Una vez que Natalia y Apolo se fueron, Atena miró a sus caballeros con seriedad.
–¿Podrías explicarme que fue eso, Ikki?
–Le dije unas cuantas verdades, nada serio, Saori –le respondió despreocupado.
–Específicamente les dije que lo necesitamos de nuestro lado –Saori estaba enojada con el impertinente Fénix.
–Tu guerrera no es capaz de retener a ese dios, Kiki nos dijo que la vio bajar de un carro dorado, siendo llevaba al hombro por él y que se adentraron así en la cabaña –comentó Hyoga.
–¿Kiki? Se puede saber ¿Qué estuvieron haciendo sin qué yo me enterase? –preguntó mucho más enojada.
–No sabemos si esa mujer se unirá al dios Apolo para destruir el santuario –le dijo Shiryu– Quién posee la armadura de Vela es poderoso y si se junta con las otras tres armaduras, quilla, brújula y popa puede ser todavía peor, sería un problema que ella supiera esa información.
–Ella no va a traicionarnos, es una chica muy gentil, además no están los santos de esas constelaciones y ya vieron que Apolo le hace caso –argumentó Atena.
–Confío en ti, Saori –le dijo Shun, sonriendo– no haremos nada más, le diremos a Kiki que detenga la vigilancia.
–Gracias, Shun. Ahora por favor, si su deseo es heredar las armaduras doradas, sigan entrenando y dejen a Natalia tranquila para que cumpla con su misión –finalizó y se dirigió a cruzar las cortinas detrás del trono del patriarca para ir a su habitación.
Bajando los escalones de las casas, los dos iban en silencio, Natalia porque estaba avergonzada y trataba de pensar en la conversación con Atena y Apolo porque se sentía feliz de haberles dado una lección a esos humanos, aun podía ver sus caras de sorpresa y consternación, más miró a su acompañante que estaba cabizbaja y se preguntó si se habría pasado un poco.
–Natalia –le llamó por primera vez por su nombre, solo para ver si respondía y ella lo miró, así que le preguntó– ¿Va todo bien? ¿Mi hermana te reprendió?
–Sí... es decir no ¿Quién te dio permiso de decir algo tan vergonzoso frente a todos? ¡Creerán que me acosté con un dios! ¡Para mejorar la situación la señorita Atena y todos nos vieron recién levantados!
–No me has respondido ¿Atena te dijo algo? –preguntó serio.
Natalia se puso roja al acordarse de lo que la diosa le había mencionado en su charla ¿Yo conectada al dios del sol? Pensó mirándolo, mientras él le miraba preocupado de que no respondiera, además él podía notar por sus orejas que estaba roja, lo que no sabía era si de furia o de vergüenza.
–Di algo, hablaré con ella de nuevo si hace falta, pero dime que ha pasado –insistió Apolo deteniéndola por el brazo con cuidado.
–No me ha reprendido, solo hablamos del golpe y del incidente en la mesa... –le ocultó información, pues no quería decirle que de alguna manera la diosa había llegado a aquella conclusión.
–No fue un incidente, necesitabas comer de alguna manera... –sin dejar de sostenerla, se acercó a su oído para que nadie pudiera escucharlo– sin embargo, a pesar de que esa ley de la máscara me parece ridícula, me gusta que solo yo conozca tu rostro.
Natalia se soltó rápidamente de su agarre por la vergüenza generada. Algo en ese dios no estaba bien, primero decía que no era igual a su padre, luego tenía sus arranques de coqueteo ¿Qué le pasaba?
–Dices no ser como te describen en los libros de mitos, que no eres como tu padre, pero tu actitud dice otra cosa –le dijo sin tapujos. El rubio la miró serio para luego suspirar.
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Su sol personal - Apolo x oc
FanfictionNatalia pasó casi toda su vida en el santuario y no había podido despertar el cosmos hasta sus veinte años. Cuatro años después, el peligro acecha y ella tiene finalmente la oportunidad de entrar en acción. El dios Apolo llega como portador de un m...