin.

—Mi pareja es un hombre de gustos simples —argumentó Hyunjin acaloradamente—. No tengo que acabarme mis ahorros para impresionarlo.

—No tengo que hacer eso con Renjun, pero al menos le compro cosas a mi pareja y a mi hijo más de una vez al mes, no como tú cuando estás de humor —se burló Jaemin.

Eres valioso -JiChen/ChengSung-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora