El ambiente donde estaba nuestra pareja principal se había vuelto tenso y ciertamente incómodo, debido a la repentina pregunta formulada por el mayor
— ¿Qué cosa? — Karma preguntó sin entender, y sinceramente, también temía de la respuesta que el moreno fuera a darle.
— Esto — Respondió mientras pasaba su mano cerca del vientre del menor, donde se veía un parche con pequeñas gotas de sangre.
— Ah, eso — Murmuró apartando la mirada — Sólo fue por una pelea que tuve con unos chicos ayer, no es nada importante — Respondió, buscando quitarle importancia al asunto.
Un asunto que de verdad necesitaba atención.
— ¿Por qué sucedió la pelea? — Cuestionó.
— Ah, yo... —.
Y Karma, por primera vez desde hacía tiempo, no supo qué responder.
Nunca antes alguien le cuestionó sobre sus peleas con otras personas, mucho menos mostraron preocupación por sus heridas. Lo tomaban por normal, y por ende, nadie le preguntaba nada, ni por sus razones ni por las heridas en sus brazos, piernas o rostro.
Sí lo pensaba bien, Nagisa y Gakushū fueron los únicos en algún tiempo que mostraron preocupación e interés, pero con el pasar del tiempo, como los otros, dejaron de preguntar.
Tampoco es que le importara mucho, a fin de cuentas, cada uno debía de preocuparse por sí mismo, ¿no?
— Bueno, sólo fue un ajuste de cuentas, no es nada importante realmente — Respondió, sonriendo como siempre lo hacia, en un intento en vano de trata de relajar el ambiente, y que Terasaka le quitara la importancia al asunto.
Sí a él no le importaba, a Terasaka tampoco debía de importarle, ¿verdad?
— ¿Aún te duele? — Preguntó, con la misma seriedad pero ahora con un toque de preocupación.
La sangre que manchaba el parche le daba una mala señal.
¿La tendría desde la mañana?
¿Habría hecho un movimiento brusco?
¿Fue él el responsable por como había sujetado al pelirrojo?
— Ya no tanto como antes, he tenido heridas peores — Respondió, sin saber el efecto un tanto negativo que sus palabras le habían traído a su pareja.
¿Por qué parecía tan racio en torno al tema?
Terasaka sabía que el pelirrojo mayormente era alguien despreocupado, que le quitaba importancia a varias cosas en torno a su propio bienestar, incluso cuando él mismo lo negaba, era imposible no notarlo cuando cosas como esas pasaban.
Estaba minimizando varias cosas en una sola, desde su salud física, a la emocional e incluso psicológica sí queríamos ir más profundo.
¿Por qué parecía no importarle su salud?
— Vamos con el pulpo para ver qué puede hacer — Dictaminó finalmente, recibiendo rápidamente una negativa por parte del menor.
— Ryoma, de verdad, no es necesario, estoy bien — Declaró el pelirrojo, algo incómodo por cómo había terminado aquella situación.
— Nada de excusas Karma, tal vez sea poco, pero incluso una pequeña herida se puede hacer más grande — Su voz era firme y segura, sin darle al menor alguna opción de objetar — Y no sólo hablo de heridas físicas — Pensó.
Karma abrió los ojos con sorpresa, al no esperarse ese tipo de palabras por alguien como Terasaka, y a pesar de que dudaba demasiado por aquella decisión, decidió aceptarla.
Sólo esperaba que eso no trajera consecuencias.
Los dos adolescentes se levantaron después de eso, acomodando sus ropas para evitar cualquier inconveniente por las marcas en sus cuellos, pero sabían que mínimo los maestros se iban a enterar de lo que hicieron ahí.
Bien, para Terasaka lo valía con tal de que revisaran la herida del pelirrojo.
Para Karma... bueno, para él no valía mucho, realmente nada.
Pero ya no había nada que hacer, no cuando Terasaka lo sujetaba de la mano, evitando cualquier modo de huída de su parte.
— ¿Por qué actúa así? —.
Fue la pregunta que ambos se plantearon, pero con diferentes pensamientos.
Después de unos minutos llegaron al salón, y sin decir nada, ni a sus compañeros que los veían desde las ventanas –algunos con mirada pícaras por estar tomados de la mano–, entraron al viejo edificio para ir a la sala de profesores, donde suponían que Koro–sensei o Karasuma estarían presentes.
Terasaka que era quien lideraba el camino no se molestó en tocar la puerta, así que sólo la abrió para ingresar con Karma.
En la sala sólo se encontraban Karasuma e Irina, aparentemente hablaban de trabajo, y dicha plática cesó cuando escucharon la puerta abrirse por los adolescentes.
— Nyurujuju~ — Se escuchó la extraña risa de su maestro pulpo — ¿Qué los trae por aquí, Terasaka–kun y Karma–kun? — Preguntó apareciendo detrás de los dos adolescentes — ¿Acaso buscan mi bendición? — Y nuevamente la risa.
Terasaka suspiró pesadamente, reteniendo las increíbles ganas de gritarle a su maestro cosas que seguramente pronto le serían reprendidas por los tres maestros presentes.
Pero no podría distraerse de su misión principal.
Karma.
— Necesito que revisen a Karma... por favor — Murmuró lo último apartando la mirada.
Tanto Karma como los maestros abrieron los ojos con sorpresa, y sin embargo, de manera inmediata Koro–sensei llevó al pelirrojo a un banco de madera que estaba en el lugar, mientras que Karasuma buscaba el botiquín por sí se necesitaba e Irina se acercaba al pelirrojo con curiosidad.
— Karma–kun, ¿te molesta algo? — Preguntó Koro–sensei mientras lo miraba, esperando a que le dijera cuál era su malestar para que Terasaka lo hubiera traído.
Karma evitó su mirada y vió a Terasaka, buscando una clase de ayuda en el, pero lo único que recibió del moreno, fue una mirada seria con cierta preocupación
Finalmente, Karma asintió en respuesta a la pregunta hecha por el pulpo, y algo inseguro desabrochó su camisa y la movió un poco para dejar a la vista su abdomen, y revelando el parche con sangre a un costado de su vientre.
Los adultos comprendieron la situación al instante, así que Karasuma procedió a retirar el parche, mostrando una herida... no muy bonita.
Al principio pensaron que se trataba de un moretón o algún rasguño, o algo no tan grave, pero eso...
Era una apuñalada.
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De otro cuento de hadas
FanfictionTeraKaru (KarmaxTerasaka) Esta será mi primera historia de estos dos y también la primera que no es KaruShuu Porfavor denle una oportunidad, se que les gustará O eso espero Sin nada más que decir, disfruten su lectura