Capítulo 3: ¡Misión super duper hiper importante!

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Capítulo sin revisar


El despertador sonó por la mañana, Hideyoshi gruño ocultando su rostro en la almohada que abrazaba, captó el imperceptible sonido de las pisadas de Sasuke por el apartamento, el peli azul suspiro, a veces odiaba el hecho de que el chakra del Kyubi había hecho sus instintos más refinados.

Mirando el reloj en su pared y meditando durante unos buenos cuatro segundos, decidió que Kakashi podría lidiar bien con los tres gennin, cuando la puerta del departamento se cerro Hideyoshi volvió a acurrucarse en posición fetal listo para volver a dormir.

Cuando era solo un niño, despertar era una tarea fácil; de hecho, odiaba dormir. Lo consideraba una pérdida de tiempo, un limitante para pasar el tiempo jugando o entrenando junto a Kakashi-nii. Odiaba las noches, en especial porque su madre ya no lo dejaría jugar.

Pero amaba cuando el sol salía, era una gran señal de que su día iniciaba, y con él decenas de actividades, ¡Amaba aún más ir a la academia!

Los aldeanos eran tan amables, siempre sonriéndole y halagando, todos fascinados por el encanto del honorable hijo del Yondaime.

Cuando el sol salía, corría a la habitación de sus padres y se lanzaba a su cama. Su papá siempre reaccionaba antes que su mamá y lo atrapaba en el aire, mientras la hermosa mujer pelirroja que dormía a su lado por las noches lo atacaba con besos y cosquillas.

Amaba la calidez de los rayos del sol por la mañana, por la tarde, incluso durante el atardecer, eran acogedores, lo hacían sentir como si estuviera en los brazos de su madre.

Pero lo que sin duda lo haría sonreír al instante era el olor del sol. Era raro decir algo como aquello, pero había veces en las que Hideyoshi podía olerlo, en las que la calidez del olor lo invadía, y se sentía como en casa, aun si estaba destrozada y lejos de su alcance.

Se sentía nuevamente en la mesa del comedor, con su padre lavando los trastes mientras su madre tarareaba alguna canción que hubiera escuchado por la radio y peinaba sus mechones azules.

Nuevamente se sentía completo.

Hideyoshi odiaba el frío, y odiaba la lluvia. En su infancia era ajeno a ellos, es más, los disfrutaba. Cuando la temperatura bajaba, significaba un buen chocolate caliente casero; significaba una tarde en la cama de sus padres, viendo, leyendo y escuchando sus historias.

Cuando llovía significaba una danza bajo las gotas junto a su madre, significaba ellos dos saltando en los charcos que las gotas dejaban como evidencia de su existencia, y cuando volvían a casa, su padre los esperaría con algunas toallas y un baño caliente.

Pero luego de su muerte, ya no había abrazos calentadores, ni días en la cama junto a frazadas, ya no había más danzas bajo la lluvia ni competencias de saltos contra mamá.

Ahora odiaba el frío porque luego de la partida de ambos no tenía el dinero suficiente como para abrigarse, odiaba mojarse porque no podía pagar medicamentos, odiaba los días nublados porque el día se tornaba gris, justo como su mente. 

Pero los rayos del sol siguieron siendo encantadores. 

Seguían haciéndolo sentir en casa.

Hideyoshi gruño entre sueños, se sentía mal, no físicamente. El chakra del Kyubi lo hacía resistente, pero la enorme coraza que hizo en su cuerpo no la hizo en su alma.

Había días en los que vivir era, simplemente, demasiado.

Días en los que respirar era la actividad más difícil del mundo.

THE STRONGEST ━━━━━━Naruto Boys x Male ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora