Apolo esperó paciente a qué la mujer saliera del baño sentado a la mesa del comedor, ahora bien, pasaron quizás quince minutos en los que ella no salió así que se aburrió, por lo que buscó un libro en una repisa de la habitación, era un libro de técnicas de combates, no era interesante, pero servía para distraerse. Pasados otros quince minutos más, levantó la vista de lo que leía, siendo recompensado con la visión de la mujer en una toalla enrollada al cuerpo y sin la máscara puesta. El libro calló de sus manos al suelo a la vez que se levantaba y el golpe seco hizo que Natalia lo mirara con horror, pues se había olvidado por un momento de que aquel dios estaba en su casa. Se dio la vuelta rápidamente sabiendo que era su culpa.
–No viste nada –le dijo por lo bajo avergonzada y siguió– por todos los dioses ¡No viste nada! –gritó para adentrarse en su habitación.
Apolo solo atinó a cerrar su boca, dándose cuenta que la había tenido abierta hasta ese momento. A pesar de lo que le había pedido no podía dejar de pensar en su rostro, sus ojos que eran de color marrón expresaban calidez, su nariz respingada y sus labios rosados parecían inocentes. Se llevó una mano a su rostro tapando su boca y parte de sus mejillas pues por primera vez sentía ardor en ellas. Se metió al baño para mirarse al espejo viendo lo rojo que se había puesto a pesar de ser de piel bronceada. Suspiró para tratar de calmarse y decidió que lo mejor era darse un baño para relajar el cuerpo.
Por otra parte, Natalia se tapaba la cara con ambas manos completamente avergonzada.
–¡Boluda! –se decía a sí misma en español.
¿Cómo había podido pasar? Se preguntaba mientras seguía maldiciéndose y buscaba ropa para cambiarse. Una vez que se sintió cómoda en sus ropas de entrenamiento, suspiró calmada y tanteo la cómoda buscando su máscara.
–¡Mierda! –exclamó al darse cuenta que acostumbraba a olvidársela en el baño.
Abrió la puerta lentamente para cerciorarse de que Apolo no estuviera y cuando no lo vio ni en el comedor ni en la cocina supuso que había salido de la cabaña, grave error. Fue a abrir la puerta del baño justo en el momento en que él estaba completamente desnudo dentro de la bañera, por supuesto que la bañera estaba hasta arriba de espuma porque el rubio no supo cómo prepararse el baño.
Ambos se miraron y el color volvió a subir a sus rostros. Sin decir nada, Natalia miró al canasto de la ropa sucia y divisó su máscara, la tomó con rudeza tirando el canasto en el proceso y salió rauda del cuarto.
Apolo miró su silueta comprobando que la espuma hubiera tapado su hombría y se tranquilizó un poco al no ver huecos en el agua. Terminó de asearse, quito el agua de la bañera, luego se ajustó una toalla a la cintura y una vez cómodo salió a buscar algo de la ropa que habían comprado el día anterior. Se cambió en la habitación como se acordó, era deseo de Natalia y cuando ya estuvo vestido con una remera verde claro unos pantalones de jean negros más las botas que había usado ayer, salió para buscar a la morocha, encontrándosela con la cabeza apoyada en el árbol del día anterior, las manos descansaban en él y llevaba el morral cruzado en su cuerpo.
–Creía que el no espiar era para ambos –le dijo para distender el ambiente incómodo. Ella lo miró, otra vez volvía a tener su máscara y se decepciono por esto.
–Lo siento mucho, finjamos que nada paso.– movió la mano abierta frente a él.
–¿Es esa una orden? –preguntó burlándose.
–Si así lo quieres. Es tu primera orden. No viste absolutamente nada –le señaló severa. Apolo frunció los hombros de manera despreocupada mientras sonreía– vamos, la señorita Atena nos espera.
ESTÁS LEYENDO
Su sol personal - Apolo x oc
FanfictionNatalia pasó casi toda su vida en el santuario y no había podido despertar el cosmos hasta sus veinte años. Cuatro años después, el peligro acecha y ella tiene finalmente la oportunidad de entrar en acción. El dios Apolo llega como portador de un m...