Una vez listo salió de la cabaña para buscar a su guía y la vió unos metros más allá, sentada debajo de un árbol con una pierna doblada hacia arriba y su brazo en esta, pero ella al verlo se llevó la mano a la boca por reflejo, para acallar su risa.
–¿Qué es tan divertido que hasta olvidas que llevas puesta esa cosa en la cara? –le preguntó acercándose.
–No es nada, lo siento, me he acordado de un chiste –le contestó tratando de calmarse.
Apolo efectivamente, llevaba la ropa dada por ella, pero el top le quedaba muy ajustado y los pantalones, cortos. Lo único que podía verse bien eran las botas y no parecían incomodarle tampoco.
–Me gustaría escuchar ese chiste que te parece tan divertido –se cruzó de brazos casi ofendido, intuyendo que lo de la ropa había sido una broma de mal gusto.
–No hay tiempo, vamos al pueblo, deben estar despertando todos –le comentó para librarse de aquello.
Junto con el sol que asomaba por el horizonte, se pusieron en marcha para salir del santuario hacia el pueblo protegido por la barrera de Atena. Como se les iba a hacer costumbre, Natalia guiaba el camino, pasaron por el coliseo donde se realizaban los combates con los aspirantes a caballeros que entrenasen en Grecia, los campos de entrenamiento comunes y doblaron por el paso de las columnas corintias, hasta por fin dar con Rodorio.
–¿Qué me enseñaras primero? –pregunto el dios mientras se colocaba a su lado.
–Un poco de historia para empezar.
Apolo rodó los ojos con hastío pues conocía la historia de los humanos, sus creaciones y sus conductas.
–No me mires así, te apuesto a que no sabes por qué este pueblo tiene el nombre que tiene.
–Sorpréndeme –levantó ambos brazos a la par de sus hombros.
–Bueno, se llama así por el primer caballero de Pegaso que protegió a la diosa Atena del temible dios Hades, dañó su cuerpo por lo que desde entonces busca recipientes con el alma más pura para poder pelear contra la señorita Atena –miró a su contrario percatándose de que la veía con reproche.
–Mi tío no es tan terrible como dicen los humanos... es verdad que da miedo cuando se enoja, pero no es malo.
–Lo siento, no quise... en realidad no puedo opinar, no luché contra él. – se paró en su sitio y hundió sus hombros, apenada.
–Da igual, es el punto de vista de un humano tengo que recordarlo. Sigue con tu clase de historia. –le dijo calmado y ella se rio nerviosa, pero continuo.
– Pues bien, se creó con personas de aldeas aledañas al santuario con el permiso de la diosa y gracias a la protección brindada por Rodorio, el pueblo tomó su nombre. ¿Sabías? Rodorio viene de la palabra Rhoda, que significa levantarse. Los caballeros de Pegaso siempre se levantan para proteger a nuestra diosa –su máscara no le decía nada, pero su tono de voz le hizo pensar al rubio que estaba sufriendo por algo.
–Ese tal Rodorio suena un digno oponente, pero también hay otra persona que pudo golpear a un dios –la miró esperando una reacción positiva– Es decir, pudiste darme un golpe y hacerme sangrar –le sonrió al notar que su cosmos se sentía más cálido, como rayos de sol en un día de invierno por lo que continuo con burla– no te lo creas tanto, ya se de lo que eres capaz de hacer y estaré alerta a partir de ahora –le sacó la lengua como un niño pequeño y siguió caminando por delante de una ofendida morocha que se adelantó para llegar junto a él.
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Su sol personal - Apolo x oc
FanfictionNatalia pasó casi toda su vida en el santuario y no había podido despertar el cosmos hasta sus veinte años. Cuatro años después, el peligro acecha y ella tiene finalmente la oportunidad de entrar en acción. El dios Apolo llega como portador de un m...